Volvo, el fabricante sueco de vehículos, disminuyó sus expectativas de beneficios para la importación de autos eléctricos fabricados en China, debido al aumento de los aranceles de EE.UU. y la Unión Europea (UE).

Además, las ventas de vehículos eléctricos de alta gama disminuyeron, lo que afectó sus proyecciones.

La noticia se difundió días después de que Volvo renunciara a su objetivo de vender exclusivamente automóviles eléctricos para el año 2030. 

Por otro lado, la compañía espera lograr una neutralidad del flujo de caja de 2024 y 2025 y obtener un margen EBIT de entre el 7% y el 8%

El margen EBIT es un indicador financiero que muestra la rentabilidad de una empresa antes de descontar los intereses de deudas y de impuestos. 

Sin embargo, Volvo indicó que enfrenta un entorno "de mayor complejidad, especialmente en relación con el comercio mundial y los aranceles". 

Su objetivo a largo plazo es alcanzar cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2040

Volvo y sus proyectos para el futuro 

A partir de 2026, la empresa proyecta generar flujo de caja positivo gracias a las inversiones actuales enfocadas en aumentar la rentabilidad y consolidar la generación de efectivo.

Hasta el momento, Volvo tiene cinco vehículos totalmente eléctricos en el mercado y planea tener más en el futuro. 

En el mercado, la cuota de Volvo se situó en el 26% durante el segundo trimestre de 2024, "la más alta entre todos sus competidores premium", indicaron desde la compañía. 

En el mercado, su cuota de vehículos electrificados representa el 48%. 

La compañía prometió que dispondrá de una gama completa de vehículos totalmente eléctricos, antes de que termine la década

Sin embargo, se convertirá en el último fabricante en dar marcha atrás en sus ambiciones debido a la disminución de la demanda de este tipo de coches.

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