El recurso está y no hay dudas en que la intención del Estado argentino, más allá del gobierno de turno, es seguir promoviendo proyectos basados en ese mineral. De hecho, sólo en los últimos tres años la producción local creció más de 50%.
Pero el contexto internacional parece empecinado en teñir de nubarrones la demanda de litio, que sobre todo en el último lustro prometía volverse una vedette del mercado minero.
El cambio en las políticas de promoción al desarrollo de vehículos eléctricos –principal destino a partir de la tecnología de baterías– que vienen implementando países como China, sumado a una sobreoferta del producto a partir de la intensificación en las extracciones en Asia, África y Oceanía, viene derrumbando el precio internacional desde 2018 a esta parte.
En ese marco se inscribe la actividad que viene dándose en la Argentina, con una apuesta por el litio que no ha hecho más que intensificarse. La pregunta que sobrevuela a popes privados y gubernamentales refiere a qué puede ocurrir con las apuestas mineras si su valor sigue con tendencia a la baja.
En el sector confían en que un despegue real de la producción de vehículos eléctricos consolidará una demanda todavía titubeante. El temor es que eso no ocurra o, peor aún, que el mundo vire hacia otras tecnologías alternativas a la combustión de refinados de hidrocarburos.
"No podemos saber cuándo ni cómo nos puede afectar lo que está sucediendo en el mundo con el litio. Somos conscientes que hay aspectos que pueden impactar fuerte y que van más allá de tener o no muy buenas reservas", asegura a iProUP Gustavo Koch, director de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM).
En su visión, "las tecnologías avanzan y pueden dejar obsoleto al material". Sería una lástima que esto ocurra ya que, tal como asegura el este experto, "está comprobado que la Argentina tiene el potencial para volverse el primer productor mundial".
Koch reconoce que la mayor o menor demanda está atada a la voluntad de China y que los cambios en las políticas de producción e industrialización que viene aplicando ese país siembran un manto de incertidumbre sobre la cotización y el destino del mineral.
"La mitad de las fábricas de baterías de litio para automóviles se está concentrando en el gigante asiático, líder industrial. El rol de esta nación a nivel global es indiscutido, al igual que su influencia sobre la Argentina, ya que le compra el 40% de lo que que produce y es lejos el mayor cliente", se explaya Koch.
"El desarrollo del litio como producto está ligado fuertemente al negocio de las baterías de los autos. Si China toma alguna decisión que afecte negativamente la demanda del mineral, sin dudas que la situación para el sector se complicará", vaticina el experto.
¿En algún eslabón de la cadena minera local ya han tomado nota de este tipo de riesgos y de la fluctuación mundial? En torno a organismos como el Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR), fuentes consultadas por iProUP admiten que, si bien los trabajos en general persisten, "las empresas ahora toman sus precauciones y perforan con más lentitud".
"La exploración no se detiene pero el paso siguiente se hace con más recaudos. Los proyectos en evaluación continúan pero luego hay que ver si esas zonas son económicamente rentables como para una explotación", añaden.
Desde la entidad señalan que "en comparación con Chile y Bolivia, Argentina hoy tiene una mayor cantidad de recursos". No obstante, las empresas serán las que evalúen hasta dónde apretar el acelerador en cuanto a incrementar el ritmo de perforaciones para ampliar la oferta.
El litio está
En el sector no hay dudas respecto a las oportunidades comerciales y las millonarias ganancias que puede generar este recurso. No obstante, para el Estado la tajada sigue siendo exigua, ya que las compañías sólo abonan un 3% de regalías fijadas por ley.
Puesto en números: según datos del Ministerio de Producción a los que accedió iProUP, el presupuesto exploratorio en proyectos y operaciones de litio en el país creció casi 1.000% en cuatro años, mientras que el número de compañías vinculadas a proyectos exploratorios pasó de 7 a 24 en tres años.
Los trabajos de explotación se concentran en la Puna, distribuidos en salares ubicados en Salta, Jujuy y Catamarca. En la actualidad, dos proyectos generan producción concreta: Olaroz, en Jujuy (a razón de 17.500 toneladas), y Salar del Hombre Muerto, en Catamarca (22.000 toneladas).
El primero se encuentra bajo control de una sociedad integrada por la minera australiana Orocobre y la automotriz Toyota, mientras que la iniciativa en territorio catamarqueño es propiedad de la estadounidense FMC.
Entre ambos, la extracción representa el 16% de la producción mundial y contribuyen a que la Argentina ocupe el tercer puesto en el ranking de países productores del mundo.
"Si bien hay proyectos que se continúan y en algunos casos se ha desacelerado el ritmo, eso no quita que el país ostente un liderazgo en lo que hace a la mayor cantidad de recursos evaluados", remarca una voz interpelada en SEGEMAR.
Desde CAEM, Koch sostiene que el despegue se irá acentuando con el correr de los próximos cinco años. Energy Group y la china Jiangxi Ganfeng Lithium (GFL) son algunas de las empresas que apuntan a tomar el control sobre el mineral en la provincia de Jujuy.
"Aún resta ver cuántos de los proyectos de exploración derivan en la apertura de una mina, pero lo cierto es que para el 2021 tendremos más yacimientos operando", anticipa el directivo.
A la par de estas iniciativas, Koch argumenta que en la actualidad también se está llevando a cabo exploraciones en otras cuatro zonas adicionales en la provincia de Salta y una en la de Catamarca. "En estos casos, se prevén comenzar con la explotación hacia el año 2022", afirma a iProUP.
En diálogo con este medio, Facundo Huidobro, titular de la Cámara de Minería de Salta, coincide en la buena perspectiva que mantienen las empresas posicionadas en los salares de ese distrito.
"En un momento se hablaba de fiebre, sobre todo exploratoria. Eso en parte se apaciguó para dar paso al desarrollo concreto de proyectos. Ahora estamos en la etapa en que las compañías confirman la importancia y mensuran los emprendimientos sobre los que están posicionadas", afirma en diálogo con iProUP.
"Tenemos capitales chinos, coreanos, canadienses. Se están realizando evaluaciones sobre las propiedades adquiridas en estos años. Confiamos en que la demanda será creciente. Por lo pronto, los pedidos de servicios de contratistas siguen fuertes", expresa.
La contracara de esta explotación está en el impacto ambiental que la extracción del mineral genera sobre los salares. La producción de litio consume una enorme cantidad de agua, recurso que claramente no abunda en la Puna.
En febrero de este año, un bloque integrado por 25 comunidades de la etnia kolla en Jujuy logró desarticular el intento de dos compañías por establecer explotaciones en tierras originarias.
A la par del efecto negativo sobre las fuentes de agua, entre las comunidades también hay malestar porque, a excepción de determinadas tareas iniciales, el grueso de las compañías extranjeras que interviene en el negocio del mineral en el Norte del país no contrata mano de obra local.
Turbulencia exterior
En lo que respecta al precio, el mercado del litio atraviesa uno de sus peores momentos desde que el mineral ganara relevancia comercial: en lo que va del año, su valor cayó casi un 10% .
Y la perspectiva es cuanto menos preocupante: de acuerdo a Morgan Stanley, la cotización para la producción de compañías como la chilena SQM –segunda productora mundial– caerá al menos 14% este año.
JPMorgan y ScotiaBank, con pronósticos de bajas de 7,1% y 4,8%, también tienen una lectura negativa sobre lo que viene. En coincidencia, desde la influyente Morgan Stanley afirman: "En la actualidad, la tonelada ronda los u$s12.000. Creemos que esa cifra caerá a u$s8.000 en el mediano plazo".
A tono con esto, la consultora Benchmark Mineral Intelligence, también anticipa dificultades para quienes apuestan a la extracción del material y sugieren que a corto plazo, por la incertidumbre que genera China, no resulta conveniente apostar por el mineral.
En los mercados internacionales hay coincidencias en que, a contramano de lo que se esperaba hasta hace menos de tres años, la expansión de los autos eléctricos será menor a la proyectada. Por lo pronto, ese mercado representa apenas el 2% del parque total comercializado a nivel global.
En este marco, los analistas internacionales sostienen que la demanda debería crecer al menos 30% para mantener el ritmo de inversiones en extracción.
¿Qué opinan en Morgan Stanley respecto de esto último? "Seguimos pensando que la demanda será menor a las 700.000 toneladas en 2025". En contrapartida, en torno a la trasandina SQM sus equipos técnicos prevén un requerimiento mundial del orden del millón.