A medida que en los últimos años el tipo de cambio alto benefició cada vez más al sector exportador, muchos profesionales y semiprofesionales del sector IT encontraron mejoradas sus condiciones para prestar servicios desde la Argentina a empresas en el exterior.

Siempre fue una opción atractiva en cuanto se trataba de proyectos interesantes y permitía colaborar con equipos multidisciplinarios de diversas partes del mundo. Incluso quizás, abría la puerta a tecnologías que no estaban disponibles o muy extendidas en el país.

Pero además, cobrar directamente en moneda extranjera era una de las mejores maneras de salvaguardar el propio poder adquisitivo del ritmo alcista de la inflación local. Esto último se volvió un punto fundamental en la economía argentina actual, donde puede haber jornadas cambiarias en las que el valor del dólar llega a incrementarse casi dos pesos.

Al menos este era el escenario en la Argentina hasta enero, cuando entraron en vigencia las nuevas retenciones para exportación de servicios, que son del 12% como tope. Salvo que estos independientes se registren como Pymes ante la autoridad fiscal y facturen menos de 600.000 dólares al año, deberán abonar hasta $4 por cada dólar ingresado al país como pago por su trabajo.

Pese a este cambio, al ser consultados acerca de su experiencia, los miembros de la comunidad de profesionales de sistemas, Sysarmy, consideraron que cada vez más personas al menos entretienen la idea de trabajar desde Argentina para empresas de otro país.

"Hay un mayor porcentaje de gente al menos investigando qué implica trabajar para el exterior y consecuentemente más sumándose al trabajo remoto", dijo Eduardo Casarero, Manager of Internal IT en Percona. Y añadió que a quienes utilizan esta modalidad, les afecta significativamente la nueva regulación si no están enrolados en los beneficios Pyme.

"Igualmente dudo que alguien deje de trabajar para el exterior porque empiezan a aplicar retenciones, los beneficios siguen siendo superiores", opinó.

En la misma línea se expresó Ezequiel Maraschio, Senior Software Engineer en Thirty Madison y también miembro de Sysarmy: "Creo que hay más gente considerando trabajar para afuera, pero veo muy pocas personas dando el salto. Me parece que es algo más relacionado con la gran oferta de empleo en el rubro y no tanto con la filosofía de trabajar para el exterior con una mayor diversidad cultural".

Reclutadores especializados en el segmento IT consultados por iProfesional aseguran que generalmente las empresas que recurren a talento remoto para estas áreas tienen un valor fijo y un set de beneficios que pagan a cada posición determinada en cualquier parte del mundo. En esos casos en los que el monto se estandariza en toda la compañía, la organización no se haría cargo de cualquier impuesto, que debería correr por cuenta del particular, que no deja de ser un proveedor de servicios a distancia.

No obstante, siempre hay excepciones a la regla. Sebastián Santoro, quien trabajó durante los primeros años de su carrera como desarrollador Java para luego especializarse en selección IT, asegura que la mayoría de las empresas extranjeras para las cuales él busca perfiles en Argentina "se harían cargo si hubiera una cuestión de costos, con tal de tener el talento trabajando".

"Nadie me hizo un comentario al respecto, pero llegado al caso se haría cargo la compañía porque no vienen a buscar el talento para hacer un diferencial en dinero nada más. O mejor dicho, eso ya lo tienen por operar en moneda extranjera", añadió.

Las retenciones no son el único inconveniente. En muchos casos, la mano de obra "terciarizada" no goza de algunos de los "perks" que tienen sus pares en empresas locales –snacks, bebidas, licencias extendidas, etc.- y si bien ven su poder adquisitivo incrementado con cada suba del dólar, no obtienen tampoco ajustes por la inflación en Argentina.

"El principal beneficio (para quienes trabajan en empresas locales) es tener la posibilidad de ir a una oficina, con todo lo que eso trae: almuerzos, pases de gym, frutas, actividades recreativas", dijo Casarero, quien como contraparte cuenta en su empleo con presupuesto para ir a conferencias y capacitaciones, abono de gastos de Internet y celular, y la posibilidad de viajar a una "team meeting" en el exterior cada año.

Maraschio, por su parte, comentó que tiene la chance de visitar muchas oficinas y de ver que "la verdad que cada vez están más equipadas".

"Considero que tener comida y también infraestructura es un gran plus", se lamentó el Senior Software Engineer en Thirty Madison, pero aclaró que los empleados a distancia obtienen capacitaciones y presupuesto para asistir a conferencias, todo en modalidad de reembolso.

Otro punto importante a negociar para la mayoría de estos profesionales es el bono por desempeño. Entre los participantes de la última encuesta de salarios y beneficios que realizó, Sysarmy, 134 miembros declararon trabajan para el exterior exclusivamente y entre ellos solo 39 dijeron tener algún tipo de bono. En la mayoría de esos casos, el mismo no equivale a más de un sueldo.

Asimismo, la actualización del salario suele ser tras una revisión anual y en base a la inflación ocurrida en el país de la casa matriz de la empresa. "No suele ser un tema de preocupación. Acá en Argentina incluso en las principales empresas que dan los mejores aumentos, tenés que agradecer si llegás a empatar la inflación. Con sueldos dolarizados, te olvidás del tema", dijo al respecto Santoro.

No obstante, "También pueden haber bonos o aumentos un poco más grandes en base a la performance", comentó Maraschio.

"En mi caso, la seguridad de tener una fuente de ingresos desconectada de la realidad del país pesa más que el crecimiento anual de ingresos", opinó Casarero.

En este contexto ¿sigue siendo conveniente trabajar para una empresa en el exterior?

¿Quiénes son?

De acuerdo a los datos relevados por la web especializada Openqube, a través de más de 4200 respuestas que profesionales IT argentinos dieron a Sysarmy, poco más del 2% de ellos trabaja exclusivamente de manera remota para un empleador fuera del país.

Vale la pena aclarar que el 61% de los talentos "tech" que participaron de la encuesta es de Capital Federal, un 17,7% de provincia de Buenos Aires; 6,7% de Córdoba y 5,3% de Santa Fe. El restante 10% se reparte en porcentajes muy reducidos entre las demás provincias.

Alrededor del 40% declararon ser desarrolladores, más del 11% administradores de sistemas y otro 10% managers. Los demás participantes corresponden a otras actividades como help desk, QA Tester, arquitecto de sistemas o Inteligencia de Negocios.

El salario de estos profesionales medido en pesos, de acuerdo a los datos de Openqube, muestra una tendencia casi siempre creciente. Era de 14.000 pesos en enero de 2015 y llegó a 50.000 en promedio para las distintas posiciones en febrero de este año.

Hay que tener en cuenta que ese promedio combina datos salariales de distintos tipos de profesionales, con cantidades diferentes de años de trayectoria, en empresas de diversos tamaños y tecnologías variadas. 

Medidos en dólares, sin embargo, la curva muestra las distintas devaluaciones que sufrió la Argentina. Quienes cobran su salario en moneda extranjera claramente no se vieron afectados por estos vaivenes, sino todo lo contrario. Pero el ingreso promedio de los talentos "tech" pasó de un último pico de 1740 dólares por mes en marzo de 2018 a 1324 dólares en febrero último.

Además de las diferencias salariales que se dan por especialización, seniority, lenguajes y plataformas utilizadas, existe una dispersión muy importante entre una provincia y otra. La Ciudad de Buenos Aires es donde los profesionales reciben mejores haberes (53.000 pesos en promedio) y la provincia de Entre Ríos se encuentra al otro lado de la tabla (30.500 pesos por mes).

La dispersión se da también por género: en el último informe de Openqube, el promedio salarial para los hombres quedó en 50.000 pesos argentinos mientras que para las mujeres está poco por encima de los 41.800 pesos. Vale la pena aclarar, sin embargo, que el 87% de la muestra de profesionales de sistemas era masculina. 

Asimismo, el ajuste por inflación que declararon para el acumulado 2018 fue del 20% en promedio, mientras que las mujeres de IT recibieron un alza del 17,5% en el año. Un 62% de estos profesionales no cobra ningún tipo de bono.

De las más de 4.200 respuestas, solo el 2,24% de los participantes dijeron trabajar exclusivamente para empresas del exterior de forma remota. Entre ese grupo, los que reciben algún tipo de bono parecen ser la excepción y no la regla.

Hacer carrera

Pese a no desempeñarse en el mismo lugar físico que sus compañeros, o siquiera en el mismo país, las fuentes consultadas por iProfesional aseguran que los profesionales IT que trabajan de manera remota para compañías extranjeras tienen chances de desarrollar su carrera al igual que los que "juegan de local".

Santoro aclara que este punto no es el "fuerte" de la modalidad de trabajo a distancia, y que le ha ocurrido que algunos perfiles que durante un tiempo ganan dinero de esa manera, vuelven a salir al mercado laboral para buscar posiciones que les permitan cambiar de tarea, incluso por el mismo salario que tienen.

"Para trabajar remoto tenés que ser una persona muy segura, porque nadie puede ser muy bueno y saber todo de todo. Requerís una mentalidad bastante autodidacta, una forma de trabajo con autonomía. Si querés algo más relajado, quizás no es para vos. Pero es una apuesta de aprendizaje constante", reflexionó el recruiter IT.

Los miembros de Sysarmy concuerdan. Maraschio consideró que siempre existe la chance de escalar en la organización, "pero hasta mandos medios", advirtió.

"Tenés posibilidades (de crecer profesionalmente) aunque depende mucho de la empresa para la que trabajes. En mi caso, empecé como DevOps Engineer y ahora soy manager de un equipo de 3 personas. Lo importante es enfocarse en cubrir el déficit de comunicación informal que en una oficina se puede dar en un pasillo o en un café, pero por videollamada y chat", dijo Casarero.

En ese marco, la mayoría coincide en que ser empleado IT remoto sigue siendo muy buen negocio no solo por el componente financiero, sino también a largo plazo.

"Definitivamente, si bien hay todo un stress tributario para iniciarse como exportador de servicios, después es una gimnasia habitual. Aún con los vaivenes económicos, trabajar remoto te da una remuneración en dólares, y al menos a mí, una flexibilidad que no encontraría en un trabajo en relación de dependencia", dijo el Manager of Internal IT en Percona.

¿Conviene entonces, pese a los inconvenientes, seguir trabajando para el exterior? "Sí, sin lugar a dudas", respondió tajante Maraschio. "Creo que la única contra que tiene trabajar remoto para el exterior es la parte tributaria. Tanto la flexibilidad con la que te movés en el día a día, junto con los equipos multiculturales y la remuneración en dólares, lo hacen muy atractivo", completó.

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