Tras varios días turbulentos con el regreso de Sam Altman, OpenAI parece haber recuperado la calma, pero podría ser por poco tiempo. 

Según The Information, Microsoft no ocupará un puesto en la nueva junta directiva de la organización, lo que podría generar controversia.

El medio indicó que ninguno de los inversores, incluyendo a Microsoft, Sequoia Capital, Khosla Ventures y Thrive Capital, tendrá representación en la renovada mesa de gobernanza. 

Aunque esta información aún no es oficial, la junta de OpenAI no hizo declaraciones al respecto, y se espera que los cambios anunciados tras el retorno de Sam Altman se formalicen esta semana. 

Solo Adam D'Angelo, CEO de Quora, continuará en su posición, sumándose Bret Taylor y Larry Summers a otros dos asientos, mientras que quedan pendientes los 6 espacios restantes.

Durante las negociaciones para su retorno como CEO, se rumorea que Altman aceptó no recuperar su lugar en la mesa directiva, al igual que Greg Brockman, presidente de OpenAI.

 

Sam Altman, CEO de OpenAI.
 

Sin embargo, en medio del escándalo, se especuló sobre la posibilidad de que Microsoft amenazara con retirar su apoyo financiero si no se le otorgaba un asiento en la nueva junta.

Aunque Microsoft expresó públicamente su continuo respaldo a OpenAI, la ausencia de representación en el consejo podría desencadenar nuevos conflictos en el horizonte.

Microsoft no formaría parte de la nueva junta directiva de OpenAI

Según The Information, la razón oficial para negarle un lugar en la junta directiva a Microsoft y otros inversores de OpenAI sería la priorización de la seguridad en el desarrollo de inteligencia artificial sobre los rendimientos financieros.

Un aspecto clave a tener en cuenta es que tanto Microsoft, liderado por Satya Nadella, como otras compañías inversoras, desempeñaron un papel crucial al presionar por el retorno de Sam Altman como CEO. Thrive Capital, por ejemplo, se destacó en la campaña para su regreso.

La presencia de inversores afines a Altman en la junta podría otorgarle considerable influencia, incluso si él mismo no ocupa un lugar. 

En otras palabras, aunque renuncie formalmente a su posición, es posible que tenga representantes alineados con su visión que impacten en las decisiones y estrategias.

Satya Nadella, CEO de Microsoft.
 

En el caso de Microsoft, la búsqueda de un lugar en la junta tiene sentido, ya que contribuyó con más de u$s10.000 millones para el desarrollo de soluciones de inteligencia artificial y posee el 49% del brazo con fines de lucro de OpenAI. 

Sin embargo, tras el despido de Sam Altman, la empresa quedó en una posición de observador, dando paso a la posibilidad de un reclamo por un puesto en la nueva junta directiva.

Aunque Microsoft no expresó públicamente su interés en un asiento en la junta, Satya Nadella fue claro en una entrevista con CNBC al afirmar la necesidad de un cambio de gobernanza en OpenAI. 

Thomas Hayes, empresario, comentó a Reuters que es improbable que Microsoft adopte una postura pasiva ante la perspectiva de quedar excluido de la gestión de la startup

"Microsoft tendrá algo que decir al respecto, dada la cantidad de dinero que ha invertido", sostuvo.

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