Tener una empresa en Argentina es prácticamente una actividad de riesgo: la incertidumbre generada por el escenario económico y la inestabilidad política son constantes que impiden sostener una estructura financiera y de costos eficientes, y definir una estrategia a largo plazo.
En los tres primeros años de gestión del Gobierno desaparecieron 12.200 empresas, es decir, unas 80 menos por semana, según un informe de IERAL de Fundación Mediterránea, en base a datos de AFIP.
Mientras que, las que lograron sobrevivir, deben enfrentar costos extra e imprevistos solo para hacer frente a la coyuntura y mantenerse operativos.
Qué problemas enfrentan las empresas argentinas
La calificadora de riesgo Moody's advierte que la incertidumbre macroeconómica y los constantes cambios de política son los principales factores que complican la operación de las empresas locales.
Además, señala que "la inflación persistentemente alta del país, combinada con la creciente tensión sobre el peso, reduce significativamente la estabilidad macroeconómica, afectando al soberano, los bancos y las empresas".
Un informe de la Fundación Observatorio Pyme al que accedió iProUP remarca que los principales limitantes para el buen desempeño de una empresa son:
- Falta de demanda (25%)
- Escasez de capital de trabajo y alta tasa de interés (11%)
- Trabas al acceso a las divisas de su empresa o proveedores (26%)
- Falta de personal con la calificación necesaria (11%)
- Complejidad de las relaciones laborales (4%)
La organización asegura que la marcada volatilidad en los precios relativos genera los siguientes perjuicios:
- Contraer la demanda
- Complicar la estimación de costos y fijación de precios
- Dificultar la planificación a largo plazo de la actividad productiva
Además, el escenario electoral puede aumentar todavía más la incertidumbre y cambiar las expectativas.
Ignacio Aquino, socio de PwC Argentina de la práctica de Deals, revela a iProUP que la crisis argentina afecta de distintas maneras según la coyuntura de cada industria. Por ejemplo, una prepaga tiene menor margen para trasladar a precio y está más expuesta en términos regulatorios que una firma de consumo masivo.
En esta línea, también existen compañías de otros ramos que se ven favorecidas, o menos impactadas, por el contexto económico.
"La situación es muy compleja y existen tantos microclimas como industrias, con coyunturas puntuales, regulaciones específicas para cada una, y más o menos intervención del estado. Eso hace que sea difícil mirar la situación como un todo, y cada segmento se vea impactado por factores determinados", explica Aquino.
Cuánto les cuesta a las empresas argentinas la crisis económica
El contexto de total incertidumbre y falta de previsibilidad atenta contra la posibilidad de generar un presupuesto de gestión empresarial ajustado y eficiente, y genera "costos ocultos" asociados a la coyuntura.
La devaluación y la inflación no permiten proyectar a largo plazo
Federico Glustein, economista y docente, la coyuntura económica local, sin dudas, genera costos extra nominales para las empresas. En tanto, se pagan contratos a plazo con una perspectiva inflacionaria creciente, sumado a una permanente revalorización de los bienes y servicios comercializados, a tal punto que, en ocasiones, se necesita personal específico para esa tarea.
"Más pricing y menos crecimiento. Es transversal en temas impositivos, pero también cambiarios. La valuación de los insumos y el costo de reposición juegan permanentemente en la estructura de costos", explica.
Mientras que es todavía más caro operar para las Pymes, porque tienen menor capacidad de stockeo de bienes, compra de divisas en cobertura o acceso a flujos de dinero para colocar en fondos de inversión que les permitan rentabilizar excedentes.
"Dependiendo de la rama de la industria, los factores extra pueden alcanzar hasta el 30%, contemplando el endeudamiento necesario para cubrir eventualidades y otros gastos extra, como las redisposiciones del personal, actualizaciones permanentes en la estructura de costos y la caída en términos reales del consumo. Y comprometer hasta un 15% de la facturación en este contexto, siempre hablando en promedios y en términos reales", completa.
En la misma línea, Juan Sosa Fernández, presidente y CEO de Grupo Generadores, subraya a iProUP que los escenarios de extrema incertidumbre afectan la operación de las empresas por variables incontrolables como:
- Tipos de cambio múltiple
- Hiperinflación
- Paritarias y bonos
- Impuestos y retenciones
- Imposibilidad de importar libremente y pesificación de exportaciones
- Mercados recesivos
- Pérdida de clientes
- Cortes en la cadena de pagos
"Esto complica todavía más a las Pymes que no tienen una casa matriz en el exterior que les gire divisas. Si a los costos asociados a estas variables, sumamos la falta de crédito, logramos un combo perfecto para afectar a cualquier pyme que opere en el mercado argentino", señala Sosa Fernández.
Las empresas pueden tener personal específico para sortear los problemas económicos locales
Según el experto, "dependiendo de la industria o sector, operar en este contexto puede ser entre un 12 o 18% más caro y trae como consecuencia una gran pérdida de competitividad".
En ese sentido, todas las actividades que tienen un componente de logística, lo que implica capital humano, combustible, insumos importados para mantenimiento, seguros y sindicatos duros, están muy afectadas, alerta el ejecutivo.
Por otra parte, el contexto de inseguridad física, obliga a muchas empresas a incorporar medidas o personal de seguridad, que suman un alto costo extra a la operación.
Asimismo, remarca que "muchas empresas no puedan producir determinados productos, otras se sienten en el stock y no comercializan por no pueden establecer un precio. Esto tiene un impacto negativo muy negativo las utilidades anuales".
"Necesitamos urgente un orden político, jurídico, económico y social, para estabilizar el mercado y garantizar el empleo, la producción, incentivar la inversión y que la Pyme vuelva a crecer en el país", exige Sosa Fernández.
Para Aquino, todas las variables de la economía están completamente distorsionadas y los cambios constantes de regulaciones y restricciones generan que las compañías deban destinar una mayor cantidad de tiempo a gestionar la empresa y adaptarse al contexto.
"Las interrupciones que se generan a partir de no tener un plan económico confiable, con reglas claras a largo plazo, genera una pérdida de confianza de los jugadores en el mercado y de las empresas del exterior que tienen que invertir en Argentina", concluye.