Franco Ventrice trabaja por su cuenta. Si bien está terminando la carrera en ingeniería en la Universidad Tecnológica Nacional, hace ya varios años se desempeña como desarrollador independiente de aplicaciones Android para distintas compañías. Con la falta de profesionales, a la industria de software no le importan los títulos, sino el talento. Él, como tantos otros desarrolladores, se ocupa de la demanda creciente de soluciones móviles de un mercado en constante crecimiento.
Esta necesidad se refleja en los números: el sitio de estadísticas Statista asegura que 2019 terminará con 2.5 mil millones de usuarios de smartphones a nivel global. Estas cifras no hacen más que aumentar, con el 36 por ciento de la población mundial con un teléfono inteligente en su bolsillo.
Del otro lado del planeta, China, el país más poblado del mundo, lidera la industria. Tal es así que se prevé que la cantidad de usuarios aumentará de alrededor de 563 millones (2016) a casi 675 millones en 2019. A su vez, se estima que alrededor de la mitad de la población china utilice un teléfono inteligente para 2020. Estados Unidos lo sigue de cerca, con 247.5 millones de equipos para fines de 2019.
Este robustecimiento del mercado móvil está acompañado por una industria de desarrollo que también ostenta números que hace años eran impensados: hay 5.8 millones de apps disponibles y creciendo. La tienda digital de Google tiene la mayor cuota del mercado, con 3.8 millones, mientras que Apple completa los otros 2 millones. En promedio, cada usuario tiene 33 aplicaciones instaladas, usa 12 a diario y utiliza el teléfono cuatro horas al día.
"Es importante entender el negocio, ver qué quiere el cliente, cómo funciona el contexto donde se usa la app, y comprender qué funcionalidades útiles podría tener para cumplir con sus necesidades. Lo ideal es tener todo documentado, bien definido y validado con el cliente, en lo posible que no queden grises", explica a iProUP Ventrice cuando se le pregunta qué es lo que buscan sus clientes.
Maggie Solé, jefe of Sharing de la startup de estrategias móviles Winclap, asegura: "Con tantas opciones en el mercado, el desafío para las empresas es sobrevivir ante la voraz competencia".
Desafíos de un mercado acelerado
En una industria que se mueve con una celeridad nunca antes vista, los actores que participan de esta cadena coinciden que el punto de partida para desarrollar cualquier tipo de aplicación móvil es comprender su objetivo de negocios.
"Del lado de las empresas, el principal desafío es el 'para qué' se quiere hacer tal o cual aplicación. Muchas veces se lanza una app sin tener un objetivo definido y se la desarrolla simplemente porque la competencia tiene una y no se quiere ser menos que ellos", asevera Pablo Retes Rojas, Director SBU Banca, Salud y Educación de Snoop Consulting.
Y agrega: "pensando de esta forma difícilmente aportará valor. A nosotros, desde Snoop, no solo nos interesa entregar productos digitales en tiempo y forma, sino que también estamos muy involucrados para que la adopción por parte de los usuarios sea óptima y que, de verdad, aporte valor a su negocio".
En este proceso, el valor de las "metodologías ágiles" (es decir, aquellas estrategias propias de la industria de software que permiten tener un proceso iterativo e incremental), aparece en el horizonte como una alternativa atractiva para trabajar con esta industria. La clave está hacer entregas periódicas del producto, con presentaciones semanales y seguimiento cercano con el cliente.
Además del diseño centrado en el usuario y la experiencia existen otros desafíos. "Uno de ellos es el Time to Market: iniciar un proyecto de desarrollo muy largo es riesgoso en muchos aspectos. Las condiciones del mercado pueden cambiar, los presupuestos de las empresas y la financiación del proyecto pueden alterarse y existe el riesgo de que el producto desarrollado no tenga una buena recepción de los usuarios", explica a iProUP Gabriel Kotliar, CTO de GlobalLogic Latam.
Asimismo, para el CTO es crítico poder liberar versiones del producto regularmente empezando por un "Producto Mínimo Viable" (o MVP, por sus siglas en inglés) que permita tomar contacto rápidamente con la realidad y ajustar la dirección en la que va el proyecto de la app. Como dice el dicho popular, "equivócate pronto, equivócate mucho".
"A pesar de que esto parezca relativamente simple de comprender, es muy complicado de implementar. Hay que ejecutar el proyecto utilizando metodologías que permitan tener una forma de trabajo dinámica y poner mucho foco en la calidad del desarrollo para que soporte la variabilidad que el negocio necesita utilizando tecnologías y técnicas como integración y delivery continuo, testing automático y arquitectura evolutiva", suma el CTO.
Cuestión de tiempos y costos
Con grandes desafíos por delante, tanto las empresas que desarrollan aplicaciones, los desarrolladores que las llevan adelante y las compañías que quieren implementar soluciones móviles buscan encontrar un norte en aguas agitadas. En esta turbulencia, la pregunta que surge es siempre la misma: ¿Cuánto sale una aplicación y cuánto puede demorar?
La respuesta correcta, para ambas variables, es "depende": cantidad, tamaño y complejidad de las funcionalidad a desarrollar.
"En general, el costo de las aplicaciones está directamente relacionado con la cantidad de tiempo que lleva el desarrollo. Es importante considerar en este caso que la forma en la que desarrollamos aplicaciones en GlobalLogic apunta a tener un MVP en producción lo más rápido posible y esto permitiría que el producto genere ingresos a la compañía en un corto tiempo y, de alguna forma, financie su propio desarrollo", explica Kotliar.
Una aplicación simple se puede desarrollar aproximadamente dos meses (siempre con iteración de nuevas versiones), siempre y cuando se vea una respuesta de los clientes. Aplicaciones más grandes pueden requerir un tiempo inicial más largo como diez o 12 meses y llegar a tiempos finales de desarrollo de varios años en el caso de aplicaciones corporativas.
Por parte de los costos, la tecnología que se utilice es un factor clave ya que, por ejemplo, si se utiliza tecnología open source, no existirán costos de suscripción ni licencias, mientras que se si se va por herramientas con suscripción, habrá que considerar diferentes variables.
"Una equivocación común es pensar la app como un proyecto que inicia y termina; hay que considerar también los costos de mantenimiento y correcciones, entonces lo sensato sería considerarla como un producto con un ciclo evolutivo propio", suma Retes Rojas de Snoop Consulting.
En concreto, una app de tamaño pequeño pero con una grata experiencia de usuario, puesta productiva, puede ir desde los u$s 30.000 a u$s 60.000, con una duración de construcción de unos tres meses aproximadamente, con un equipo que puede ir entre 1 o 2 developers (FTE), más arquitectura, análisis, testing, User Experience y gestión de proyectos.
Más allá de estas cuestiones, Sebastián Divinsky, Socio Fundador y CEO de EducacionIT, cree que "en la creación de una app el salario del equipo de desarrollo tiene mayor peso" sobre el resto de las variables y que "cualquiera con estudio y dedicación puede hacer una buena app sin problemas".
"Hoy en día, desarrollar un producto digital es sustancialmente más barato que hace unos años. No estamos hablando de nada nuevo con la tendencia a la democratización de la tecnología (este concepto ya tiene varios años) y hoy en día programar ya no es algo elitista. La tecnología en general, y en este caso los lenguajes de programación, se volvieron mucho más amigables", suma.
Hacelo vos mismo
Esta democratización de la que habla Divinsky es real y permite que cualquiera con los conocimientos necesarios -y los instrumentos indicados- pueda crear productos aptos para el mercado. Sin embargo, también existen plataformas que ayudan a simplificar todo este proceso.
En esta sintonía, VeriTran, una compañía de soluciones de banca digital y pagos, lanzó recientemente Low Code Plataform, una herramienta que busca agilizar la construcción, despliegue y evolución de aplicaciones digitales con poca o ninguna programación. "Nuestra plataforma brinda la posibilidad de crear aplicaciones de negocio a través de interfaces gráficas con un modelo visual Drag&Drop que permite arrastrar y soltar componentes en lugar de recurrir a la programación tradicional", explica a iProUP Marcelo Fondacaro, VP Global Sales Director de VeriTran.
Esta plataforma cuenta con templates pre construidos que permiten evitar la creación de apps desde cero. Así, los clientes de VeriTran solo deben adaptar el contenido y reglas de negocio y para en pocas horas salir al mercado.
Para comenzar una aplicación a través de VeriTran Low Code Plataform no es necesario tener conocimientos técnicos (programación, seguridad, diseño gráfico, User Experience), lo que facilita que las empresas y emprendedores pueden comenzar sus aplicaciones y llevarlas hasta las manos de los usuarios.
En un modelo tradicional, desarrollar una app tiene un costo alto, ya que se debe considerar el trabajo de un equipo especializado y multidisciplinario, además de la siempre compleja curva de aprendizaje, las pruebas y tiempos de implementación. Además, hay que pensar en el mantenimiento y actualización.
VeriTran Low Code está disponible en la nube, para permitir que empresas de cualquier tamaño e industria accedan a un modelo PaaS (Platform as a Service) desde cualquier lugar del mundo, reduciendo drásticamente los tiempos y costos.
Para acceder a la plataforma, en principio, las compañías interesadas cuentan con una opción de un periodo gratuito de prueba. Una vez finalizado, podrán acceder a un plan que tiene un costo de 250 dólares mensuales por 100 usuarios y que se va reduciendo a medida que se incrementa la cantidad de usuarios de la aplicación.
"El uso de nuestra plataforma acelera 10x el desarrollo de software respecto a las metodologías tradicionales. Ahora es posible lanzar una aplicación en horas y no en meses", suma Fondacaro y finaliza: "nos planteamos como desafío buscar la manera de lograr la productividad que se requiere, considerando el dinamismo con el que evolucionan las demandas".
¿Filosofía o innovación?
Con tantas posibilidades, herramientas y plataformas (sin olvidar el rangos de precios), el objetivo final de una plataforma móvil es que funcione en el mercado.
Para eso tiene que estar respaldada por una idea atractiva, bien realizada y que complete una necesidad real. Entonces, la idea, ejecución y resultado, son factores muy importantes. "La idea resuelve el para qué, la ejecución debe ser una experiencia plena, agilista, empática con el cliente, y así se llega a un buen resultado", explica Retes Rojas.
Al fin y al cabo, se podría ver como la pregunta filosófica de "¿qué vino primero, el huevo o la gallina", donde todos los pasos son necesarios para completar el ciclo: "una buena idea sin una buena ejecución es un cascarón vacío y una mala idea bien ejecutada será una app muy bien desarrollada pero que no encuentra público que esté interesado en utilizarla", finaliza Divinsky.
En un escenario prometedor y abierto, pero también competitivo y atiborrado de opciones, el universo de las aplicaciones móviles aparece como una alternativa compleja pero muy atractiva para las compañías que quieren conquistar al mejor amigo del hombre moderno: el smartphone.