Pensar un futuro donde los robots trabajen a la par de los humanos ya no es tan difícil. El avance de la tecnología permitió que lo que solo se veía en películas también llegara a la realidad.
Los robots ayudantes ya son una realidad, tal como lo demuestra la empresa E-Szoftverfejlesztö con su cafeteria Enjoy Budapest Café. En este local trabajan siete androides que saludan a los visitantes, sirven pedidos y ofrecen juegos como entretenimiento.
Allí, los robots atienden en silencio, visitan las mesas y se ocupan de atender a los clientes. Si bien los pedidos son tomados por mozos humanos, el resto de la interacción es con los trabajadores tecnológicos.
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"¿Quién se emocionaría cuando su pedido es entregado por una bandeja sobre ruedas?", se pregunta el propietario del café, Tibor Csizmadia.
En el bar hay música, las cafeteras hacen ruido y en general hay un ambiente en el que se hace imposible la comunicación audiovisual con los robots, que así no entenderían los pedidos. "Por el momento el contacto físico es la única forma de interactuar (con los robots), y en las investigaciones que estamos realizando también estamos analizando qué tipo de comunicación es la que busca la gente cuando interactúa con un robot", explica.
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Por otra parte, los más chicos podrán divertirse con Pepper, el invento francés que luego fue adquirido por japoneses. Este producto tiene un amplio abanico de juegos, bailes e interacciones que permite entretener a su público.
Cabe destacar que, para su dueño, esta estrategia "genera más empleo. Según Csizmadia "incrementa -por la novedad- el número de clientes que al mismo tiempo generan nuevos puestos de trabajo".
"Es una paradoja: desaparecen los empleos donde no se aplica la nueva tecnología", asegura, quien con su empresa colabora con varias universidades de Hungría en un proyecto cuyo objetivo es desarrollar robots para el mercado europeo.
Igual así, según pronostica, deberán pasar dos o tres décadas más hasta que los robots aparezcan en los hogares como verdaderos ayudantes.