Una de las definiciones del concepto de crear es que es el acto de producir algo nuevo, original o innovador, ya sea tangible o intangible, a partir de una idea, concepto o inspiración. La creación implica el uso de la imaginación, la innovación y la habilidad para transformar algo existente en algo nuevo.
La creación puede tener lugar en una variedad de campos, como el arte, la música, la literatura, la tecnología y la ciencia. Puede ser un proceso individual o colaborativo, y puede llevarse a cabo en diferentes medios y formatos, como pinturas, esculturas, libros, música, películas, software, y mucho más.
Entonces ¿Una Inteligencia Artificial (IA) puede crear? Aunque un programa con IA puede ser más avanzado que los humanos en términos de su capacidad para procesar grandes cantidades de datos y encontrar patrones mucho más rápido, todavía no puede crear como lo hace un humano en todos los sentidos.
La creación humana a menudo se basa en la experiencia, la intuición, la emoción y la subjetividad, capacidades que las máquinas todavía no pueden replicar completamente.
Los humanos también tenemos la capacidad de hacer conexiones entre ideas aparentemente no relacionadas, factores que nos permite encontrar soluciones a problemas de forma creativa y generar nuevas formas de pensamiento, destacándose dos cualidades que considero fundamentales que empleamos al realizar tareas, resolver problemas o proponer soluciones que son, el sentido común y la contextualización.
Aunque la IA puede aprender de ejemplos y patrones previos, para crear algo nuevo todavía no tiene la capacidad de comprender y aplicar el contexto y la subjetividad, que son esenciales para la creatividad humana.
La inteligencia artificial puede imitar la creatividad
Sin embargo, es posible que, en el futuro, con avances en el campo de la IA, se puedan desarrollar sistemas que se acerquen más a la creatividad humana. Aunque es difícil predecir exactamente cuándo y cómo esto podría suceder.
Dicho esto, considero a la IA como una gran componedora. Al igual que cuando hacemos un collage de imágenes, ella lo hace con la capacidad de replicar con mayor exactitud las técnicas de los artistas humanos de los que aprende.
En la actualidad existen programas como Stable Diffusion o Dalle que aprendieron a componer imágenes con los estilos aprendidos de pinturas, imágenes y dibujos recolectados de internet. Lo asombroso es que puede realizar imágenes en base al estilo de grandes artistas, como por ejemplo al pedirle que pinte la Gioconda en el barrio de caminito al programa Dalle.
Le hicimos una prueba y le preguntamos: ¿Podés pintar un cuadro con el estilo de Benito Quinquela Martín en el puerto de Marsella?
Podemos observar qué tan parecida es la pintura y la aplicación del estilo. Sino sabríamos como se creó podríamos pensar que es una falsificación, una imitación, un proceso creativo o como me gusta decir una composición creíble.
Podemos también encontrar a ChatGPT que no solo responde respuestas, sino que es capaz de crear artículos periodísticos, cuentos y relatos con el estilo de los autores con los que fue entrenado.
Para testear, le plantee a la IA que cree un artículo científico con 10 referencia bibliográficas relevantes, que son las que le dan credibilidad y sustento al artículo. El mismo tenía un estilo impecable, con coherencia argumental en base a la información de la que aprendió.
Muy sorprendido, comencé a chequear las referencias bibliográficas y lo que ocurrió fue que muchas no existían. Otras fueron borradas, pues estaba entrenado con información de hace un año: y en Internet eso es una eternidad.
¿Puede mentir la Inteligencia Artificial?
La IA nos mintió, falseó los datos o se equivocó. Creo que ninguna de estas afirmaciones es correcta, sino que la IA es capaz de componer textos de una manera correcta con datos equivocados, con lo cual plantea el problema de la credibilidad y validación de datos que muchas veces solo es notada por un experto en la materia.
Otro tema interesante y que plantea grandes problemas a resolver, es el sesgo, pues la IA compone de acuerdo con los datos con que fue entrenada. En nuestro país hay un proyecto muy interesante llamado Cuenti.to (https://cuenti.to/) que permite realizar cuentos cortos para niños de forma colaborativa utilizando a la IA como una herramienta de composición de texto e imagen.
En una entrevista en Youtube, sus realizadores cuentan cómo desarrollaron el sitio y los principales problemas que debían solucionar, como por ejemplo el sesgo, pues al principio cuando solicitaban se creen las imágenes del cuento, lo realizaba siempre con niños de ojos celestes y rubios porque posiblemente fue entrenado con este set de datos.
Para evitar este sesgo, los desarrolladores se valieron de la capacidad de aprendizaje de la IA, creando un conjunto de datos y reglas de entrenamiento para que la IA aprendiera a ser inclusiva, escribir en nuestro idioma.
Para poder utilizar la IA de forma correcta, como ocurre con cualquier herramienta, surge la necesidad de desarrollar nuevas aptitudes, que devienen en la creación de capacitaciones, cursos y hasta carreras universitarias.
Es así como aparece una nueva profesión de la cual mucho se está hablando: la ingeniería de prompts, que es el proceso por el cual un humano es capaz de diseñar y redactar las preguntas de forma correcta para que la IA pueda generar respuestas, imágenes o resultados útiles y relevantes.
Pero esto tiene también un lado oscuro, pues mediante este armado de los promps se puede lograr que la IA salte sus barreras de seguridad, como por ejemplo opinar sobre política, salud y discriminación.
Como ocurre con las tecnologías disruptivas, estos temas se irán ajustando. La diferencia fundamental con respecto otras IA anteriores, es que la tecnología empleada en estos chats de procesamiento de lenguaje natural les permite aprender de internet y son de acceso libre logrando una gran expansión a través de la red que permitió que en pocos meses millones de humanos lo estén utilizando, difusión y aprendizaje pocas veces logrado.
A medida que interactúa con los humanos va aprendiendo más y más, y se van descubriendo nuevos problemas que se van corrigiendo y mejorando la capacidad de respuesta.
Esta semana surgieron dos herramientas nuevas que son las herramientas de Google para componer música con el estilo de los autores y un asistente personal llamado PI que se basa en la capacidad de empatía, de conversación y patrones sociales y psicológicos que empleamos los humanos sin saberlo.
Esta herramienta aclara que no puede sentir, pues al expresar emociones, repreguntar y aprender de nuestros hábitos rápidamente se pierde la noción de que no hay un ser humano del otro lado del cyber-espacio.
Sin duda debemos adaptaros rápidamente a esta tecnología, regular, capacitar y establecer en que áreas nos es más útil, pues lo único que es seguro es cambiara la forma en que trabajamos e interactuamos con la gran información que los humanos hemos creado, disponible en internet de forma libre y gratuita.
*Por Néstor Balich, director del Laboratorio de Robótica Física e Inteligencia Artificial del Centro en Tecnología Informática de la UAI