Siri, el asistente de voz del gigante tecnológico Apple, fue una de las primeras interacciones que experimentaron millones de personas con una innovación que hoy está en boca de todos y bajo la lupa de los reguladores: la Inteligencia Artificial (IA).
Desde su lanzamiento en 2011, lo que arrancó como una simpática voz fue evolucionando para convertirse en parte integral de la experiencia de los usuarios, e influyó con fuerza en la competencia, como Alexa de Amazon y Google Assistant.
En estos meses, un nuevo actor pateó el tablero y provocó una verdadera revolución: ChatGPT, diseñada por OpenIA, que tiene a Microsoft como uno de sus principales inversores.
Su éxito desencadenó una carrera en la cual las empresas más importantes del sector redoblan esfuerzos, al ver cómo millones de personas la utilizan pedirle desde recomendaciones de inversión hasta predicciones de todo tipo.
Si bien la tecnología de ChatGPT promete mejorar la productividad en diversas tareas e incentiva a las industrias a incorporar avances similares, también despierta preocupaciones.
Inteligencia artificial: cómo se usa en la industria
La IA no se conformó con destacarse en el mundo del entretenimiento o las finanzas, sino que rápidamente rompió todas las barreras y su avance resulta vertiginoso.Matías Latugaye, Country Manager de NotCo en Argentina, asegura a iProUP que su llegada a la industria de los alimentos proporcionó dos fuertes beneficios:
- Eficiencia en la utilización de recursos naturales, que impacta directamente en el ambiente
- La utilización de ingredientes que permitan la prevención de enfermedades, sin resignar sabor
La inteligencia artificial puede emplearse de diferentes formas en el sector y generar importantes beneficios para los involucrados, por ejemplo:
- Completar de manera inteligente un changuito virtual para maximizar el ahorro al comprar en la web de un supermercado, como la extensión ahí-ta! Para Google Chrome
- Evitar que se desperdicien productos –como lácteos o panificados– al dar descuentos para privilegiar la elección de alimentos próximos a vencer, como el caso de la startup Kigui
A su vez, tiene otros usos, como la intervención de manera directa en la elaboración de los alimentos. Y su evolución ya comienza a rendir sus frutos.
Inteligencia artificial: cómo se usa para crear alimentos
Uno de los casos más exitosos en el empleo de IA en este rubro es el de la firma argentina ZoomAgri: la usa para la elección de materias primas de mejor calidad (semillas de trigo, soga, maíz, etc.) y se beneficia en el ahorro de tiempo en los procesos, clave para economizar recursos y costos.
La compañía, creada en 2017 por Fernando Martínez de Hoz, Jaap y Matías Micheloud, se destacó tras el lanzamiento de su primer producto comercial, bautizado como ZoomBarley, con el cual se puede determinar la pureza varietal de cebada cervecera en tiempo real.
Martínez de Hoz indica a iProUP que la startup diseñó un banco de imágenes (con 100 millones de entradas etiquetadas según variedad) para que la IA reconozca. Así, la inteligencia artificial se entrena con la base de datos que analiza y mejora su desempeño. Tal avance revolucionó el sector y le permitió a la firma romper barreras geográficas para exportar sus servicios a diferentes partes del mundo.
La compañía argentina concretó alianzas estratégicas claves, como la anunciada días atrás con CMBTC (Canadian Malting Barley Technical Centre) para el desarrollo del reconocimiento de la variedad de cebada cervecera canadiense.
"Utilizamos Inteligencia Artificial en nuestros sistemas de procesamiento de imágenes y entrenamos algoritmos con fotos de un montón de granos, con las que le enseñamos las cualidades y fallas. Así, los ejercitamos para que aprendan a clasificar en tiempo real. Esa es la base de lo que hacemos y tiene mucho valor para la industria", destaca el emprendedor.
Así como Tomorrow Foods, referente en Argentina en la elaboración de alimentos saludables a base de plantas, abrió las puertas a las nuevas tecnologías y sumó a sus procesos a blockchain para acceder a información clave acerca de la trazabilidad, NotCo hiso lo propio y creó su propia IA.
Latugaye explica que el unicornio chileno desarrolló a Giuseppe, que combina inteligencia artificial y machine learning para analizar alimentos y realizar copias con ingredientes vegetales.
Esta tecnología acelera su aprendizaje en función a las distintas pruebas a las que es sometida y, a su vez, permite lanzar productos al mercado cada vez más rápido gracias al trabajo en equipo de la IA junto a un grupo de expertos (integrado por chefs y científicos, entre otros) para replicar comidas de origen animal utilizando únicamente plantas.
"Por ejemplo, en el desarrollo de la hamburguesa, entendemos cómo está compuesta y, a partir de ahí, Giuseppe va al universo vegetal para buscar la combinación de ingredientes para replicar el producto, sin perder textura, sabor ni otras características.", subraya.
Inteligencia artificial: lo que viene
El estudio de Accenture "Cuando los átomos se cruzan con los bits", al que accedió iProUP, remarca que la inteligencia artificial generativa y otras tecnologías están marcando el comienzo de un nuevo y audaz futuro para las empresas, a medida que los mundos físico y digital se vinculan cada vez más.
Juan Pablo Chemes, Director de Innovación de Accenture, afirma a iProUP que con los "gemelos digitales" puede replicarse en la vida real lo que se estudia en laboratorio. Además, anticipa que esta herramienta tendrá cada vez más adopción.
"El concepto de gemelos digitales aplica para entender cómo funciona una partícula, proteína, grasa, etc. Y se va a utilizar fuertemente en la industria de la inteligencia artificial", dice.
En diálogo con iProUP Maximiliano Dicranian, cofundador y COO de Kigui, afirma que al momento de sumar esta tecnología a su plataforma la vieron como una herramienta capaz de elevar las cualidades y mejorar la eficiencia: "No creo que hoy funcione sin la cabeza de una persona detrás para aprovecharla. No reemplaza, sino que potencia", subraya.
Pese a la sorpresa de muchos, la inteligencia artificial acompaña la vida cotidiana de las personas desde hace ya varios años, pero las últimas innovaciones abren el interrogante acerca de hasta dónde puede llegar y si se usará de manera responsable.