El sueño del auto propio está cediendo terreno entre los argentinos. No sólo porque los jóvenes ya no lo perciben como una necesidad (prefieren mantener su estilo de vida antes que un vehículo), sino también porque la crisis está alejando la compra de un 0Km de la lista de prioridades.
En efecto, los patentamientos cayeron casi 55% interanual en marzo, último mes relevado por la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA). La entidad agrega un dato aún más preocupante para el sector: fue el peor primer trimestre desde 2006.
Según una investigación de la UNDAV, un individuo que utiliza su auto para viajar al trabajo desde la Provincia de Buenos Aires a Capital Federal, recorriendo 30 kilómetros de ida y otros 30 de vuelta durante 22 días laborables al mes, abonando peajes en hora pico y cochera, gasta:
- Unos 35.000 pesos si posee un auto de gama alta
- Cerca de 24.000 pesos si es de gama media
- Unos 20.000 pesos si es de gama baja
Desde la UNDAV añaden otro dato clave: hoy se debe destinar un 20% más que hace tres años para mantener un vehículo. Estas cifras van dejando en evidencia por qué las propias automotrices son las que apuestan a sistemas alternativos de traslado. Y, muy en particular, a los autos compartidos (carsharing).
Mediante este mecanismo, una persona ya lo puede alquilar fácilmente desde el celular y usarlo un determinado lapso de tiempo, pagando sólo por ello. Si bien se trata de una práctica común en otros países, en la Argentina empezó a "tomar forma" con los servicios de dos gigantes japoneses: Toyota y Nissan.
Toyota lanzó Mobility Service a fines de 2018, y quedó completamente operativo en enero. Se trata de una plataforma de servicios de movilidad que posibilita el uso durante el tiempo que la persona lo desee: lo retira de un concesionario y puede devolverlo en cualquier otro punto de venta oficial.
Desde la firma evitan referirse asociar este sistema al de un rent a car, al asegurar que brinda un amplio abanico de modelos e, incluso, opciones a medida, como una pick up con grúa incluida para trabajos pesados.
Luego fue el turno de Nissan. En sociedad con Awto (desarrolladores del software en Chile), presentó una plataforma similar. Las unidades se encuentran disponibles en las playas de estacionamiento de shoppings y supermercados y se contratan simplemente accediendo a través de una app que se descarga en el celular.
Estas dos firmas no hicieron más que fortalecer la primera apuesta que ya estaba en el mercado y que no había logrado tanta exposición: MyKeego.com, creada por los hermanos Rodrigo y Gerónimo Pérez Terra a comienzos de 2018, que ofrece el servicio de autos compartidos a través del teléfono móvil.
Con estos tres modelos activos, y con una puesta en práctica que acumula tres meses, la evolución del servicio presenta números concretos:
- Hace un año, según afirma Pérez Terra, el 90% de los conductores ni siquiera conocía la palabra carsharing. Tampoco tenía interés por descubrir los beneficios de compartir un auto
- Hoy, con las tres empresas en marcha, ya hay en el país casi 20.000 argentinos que se bajaron la app: 10.500 de MyKeego; 5.000 de Nissan y 4.500 de Toyota
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- MyKeego: cuenta con 1.500 usuarios activos y un 65% de reincidencia. Es decir, más de la mitad de las personas usó la plataforma al menos una vez
- Toyota: con apenas tres meses, 750 conductores han usado o usan el servicio
- En el caso de Nissan, esperan cerrar el primer mes para compartir las cifras En todos los casos, los planes de las marcas apuntan en igual dirección: ampliar la flota de vehículos para brindar una mayor disponibilidad y proyectan expandirse al interior del país.
Nuevos usos y costumbre
Son varias las causas que se conjugan para que las empresas ya no piensen sólo en vender autos. Una de ellas es que las investigaciones dan cuenta de que buena parte de la sociedad se fija cada vez más en los costos de mantener un vehículo que, en muchos casos, suele permanecer días enteros estacionados en el garaje.
"Se calcula que un auto particular solo se usa apenas un 4% del tiempo, es decir, un promedio de una hora por día", afirma a iProUP Mariano Segarra, gerente general de Awto Argentina.
Y añade: "Si todos se sumaran al carsharing se lograrían grandes mejoras en el tránsito, ya que por cada vehículo compartido hay 14 menos en la calle", asegura Segarra.
Las empresas también saben que la compra de un 0km no resulta tan prioritaria en las personas jóvenes cómo si lo era décadas atrás. En este sentido, influye la pérdida de valor en el tiempo: la mayoría de los modelos pasan a cotizarse a mitad de precio en apenas tres o cuatro años.
En otras palabras, lejos está de ser una inversión y, además, es un gasto bastante elevado. "Los millennials prefieren invertir su dinero en viajes y usar un auto sólo cuando lo necesitan", aseguran desde cada una de estas empresas.
Otro factor clave es el posicionamiento: si bien todavía no hay resultados en términos de rentabilidad, para las automotrices es una gran apuesta a futuro que deja por sentado la imagen de marca que quieren imponer y su compromiso con un mundo más sustentable y con menos vehículos a combustión en la calle.
Como muestra de estos desafíos, cada una de las compañías engloba este sistema en propuestas mucho más abarcativas.
En el caso de Nissan, este servicio es uno de los pilares de su estrategia global cuyo nombre es "Intelligent Mobility", orientada a las nuevas formas de desplazamiento que van irrumpiendo y que abarcan desde la forma de trasladarse a las tecnologías disruptivas que se van incorporando a los autos.
"Si bien en la Argentina es todo muy incipiente, a nivel global se observa una clara tendencia en la cual la idea de prestar un servicio va ganando importancia. Las propuestas sobre movilidad serán a través de sistemas de transportes integrados, donde se usen desde bicicletas hasta patinetas eléctricas y autos, todo en una misma plataforma", afirma a iProUP Gonzalo Ibarzábal, presidente de Nissan Argentina.
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El directivo añade: "Nuestra compañía lanzó esta estrategia junto con Awto porque lo que tratamos de hacer es aprender sobre los nuevos hábitos de los consumidores, qué cosas hacia futuro marcarán la agenda de la industria, y hacer una alianza con quienes ya tienen experiencia y nos aporta valor".
En el caso de Toyota, Daniel Herrero, número uno de la automotriz en el país, insiste en señalar: "Queremos dejar de ser una compañía fabricante de 0km para pasar a ser una empresa de servicios".
Desde Awto se muestran entusiasmados con el avance en Argentina. Segarra señala que "los vehículos compartidos serán cada vez más protagonistas ya que pasará a ser menos relevante el sentido de pertenencia".
Otras evaluaciones
Además de analizar la demanda de los consumidores y el posicionamiento, otro dato que contemplan las empresas es el tamaño del mercado y el potencial en cuanto a personas con licencia de conducir.
Justamente, en Awto evaluaron tres aspectos clave antes de lanzar su prestación en el país:
- 1. Potencial de crecimiento: las ciudades con más de un millón de habitantes, y determinado nivel socio económico, ya están preparadas para recibir al carsharing
- 2. Dificultad de llegar al coche propio: hoy circulan 1,6 millones de autos por día en Capital Federal y existen 1,9 millones de licencias de conducir vigentes. Es decir, hay miles de porteños habilitados para manejar pero que carecen de un vehículo propio.
- 3. Poco uso, altos costos de mantenimiento: en Buenos Aires, los gastos vienen creciendo por encima de la inflación. Además, muchos argentinos lo usan sólo 1 o 2 días por semana y unas pocas horas.
Ante estas características del mercado argentino, las empresas no dudan de que la modalidad irá en franco ascenso.
"El carsharing va a explotar. Cada vez más personas están interesadas en esta modalidad. Más aún los jóvenes y millennials, para quienes el coche propio se aleja de sus prioridades", anticipa Pérez Terra.
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Además, el directivo de MyKeego asegura que todo es una cuestión de educación: que la gente entienda el funcionamiento y vea las diferencias con un alquiler de autos.
"En nuestro caso, creamos la plataforma después de dedicarnos al servicio de renta y analizar las fallas que tenía. Notamos mucha falta de transparencia y que eso molesta al usuario. Por eso, por ejemplo, no incluimos la nafta en el costo diario. El auto se da con cierta cantidad de litros y si al devolverlo tiene menos, se le cobra lo que falta según el precio de surtidor, no hay secretos", explica.
Tendencias en el mundo
Además de estudiar el mercado local, las automotrices se inspiran en la popularidad que el sistema de auto compartido está registrando en otros mercados.
En este sentido, España es uno de los más exitosos y de acuerdo con un reciente estudio, tres de cada cuatro personas se muestran dispuestas a compartir la titularidad, siendo los jóvenes los que denotan mayor entusiasmo con esta opción.
"La forma de movilidad está cambiando mucho y se modificará aún más en los próximos años. En este marco, el carsharing suma cada vez más adeptos", dicen desde Volkswagen.
Remarcan que "los costos de mantenimiento aprietan cada vez más y la opción que crece es dividir esa propiedad". Y aportan un dato revelador: 75% de las personas se muestra proclive a compartir la titularidad, en línea con la tendencia global a pagar sólo el tiempo de uso.
Otras cifras interesantes del informe:
- El 82% de los encuestados de entre 18 y 24 años prefiere no gastar en el mantenimiento
- El 65% de las personas de entre 35 y 44 años está a favor de esta forma de propiedad compartida.
- Seis de cada 10 prefieren repartir los gastos sólo con una persona
Las empresas hacen cálculos para determinar en qué momento el carsharing se acercará a su pico de popularidad en el país.
"Sucede como con las cajas automáticas. Las primeras demandas provenían de personas que las usaron en sus viajes al exterior. En cambio ahora todos están acostumbrándose y las piden cada vez más", afirma un empresario.
Por otro lado, esta modalidad se empieza a dar en el mismo momento en que las automotrices han comenzado a apostar por los autos eléctricos, lo cual no es un dato menor, ya que tiene que ver con un cambio total del negocio y con una priorización de los nuevos modelos de movilidad de cara al futuro.