Según datos de 2021 de la Stanford Graduate School of Business & Latino Entrepreneurship Initiative, el número de empresas propiedad de latinos en los Estados Unidos creció un 35% en los últimos 10 años.
Además, las empresas propiedad de latinos aumentan su número de empleados a un ritmo mucho más rápido que las empresas de empleadores nativos, 55% frente al 8% desde hace 10 años.
Esta tendencia de creciente consumo y negocios, genera u$s2.750 millones de la economía total en los Estados Unidos.
Por eso, hay cuatro mitos y verdades sobre cómo operar en ese país siendo extranjero.
Mito #1: es muy complejo y difícil manejar una empresa en los Estados Unidos. La expectativa y visión generalizada de los emprendedores es que los procesos de constitución de personas jurídicas son complejos y que el manejo de empresas también lo es.
Más sencillo de lo que parece
Sin embargo, la realidad es todo lo opuesto, constituir una empresa en suelo norteamericano es bastante sencillo. No es necesario ser ciudadano o residente en ese país o, incluso, tener una dirección o historial de crédito.
El proceso es sencillo. En algunos Estados es instantáneo (se puede constituir en 5 minutos) y en otros territorios nacionales puede tomar algunos días. El proceso de creación de los estatutos internos de la empresa también es bastante ágil.
Es un proceso interno y no se revelan sus contenidos al público.
Mito #2: hay que tener un socio o accionista americano. Eso no es verdad. Una LLC (sociedad de responsabilidad limitada) o una Corporation (Sociedad anónima) que son las dos figuras más usuales para registrar una empresa en los Estados Unidos, pueden tener accionistas 100% extranjeros. Sin que eso impida operaciones de la empresa o atrase la constitución de la misma.
#3: Los empresarios latinos no pueden firmar contratos con clientes en USA. Muchos emprendedores latinos mencionan haber firmado contratos sin saber si podían hacerlo.
La duda es si se trata de una acción legal o ilegal. En este caso se presentan algunos temas para aclarar.
Primero, desde un punto de vista estrictamente de validez de los contratos, por lo general los adultos con capacidad (es decir, que no estén discapacitados para tomar decisiones, como por ejemplo debido a una enfermedad o alguna deficiencia mental ya sea temporal o permanente) pueden firmar contratos.
No existe el requisito de ser ciudadano, residente, o requisito de otra índole geográfica. Claro que hay algunas formalidades para que el contrato tenga validez y hay también formalidades para protegerque el que firma lo haga a nombre de una empresa y no a nombre propio para que no quede implicado a nivel personal versus a nombre de la empresa.
Forjar una buena cerca
Siempre lo sugerido es que los ejecutivos o empresarios consulten con un asesor comercial legal y migratorio. Se trata más que nada de un tema de derecho de contratos, hay que ser especialmente cuidadosos también con las cuestiones migratorias.
Siempre recomiendo a mis clientes, que a la par de asesorarlos en cuestiones de alta de empresas, contratos, fusiones y adquisiciones, paralelamente se asesoren con un buen abogado de inmigración con matrícula también en EE.UU, para evitar actividades que puedan interpretarse como "trabajar" en los Estados Unidos.
Mito #4: No me conviene negociar contratos directamente con compradores de servicios porque seguramente hayan cláusulas que no van a querer firmar y me vana percibir como un proveedor difícil.
Incontadas veces escuchó por parte de sus clientes que un miedo recurrente es que si se ponen a negociar directamente un contrato van a serpercibidos como un proveedor difícil y problemático.
Eso no es verdad. La negociación es parte de lo normal entre las empresas y con muy pocas excepciones, es bienvenido proponer cláusulas que sean más justas, menos agresivas, y que reflejen la relación entre el cliente y el desarrollador de software.
Por ahí es cultural no querer generar un roce pidiendo cambios, pero no ví casos en todos estos años donde una empresa se ofendió porque mi cliente pide algunos cambios en los contratos.
De hecho, si noto que la otra parte se queja, yo eso lo levanto como bandera roja y le digo a mi cliente que investigue a ese comprador de servicios.
En los Estados Unidos hay un dicho "Good fences make good neighbors" que se traduce como"una buena cerca genera buenos vecinos". Y esto es real en una relación comercial en Estados Unidos.
Entrar a un contrato sin sentirse ahogado desde el principio es importante. Obviamente, también existen situaciones donde hay que firmar y asumir riesgos porque es parte del negocio".
*Por Gabriela N. Smith, Legal Counsel y Asesora Legal