Caos de tránsito, piquetes, calles cortadas, demoras en los accesos y transporte público colapsado. Todo aquel que resida en una gran ciudad conoce de primera mano los problemas de movilidad que deben soportarse a diario. Desplazarse hasta algunos lugares se ha transformado en una odisea.
Como si esto no fuera suficiente, las calles (incluso fuera de los centros neurálgicos) están atiborradas de vehículos que no dejan lugar para detenerse y mucho menos para estacionar, lo que pone los nervios de punta, genera malhumor y se transforma en un cóctel explosivo que detona con frecuencia.
Para ponerle cifras al fenómeno, en la Capital Federal hay 1,55 millones de vehículos empadronados. Es decir, casi el 10% de los 16,1 millones que conforman el parque automotor de la Argentina. Esto, sin contar los miles de rodados que ingresan todos los días desde el Conurbano.
Ante este escenario, la revolución digital propicia el surgimiento de nuevas alternativas de movilidad que buscan alivianar algo tan cotidiano como llegar al trabajo. La solución parece tener dos ruedas y un manubrio.
Los monopatines eléctricos son un boom muchas ciudades del mundo que también sufren el tráfico. Si bien su uso es más frecuente en Europa (especialmente, en España) y en Estados Unidos, este medio de transporte ecológico es la opción más utilizada por las personas para recorrer la famosa "última milla" para llegar a su empleo.
Gracias a su practicidad y, en muchos casos, capacidad de plegarse, se pueden llevar en el subte o colectivo para luego atravesar el trayecto final del recorrido.
La micromovilidad
Con el foco puesto en este negocio, las siempre polémicas pero cada vez más pujantes Rappi, Glovo y Uber decidieron sumarse a esta tendencia en franco ascenso con sus propios sistemas de alquiler de monopatines. En México, por ejemplo, Rappi ya opera en alianza con Grin, una firma de alquiler de e-scooters. Al igual que el sistema de bicicletas de la Ciudad de Buenos Aires, la empresa instaló puestos por toda la ciudad donde los usuarios, desde una app, pueden ver la disponibilidad, retirar uno y luego devolverlo en otro punto.
Todo, con un costo accesible y completamente digitalizado. Este concepto de "micromovilidad" es una tendencia que crece aceleradamente a nivel global.
Para picar en punta en el país, fuentes de la startup colombiana ya habían adelantado a iProUP que este servicio "llegará a mitad de año en Argentina", en el marco de un plan que contempla la utilización de shoppings y zonas comerciales como puntos de retiro y devolución de los monopatines.
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El sistema es sencillo: el usuario deberá encontrar la "estación Grin" más cercana a través de la app. Luego, mediante el escaneo con el celular de un código QR, se destrabará el vehículo y podrá utilizarse.
La siguiente imagen muestra el paso a paso del servicio:
El servicio se abonará con la tarjeta asociada a la aplicación y el precio final tendrá un esquema similar al de los taxis: una tarifa base (equivalente a la "bajada de bandera") más un importe por kilómetro recorrido.
Rappi podrá aprovechar su cartera comercial (restaurantes), para que se conviertan en "puntos Grin": los negocios recibirán a cambio parte de las ganancias por ofrecer espacio y recarga a los monopatines.
Si bien se adelantó en esta movida, su principal competidor en el mercado de delivery ya cuenta con arsenal propio. Se trata de Maxi Mobility, la startup española que reúne bajo su paraguas a las apps Glovo, Cabify y Movo. Esta última ya ofrece sus motos en España, donde cobra €1,70 por los primeros 15 minutos.
Lentamente, el servicio se fue expandiendo a Latinoamérica: a fines del año pasado, la empresa unificó las tres aplicaciones en una y comenzó a ofrecer el alquiler de monopatines eléctricos en Santiago de Chile.
Con respecto a una jugada similar en el mercado argentino, desde la compañía evitaron dar precisiones por un tema de estrategia competitiva.
"Es probable", señaló Julieta López, responsable de Marketing de la filial local de Cabify, en una reciente entrevista a iProUP, y deslizó una pista sobre la integración de las apps: "Glovo ya cuenta con presencia en Cabify, con un botón que permite bajar la aplicación".
Desde Uber evitaron dar declaraciones sobre este tema en territorio local, si bien desde el año pasado son dueños de Jump, un servicio de bicicletas eléctricas que está desarrollando esta nueva veta de negocios para la firma.
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"La idea es que cuando alguien salga encuentre un vehículo eléctrico simpático para conducirlo", explica Nick Foley, líder de Jump. "Y si hay mal tiempo, entonces se puede reservar un auto", añade.
Pero no son los únicos que se involucran en este nuevo negocio, al que apuntan varios pesos pesados: Ford, General Motors, Fiat Chrysler, Mercedes-Benz, Peugeot, Toyota y Volkswagen ya cuentan con sus plataformas de de scooters compartidos en varias ciudades del mundo. Incluso, analizan cuándo traerlas a la Argentina.
No sólo alquiler
Más allá de los sistemas de alquiler, que definitivamente ganarán terreno en a nivel local, el concepto de movilidad 4.0 mediante un scooter o monopatín eléctrico viene ganando adeptos en el país a partir de varios distribuidores que venden sus propios modelos a los consumidores finales.
"Mucha gente se interesa por este concepto cuando viaja al exterior y ve cómo las personas se mueven en las grandes ciudades", asegura a iProUP Cristian Gudalewicz, socio gerente de AirWheels Argentina.
Esta empresa, que tiene presencia en todo el mundo, comenzó a operar a principios de 2017 y cuenta con servicios de asesoría, venta y postventa para los interesados.
"Nuestro foco es el usuario que no quiere utilizar el auto por los altos costos de estacionamiento y nafta. Recurren al monopatín aquellos que viven cerca de su lugar de trabajo o bien quienes se toman cualquier transporte y lo usan para hacer las últimas cuadras. Por ejemplo, en el microcentro, donde no se puede ingresar con coches".
El perfil del cliente está bien marcado. Cerca del 90% lo compran para ir a trabajar a las zonas de microcentro, Palermo, Belgrano Zona Norte y Puerto Madero. ¿El costo? cercano a los 30.000 pesos.
Si bien tiene varios modelos -cuyos precios oscilan dependiendo de su construcción y algunas prestaciones, especialmente de comodidad y estética- todas las unidades del catálogo prometen una carga rápida en 90 minutos, 20 km de autonomía y 25km/h de velocidad promedio.
Con más de 300 monopatines vendidos, AirWheels Argentina comercializa cerca de 15 productos por mes, sin contar a los mayoristas distribuidos a lo largo del país.
Otro de los jugadores que ya pisa fuerte en Byron Scooters. Con sede en Vicente López, esta empresa decidió "rebrandear" productos importados para venderlos a precios más accesibles en el mercado local. Al igual que los representantes de AirWheels, la firma detectó el negocio a partir de lo que ocurre en otros países del mundo.
Por eso, a fines de 2018 formaron su empresa y salieron a conquistar un mercado que todavía no un líder claro. "Nuestro negocio, a diferencia del ridesharing (el modelo de Uber), apunta a la última milla práctica", coincide Joaquín Álvarez Vitle, cofundador de la marca.
Actualmente, Byron sólo tiene un modelo disponible con un precio promocional por lanzamiento de $28.000. Las características son similares a la de su competidor: velocidad promedio de 25km/h y 20 km de autonomía. Obviamente, estos valores pueden variar dependiendo de la contextura del conductor.
Se arma el mercado
Más allá de la aparición de más jugadores, la industria de la movilidad está en plena transformación. A partir de los cambios en el sector, las empresas comenzaron a dialogar con las entidades gubernamentales: nadie quiere atravesar el camino de Uber, que constantemente busca un aval legal para respaldar su actividad y no chocar contra el gremio de taxistas.
Tanto desde Byron como desde AirWheels confirmaron que ya tuvieron acercamientos con funcionarios locales para comenzar a delinear tanto las normas como las propuestas de cara al futuro.
"Creemos que son soluciones que llegan para quedarse porque simplifican la vida de las personas. Estuvimos hablando con gente del Ministerio de Transporte de la Nación y su intención es regularlo", explica Álvarez Vitle a iProUP, quien cree que "será a fin de año".
Cristian, de AirWheels, agrega que "la tendencia es creciente" y que a la industria "le va a servir mucho que lleguen plataformas de alquiler, ya que todos los argentinos van a poder probar estos vehículos".
El crecimiento, sin duda, es gradual: si crece el mercado, llegan más empresas, más modelos y los usuarios podrán elegir su medio de transporte sustentable a partir de una oferta más variada.
El escenario ya está listo y los jugadores presentan sus cartas para competir. Saben que sólo es cuestión de tiempo y de algo están muy seguros: las nuevas formas de movilidad llegaron para quedarse e irán creciendo al mismo ritmo que el caos de tránsito, el precio de la nafta y los problemas para estacionar.