¿Alguna vez soñaste con materializar un objeto que estaba en alguna película, serie o, incluso, en tu imaginación, ? Hoy, la impresión 3D lo hace posible. Juguetes, joyas, modelos, fundas para teléfonos, moldes y hasta órganos humanos son solo algunas de las infinitas posibilidades que presenta esta tecnología.
Esta innovación nació a principios de la década de 1980, cuando el inventor japonés Hideo Kodama empleó luz ultravioleta para endurecer los plásticos y crear un objeto con esta tecnología aditiva. Desde entonces, el desarrollo se extendió hacia otros materiales que lo transformaron en industria emprendedora en sí misma.
Así, muchos argentinos comenzaron a descubrir la manera de crear objetos únicos, personalizados y salir al mercado de forma rápida y con bajo costo.
Es que, según los especialistas, esta herramienta está cambiando radicalmente el modo de producir. Karl Schawb, fundador del Foro Económico Mundial, indicó en su libro "Cuarta Revolución Industrial" que esta innovación representa uno de los pilares "tangibles" de la economía digital.
"Es una herramienta que ayuda a materializar un diseño digital en una forma física. Dependiendo de la necesidad, se elige el tipo de impresora y el material. Las industrias en las que se aplica son: automotriz, metalmecánica, agro y hasta en medicina, ya sea para estudios prequirúrgicos, modelos dentales, ayudas técnicas y hasta prótesis para reemplazo de huesos", ilustra a iProUP Irene Presti, CEO y cofundadora de 3DU Digital.
¿Cómo funciona el proceso de impresión 3D?
Todo el proceso arranca con el diseño de un modelo en plano tridimensional en una computadora. Una vez cargado el plano, la impresora deposita una capa de material sobre otra (por ejemplo plástico) hasta crear el objeto en cuestión.
Una vez que se tenga el modelo, puede ejecutarse a través de un software cómo Cura, que toma el archivo y crea un código de miles de capas para indicarle a la máquina cómo imprimir.
La impresión 3D deposita una capa tras otra de material hasta crear el objeto final
El paso siguiente es configurar la impresora, elegir la calidad de impresión y la configuración correcta del material. Desde allí, se puede cargar el archivo a la impresora con un pendrive, tarjeta SD o un programa como OctoPrint. Luego, el equipo comienza el proceso aditivo, a veces lento, de aplicar el material capa a capa.
"Una impresora 3D permite fabricar cualquier objeto que previamente haya sido modelado en 3D. No hay moldes físicos, sino moldes digitales", expresa a iProUP Emiliano Carreira, CEO de Trimaker.
Entre los principales moldes para elaborar el diseño, Carreira nombra a algunos como Solidworks, Rhinoceros o Tinkercad, sistemas de software CAD. También se puede descargar gratis un diseño prediseñado en librerías digitales, como Thingiverse o CGTrader.
¿Qué tipos de impresoras 3D existen?
Presti remarca que actualmente existen diferentes tipos de impresoras 3D y cada una se emplea para diferentes aplicaciones. "La más usual es FDM (traducción al inglés de "modelado por deposición fundida"), la cuál funde un material plástico que va depositando capa por capa hasta lograr un objeto físico".
La matricería o inyección de plásticos es una de las tantas formas de fabricación de piezas plásticas masivamente. Se trata de una tecnología capaz de crear grandes volúmenes de piezas similares en poco tiempo.
El material que emplea es un polímero que funde a una temperatura de entre 200 y 300 grados, según el material y la impresora. La ejecutiva remarca que esta máquina es de menor valor y es la más empleada por emprendedores y hobbistas.
Otro tipo de impresión que menciona es la estereolitografía o SLA: en este proceso se utiliza material de resina fotosensible en un recipiente en el que al entrar luz se endurece y va creando el objeto. Luego debe ser "curada" para que dicho material seque y termine de solidificar. Esta tecnología es empleada en su mayoría para pequeños formatos como odontología y joyería.
En tercer lugar, cita el estándar SLS (sinterizado láser selectivo): "El material se encuentra en un recipiente con partículas de polvo, que al ser tocadas por un láser se derriten y unen entre sí, generando el objeto. Utiliza desde plásticos de gran resistencia como el nylon, hasta metales como acero o titanio".
Se trata de una tecnología aprovechada por el sector industrial con grandes prestaciones porque "podes tener una pieza totalmente personalizada, con medidas exactas" y en medicina, ya que el "titanio es empleado en las prótesis para obtener un hueso a medida del paciente".
Por último, Carreira suma el estándar PETG, que es presenta mayor resistencia mecánica y al agua que el PLA. "Es ideal para carcasas, drones y robots. Tiene una buena calidad superficial y es una gran alternativa que cobran cada vez más usuarios", opina.
Impresión 3D: ¿qué necesito para iniciarme y cuánto puedo ganar?
Presti recomienda que, al iniciarse con la impresión 3D, primero hay que capacitarse. De esa forma tendrá la posibilidad de saber qué quiere fabricar y, en base a tales, necesidades elegir la impresora ideal, el material, los costos y los tiempos.
"Es muy importante formarse, porque la mayoría de las consultas que tenemos son por falta de conocimiento y no por falla de los equipos, que son cada vez más fáciles de usar, pero es importante saber sobre máquinas y materiales para que la persona no se frustre apenas comienza", apunta la directiva.
Por su parte, Tomás Chernoff, CEO y fundador de CHE3D, expresa a iProUP que "hay máquinas que valen $40.000 y se pueden comprar en 18 cuotas sin interés.Se puede ganar hasta $2.000 por día, dependiendo del conocimiento de modelado y de encontrar un cliente para esas piezas. No es simplemente comprar una impresora, sino entender la impresión 3D y qué hacer con la máquina".
"Si se quiere trabajar en un segmento más profesional, la inversión inicial puede rondar los $110.000 y $120.000. Otros equipos requieren un desembolso más grande con un mejor costo-beneficio, como las Prusa MK3, que rondan los $250.000. Para la impresión 3D profesional, sin embargo, estamos hablando de equipos que valen de u$s100.000 para arriba", completa.
El ejecutivo subraya que también se debe tener en claro para qué se quiere la impresora. "El consejo más importante es encontrar un nicho y dominarlo, para luego encontrar la metodología de trabajo adecuada en una especialización que les resulte familiar. Si, por ejemplo, mi familia trabaja en construcción, podemos fabricar elementos que sirvan para la obra. Ese insight es la clave", argumenta.
El CEO de Trimaker brinda cifras similares para iniciados al afirmar que "con cualquier notebook y una impresora 3D desde $50.000 podés empezar a crear tu propia línea de juguetes, de macetas, mates o crear objetos que aún no existen en el mercado. Todo eso sin tener que moverte de tu casa", añade.
"En el mercado para emprendedores o hobbistas, las marcas asiáticas dominan el ticket bajo. En Trimaker ofrecemos una solución integral que incluye capacitaciones, acompañamiento por Whatsapp, celular y mail, repuestos e insumos siempre en Argentina, desde hace 10 años", agrega.
Durante el pico de la pandemia, la impresión 3D se utilizó para crear máscaras y hasta respiradores artificiales de bajo costo
A la hora de cotizar, Chernoff remarca que la hora de impresión 3D puede estar hoy entre $200 y $300, aunque depende de la actividad, ya que "no es lo mismo un cliente de una industria metalmecánica que tiene requerimientos de calidad, tiempos y financiación importantes, que minorista que solicite llaveros".
"Es más probable que al arrancar el emprededor tenga más relación con estos últimos y, aún así, ya ganar al segundo o tercer mes más que el costo de la máquina promedio. Obtener $50.000 al tercer mes teniéndolo apenas como una actividad part-time no me parece nada descabellado", asegura.
Beneficios de imprimir 3D
Chernoff sostiene que la fabricación de productos tradicionales está sujeta a una gran inversión, conocimiento técnico e instrumentos para poder desarrollarla. Pero sus ventajas también son muchas.
"El gran beneficio de la impresión 3D es que es una herramienta de fabricación ágil, que permite ir cambiando el diseño a medida que se va fabricando, e incluso evolucionando", señala el ejecutivo.
Además, remarca que la fabricación digital "está cambiando el paradigma" y genera un complemento a las tecnologías de producción tradicional, permitiendo que más personas plasmen sus ideas.
"No creo que la fabricación tradicional sea reemplazada en su totalidad porque hoy es aún la más eficiente para generar piezas de forma repetitiva. Pero el consumo está tendiendo a la personalización y a la democratización, sin tener grandes costos logísticos o abastecimiento", comenta.
Presti coincide en que la customización es uno de los principales beneficios de esta industria, ya que para fabricar un objeto a "la antigua" se requiere de un molde y la realización de grandes tiradas. En cambio, en este caso se puede "hacer uno, cambiar el diseño, volver a crearlo. Esto permite tenerlo en pocas horas y ajustarlo a como lo necesitamos realmente", completa.
"Otro beneficio es la complejidad de la forma que la impresión 3D nos permite crear y también la reducción de material porque se emplea el insumo justo que necesitamos, algo sobre lo que la fabricación tradicional está limitada", concluye la ejecutiva.
De esta forma, y gracias a esta tecnología, cualquier puede tener su propia "fábrica" en casa. E incluso, hacer un gran negocio con ella.