Meta puso primera, y todos la siguieron. A pesar de reportar pérdidas de usuarios y hundirse más de 20% en Wall Street luego de su último balance, la bigtech tiene claro que el futuro del holding está en los mundos virtuales.
Así lo dejó entrever Mark Zuckerberg en septiembre pasado cuando anunció el cambio de nombre del grupo que engloba a Facebook, Instagram y WhatsApp, y reveló los planes de la firma sobre el metaverso.
Una vez que esta palabra fue nombrada, no paró de replicarse entre usuarios, empresas e, incluso, gobiernos, que no se quieren quedar afuera de lo que promete ser la próxima revolución digital.
Las potencias asiáticas son las principales interesadas en este creciente sector. Corea del Sur dió a conocer sus intenciones de sumarse al universo virtual, en el que planea gastar unos u$s187 millones (223,7 wones surcoreanos). ¿El objetivo? Crear su propio metaverso.
El metaverso surcoreano
El ministerio de tecnología de la información de la nación surcoreana confirmó su compromiso de invertir dicha suma en el desarrollo de un extenso ecosistema para respaldar el crecimiento del contenido digital y el crecimiento corporativo dentro del país.
El Ministerio de TIC, Ciencia y Planificación Futura detalló en un comunicado que la finalidad es nutrir a jóvenes expertos en el metaverso y crear un ecosistema empresarial favorable en torno al concepto.
"Es importante crear un ecosistema de metaverso de clase mundial como punto de partida para fomentar intensamente una nueva industria hiperconectada", resaltó Park Yungyu, jefe de comunicación y política del ministerio, según el medio Blockworks.
Corea del Sur y su apuesta por el metaverso
La agencia gubernamental listó una serie de objetivos para el proyecto, siendo el primero la creación de un metaverso expandido.
El mismo albergaría actividades creativas orientadas a la comunidad, un concurso de desarrolladores de metaversos y un hackatón, según Business Insider.
A partir de esta iniciativa, los creadores de contenido obtendrían apoyo de la misma.
Además, estaría planeada la organización de hackatones y otros eventos para desarrolladores con el objetivo de fomentar la industria.
La idea del gobierno asiático
Asimismo, el gobierno espera que el desarrollo de un mundo virtual propio impulse el crecimiento de otras industrias como la educativa, los medios y hasta el deporte.
En esta misma linea, el ministerio indicó en el comunicado que también contempla la formación de leyes y sistemas regulatorios favorables para fomentar el metaverso.
La inversión se enmarca en el "Nuevo Trato Digital" del gobierno surcoreano, un conjunto de políticas que tienen como finalidad apoyar el desarrollo de tecnologías digitales emergentes como el metaverso y la inteligencia artificial.
Al mismo tiempo, Seúl, la capital del país asiático, quiere crear una "réplica virtual" de la ciudad en el metaverso.
Seúl y ambicioso plan de réplica en el metaverso
El desarrollo comenzará este año, se invertirán u$s3 millones y podría estar operativo para 2026. Su objetivo es que todos los ciudadanos puedan visitar organismos virtuales para hacer cualquier trámite estatal, desarrollar negocios y mucho más.
"La naturaleza innovadora y la carga de conceptos asociados al metaverso hacen que muchas personas del sector público puedan ver una oportunidad en la creación de un interfaz de este tipo entre las personas y los gobiernos, ya sean locales o nacionales", comenta a iProUP Juan Manuel Linares, Strategy Director, R/GA SS LATAM.
El experto hace referencia al caso de Barbados, que anunció la apertura de su propia embajada en Descentraland, un metaverso en la blockchain desarrollado por argentinos que tiene su criptomoneda propia MANA.
"Creo que algunos gobiernos pueden incursionar en este tipo de iniciativas. Sin embargo, no me imagino el desarrollo de un mundo virtual propio como el camino elegido, sino que lo más probable es que sean pruebas pilotos, como por ejemplo 'embajadas' en mundo virtuales que ya tengan una gran base de usuarios, algo que países como Barbados y Corea del Sur ya se están planteando", remarca Linares.
Nuevas instancias, nuevos desafíos
Esta instancia, agrega el experto, no se debería esperar mucho "en relación a la calidad y profundidad de la experiencia" en las interacciones entre ciudadanos y gobiernos en estos espacios compartidos, sino que "probablemente serán pruebas de concepto que ayuden a cada institución a entender la mejor manera de incursionar en estos entornos".
Por su parte, Fredi Vivas, CEO de RockingData y especialista en Inteligencia Artificial y Machine Learning, comenta a iProUP que, como en todos los grandes desarrollos tecnológicos es importante "pensar en términos de ciencia ficción".
"Desde hacer un trámite hasta, por ejemplo, presenciar una sesión del Congreso o tener una clase, puede volverse una experiencia inmersiva completamente distinta. Lo importante en este caso es entender los posibles riesgos", asegura.
A su vez, la ciudad más grande de China se está tomando en serio el desarrollo del metaverso y, de concretar su plan, se convertirá en un referente de la nueva era. El gigante asiático incluyó en su plan de desarrollo gubernamental a esta innovación como "una de las cuatro fronteras para la exploración", en su plan de cinco años para desarrollar la industria de la información electrónica.
Si bien el documento no estableció un cronograma ni objetivos específicos para la investigación, aumentará la investigación y el desarrollo de tecnologías subyacentes, incluidos sensores, interacción en tiempo real y blockchain.
¿Y Argentina?
Ante estas experiencias que ya comienzan a desarrollarse en el mundo, hay una pregunta que surge entre los especialistas: ¿Argentina podría sacar rédito al subirse a esta nueva tendencia?
"El país está en una etapa muy avanzada en talento y organizaciones, por lo que la materia prima no sólo está, sino que además es de muy buena calidad. El principal problema es de infraestructura e inversión. Este tipo de iniciativas, especialmente en escala de ciudad, requieren de un gran desembolso y a muy largo plazo, que quizás puede ser un limitante", comenta Vivas.
Si bien asegura que hay una potencialidad "más viable" en el sector privado, indica que "hay una gran oportunidad para generar políticas públicas más eficientes y basadas en datos e información".
"En el ámbito de la comunicación, los gobiernos tienen la oportunidad de crear experiencias más inmersivas, que generen mayor impacto en la audiencia, ya sea comunicando acciones o mostrando proyectos, como visualizar y experimentar una plaza o una obra pública hasta participar de un acto virtual en una día de importancia nacional o incluso hacerlo en el ámbito del turismo", agrega Linares.
Sin embargo, existen algunas experiencias nacionales que darán que hablar. Gastón Levar es responsable de la Embassy DAO Argentina, una "embajada del metaverso" que está por inaugurarse en el corazón del barrio porteño de Belgrano.
"Vemos varios países más activos, pero los que están dando los primeros pasos son las grandes empresas: Nike, McDonald's, Adidas ya están haciendo sus propias experiencias. Luego, vendrá la participación de los Estados, que tienen que ver cómo diseñar políticas para crear aplicaciones reales", comenta a iProUP.
Asegura que Argentina tiene una de las comunidades más entusiastas y referentes en materia de innovación, cripto, tecnología y desarrollo: "Estamos en el inicio de una nueva era como fue Internet en los 90'. Estamos en las puertas del Web 3.0, que hoy sabemos que existe pero no cuánto va a impactar a nuestras vidas", afirma.
Además, remarca que "la revolución del blockchain, las DAO, los NFT y la tokenización de proyectos escapa a las fronteras. Ahora, los usuarios son ciudadanos son del mundo". Finalmente, indica que el principal desafío será generacional y que los más jóvenes ya crecieron incorporando estos conceptos, principalmente gracias al gaming y las comunidades que trascienden las pantallas.
Para Linares, por su parte, los grandes desafíos serán el acceso que las personas tengan a los espacios virtuales, qué tecnología hay disponible para que esa experiencia sea positiva y cuántos usuarios pueden acceder a ella.