La Innovación, en un sentido pragmático, es la aplicación de nuevas ideas, conceptos, productos, servicios y prácticas, con la intención de ser útiles para el incremento de la productividad y la competitividad.
Un elemento esencial de la innovación es su aplicación exitosa de forma comercial, lo que supone la aceptación por parte del mercado o el consumidor. La innovación es un proceso y puede realizarse a través de mejoras y no solo de la creación de algo completamente nuevo. La innovación resulta especialmente importante para el desarrollo de nuevos servicios.
Nuestra presencia como consultores en cientos de organizaciones en Argentina y decenas de miles en el mundo nos permite tener un diálogo permanente con los actores de los procesos de innovación y aportar nuestra mirada desde el rol de asesores que nos toca. También nuestros equipos de expertos administran métodos y rutinas pragmáticas para ayudar a las organizaciones a transitar estos procesos de innovación de forma entusiasta y virtuosa.
El poder diferenciarse de la competencia, adaptarse a los cambios tan veloces como impredecibles, y hacerlo además de una manera ágil e inteligente permitirá a la organización sacar ventaja de los cambios constantes a los que se vea sometida. Por el contrario, ser tímidos espectadores hoy representa casi un sinónimo de suicidio empresarial.
Existen determinados interrogantes que deben ser satisfechos al pensar en innovación, y si somos capaces de dar respuesta a los mismos estaremos en la senda adecuada para emprender esta apasionante travesía: ¿Cómo generar una cultura de innovación en la organización?; ¿cómo se cambia un modelo de negocio que se halla arraigado?; y ¿de quiénes tenemos que rodearnos?
Para poder ir dando respuesta paulatina a estas preguntas, cuya solución se irá descubriendo con el tiempo, elaboramos seis premisas o máximas que, prácticamente conforman nuestra metodología de trabajo.
1. Crear un squad de innovación
Se trata de un equipo de trabajo (interno y/o externo, y preferentemente mixto) que soportará el proceso de innovación, habilitando la misma. ¿Cómo hará esto posible? Hará "escuela" en forma permanente a todos los involucrados con sus conocimientos en procesos y tecnología aplicada, conociendo las tendencias de actualidad (en particular para la industria de la cual forman parte), e impulsando la generación de relaciones con otras terceras partes innovadoras (respecto de estas terceras partes, nos remitimos al punto 2).
Estos equipos podrán ser más de uno (a medida que vayan mostrando el valor que pueden entregar) y entre todos los que se vayan creando constituirán un "hub de innovación".
2. Formar un ecosistema de innvación
Resulta complejo que una organización tenga todos los perfiles, capacidades y tecnologías necesarias. Es por ello que hasta las más grandes corporaciones saben que deben rodearse de aliados estratégicos en innovación.
Estos tenedores de pequeñas partes de lo que la organización necesita, lejos de ser meros proveedores, oficiarán de aceleradores y potenciadores de los procesos de innovación.
3. Involucrar a las unidades de negocio
La innovación, para ser exitosa, debe ser un proceso por demás democrático y participativo. Y aún más: al ser proyectos de las áreas, éstas deben liderarlos. Desde el inicio, de una manera coordinada e integrada con el área de innovación (punto 1), las áreas designarán uno o más colaboradores que puedan conformar estos equipos con los incentivos necesarios.
Tendrán el debido esponsoreo del máximo responsable del área. De esta forma el equipo identificará iniciativas que resulten acordes con las necesidades del área, y alineadas con la estrategia de la organización; entonces las priorizarán.
También resulta esencial el involucramiento y la experiencia de los equipos de Tecnología de Información, Seguridad Informática (si se trata de un área independiente), Capital Humano, Finanzas, Marketing, Compliance, entre otras. Y como dijimos, los squads o hub de innovación serán las facilitadores de estas iniciativas
4. Manejar una metodología de innovación
Aquí no es necesario reinventar la rueda. Podemos subirnos a métodos probados y recomendados por las firmas de consultoría de mayor prestigio. Metodologías basadas en design thinking y lean startup, serán adecuadamente administradas por el hub de innovación. Las técnicas de "ideación" que nutren los procesos de innovación serán la materia prima esencial para plantear primero y luego desarrollar soluciones que puedan ser eficazmente materializadas.
5. Poner al cliente en el centro y probarlo con éste
La innovación profunda no se da en actualizaciones tecnológicas de procesos administrativos (lo cual es muy necesario también), sino de reales cambios en la forma de abordar la satisfacción el cliente y los actuales "puntos de dolor".
Una vez que hemos comprendido por dónde debemos entrare a la innovación, debemos validar las iniciativas con el mercado real. Y esto es estar preparado para que nuestro plan se vea a veces vapuleado por la realidad. Si sucede, bienvenido sea, porque debía suceder antes de seguir invirtiendo por un rumbo no certero. Tomar decisiones basadas en datos de la realidad es precisamente la problemática que habremos abordado.
6. Gestionar el cambio
La gestión del cambio agrega a todo proceso de innovación un enfoque sistemático para transformar los objetivos, procesos, estructuras y/o tecnologías de una organización. El propósito de incorporar una capa de gestión del cambio en un proceso de innovación es implementar estrategias para llevar a cabo esta importante migración cultural.
Además, queremos lograr controlar el cambio y ayudar a las personas a adaptarse a ello. Pero no debemos conformarnos con vencer resistencias, sino que debemos ir por más: queremos lograr un elevado nivel de entusiasmo y energía en la gente. Esa energía es las que realmente llevará a la organización a un próximo nivel.
Carlos Rozen es socio de consultoría de BDO Argentina