A la espera de que se acomoden temas técnicos y políticos para poder avanzar, los operadores móviles ya están probando la nueva tecnología. La llegada de 5G es una promesa con ribetes futuristas, que cambiará la vida de casi todos para siempre.
La red móvil de quinta generación no solo ofrecerá más velocidad que el WiFI hogareño, descargas en pocos segundos y hasta 100 dispositivos conectados a la vez; sino que hará realidad el sueño de las ciudades inteligentes, los autos sin conductor, la automatización de las industrias y la Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés).
A nivel mundial, los países mejor posicionados en cuanto a la incorporación en los distintos procesos productivos son Estados Unidos, Japón, Corea de Sur, China y algunas naciones de Europa Occidental.
En Latinoamérica quienes pican en punta son Chile, Uruguay, Colombia y Brasil, gracias a iniciativas gubernamentales. No obstante, en Puerto Rico e Islas Vírgenes estadounidenses, Surinam, Trinidad y Tobago y República Dominicana también hubo anuncios y lanzamientos.
"Otros mercados que podrían posicionarse al frente son Perú, Costa Rica y México, pero en gran medida todo dependerá de la estrategia de lanzamiento del 5G del operador móvil y de los planes de adopción de las distintas empresas en cada país", asegura a iProUP José Otero, vicepresidente para América Latina y el Caribe de 5G Américas.
El directivo agrega que muchos de estos anuncios cubren una pequeña extensión geográfica o se limitan a dar banda ancha inalámbrica fija, salvo los desarrollos de Puerto Rico e Islas Vírgenes hay una mayor amplitud en términos de la cantidad de personas que lo están utilizando.
Qué pasa en Argentina
En Argentina, el 5G aún es una promesa lejana. Sin embargo, a fines del año pasado, el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) definió finalmente cuáles serán las frecuencias de espectro que se usarán, un primer paso necesario para comenzar a abordar el tema seriamente.
Aunque esta definición trae algunas certidumbres para los operadores móviles, para los fabricantes de teléfonos y proveedores de infraestructura, todavía no se define cuándo se licitará ese espectro y bajo qué condiciones. No obstante, las empresas de telefonía móvil vienen trabajando hace algunos años para avanzar en el despliegue de la nueva generación.
Telecom ya cuenta 20 antenas móviles habilitadas para prestar servicio 5g DSS: la mitad inaugurada en Buenos Aires y Rosario. Recientemente, encendió otros 10 puntos, con tecnología de Huawei, en las localidades balnearias de Mar del Plata (4), Pinamar (5) y Cariló (1).
Desde el operador aclaran que la tecnología DSS es un primer paso que posibilita tener la red preparada para un futuro despliegue de una nueva banda dedicada. "Para lograr una experiencia compatible con 5G DSS es necesario estar en la zona de cobertura, pero también tener un teléfono móvil apto para esta tecnología", remarcan.
Por su parte, Movistar realizó la primera prueba pública de 5G en 2017 junto a Ericsson y desde entonces viene realizando diferentes tests de esa tecnología, incluso con DSS.
"En América Latina aún no hay redes 5G realmente disponibles a nivel comercial. Todos los operadores hemos hecho recorridos más o menos avanzados, pero redes comerciales con clientes, apenas hay", aclaran desde la empresa.
¿Qué cambiará con 5G?
Esta innovación propone un "quiebre paradigmático", según Otero, ya que se trata de la primera tecnología móvil que no apunta al segmento masivo sino a impulsar una transformación digital en industrias y gobiernos para hacerlos mucho más eficientes.
El directivo plantea que "si nos preguntamos cuándo puede ser una realidad en el sector empresarial y de gobierno, podría estar ocurriendo ahora mismo: dependerá de la estrategia de estas entidades".
"Ahora, si hablamos de cuándo será una realidad para el segmento masivo, como toda tecnología móvil, puede tardar entre cuatro a siete años, en función de lo que las economías de escala demoren en hacer que los dispositivos y teléfonos sean lo suficientemente baratos para que más de un 30 o 40% de la población puedan adquirirlos", completa.
El elemento diferenciador en relación a las redes existentes es que 5G permitirá generar una transformación productiva. Tendrá mayor impacto en el desarrollo de Internet de las Cosas, Inteligencia Artificial y en los negocios que se sustenten sobre esas tecnologías, más en la experiencia del usuario final en su vida cotidiana, explican desde Movistar.
No obstante, aclaran que esto aún no se ha concretado de una forma sólida y todavía no se desarrollaron los casos de uso en Latinoamérica, Europa e incluso Estados Unidos.
Desde Telecom definen la nueva tecnología como un habilitador, "una plataforma sobre la cual surgirán nuevos servicios, casos de uso y ecosistemas que, en su conjunto, tienen el potencial de cambiar el mundo". En este sentido, remarcan que ofrecerá grandes oportunidades para el desarrollo de la IoT gracias a sus principales características:
- Alta velocidad de descarga: 100 veces superior al 4G
- Baja latencia (es decir, tiempo de respuesta)
- Multiplicidad de dispositivos conectados al mismo tiempo
La compañía prevé un mercado orientado principalmente a unidades de negocios para la industria y el agro, al considerar que se trata de los mercados que mejor pueden aprovechar las potencialidades de esta tecnología. En ese sentido, 5G habilitará procesos de automatización en líneas de montaje, procesos de soporte, control y vigilancia, entre otros.
Por su parte, Enrique Carrier, analista del mercado de telecomunicaciones, señala a iProUP que son muchas las posibilidades que aportará esta tecnología.
En consecuencia, los operadores están apostando primero al segmento industrial más que a los usuarios hasta que se desarrollen algunas aplicaciones en los dispositivos, como por ejemplo, realidad virtual que justifique esas capacidades.
¿Por qué tarda tanto en llegar?
"Las trabas para avanzar hacia la concreción de 5G son tanto técnicas como políticas", explica Carrier. Y agrega que, "si bien ya se identificaron las frecuencias, todavía falta un plan de espectro y un llamado formal a licitación para asignarlo".
En términos políticos, una de las principales dificultades es el DNU 690 que declara a los servicios de telecomunicaciones como públicos y establece el control de precios. Si bien la medida está judicializada y con su aplicación en suspenso, a raíz de las diferentes cautelares presentadas por los operadores, desde el sector aseguran que provocó la desaceleración de las inversiones y creó un marco de incertidumbre.
"Parte de la ganancia está atada al precio y no está tan claro cómo será el recupero de la inversión, si lo operadores no tienen libertad de actuar y fijar las tarifas que necesitan cobrar en un contexto inflacionario", opina Carrier.
Según el experto, "habrá que ver cómo reaccionan las empresas ante un llamado a licitación y en qué medida quieren hundir capital, comprometerse, sin saber a cuánto van a poder vender el servicio o si lo van a poder aumentar".
En ese sentido, desde Movistar destacan como "imperiosa" la existencia de un marco de certidumbre jurídica y señales del Gobierno que favorezcan la inversión. Y agregan: "Es necesario evitar políticas como el control de precios que afectan negativamente la capacidad de desarrollar nuevas redes y servicios".
Además, piden la existencia de una regulación que sea lo suficientemente flexible como para permitir nuevos modelos de negocio libremente negociados entre los operadores.
En la misma línea, en Telecom afirman que el despliegue de 5G requiere de grandes inversiones en dólares e infraestructura a largo plazo. Todo dependerá de políticas públicas que permitan "un acceso oportuno al espectro, bajo condiciones y precios apropiados, que no persigan sólo objetivos recaudatorios fiscales y acompañen los objetivos de impulso a la transformación de la conectividad digital".
El 5G será más aprovechado por industrias e Internet de las cosas. El usuario final no percibirá una diferencia sustancial
Más allá de las tensiones entre operadores y el Gobierno, también hay variables técnicas irresueltas. Una tiene que ver con el espectro y la necesidad de definir las frecuencias que se utilizarán en cada país y cómo será su mecanismo de asignación y costos.
Además, "un despliegue eficiente de 5G requiere entre 80-100MHz de espectro contiguo por operador, mucho más del que tenemos actualmente para 2G, 3G o 4G. Los reguladores deben trabajar para asegurar esa disponibilidad de espectro para la industria", advierten desde Movistar.
Otro tema clave es que para avanzar en el desarrollo se requiere un mayor despliegue de fibra para conectar las antenas. Con lo cual, para empezar, habría primero que acelerar ese proceso.
Según Carrier, "el mercado todavía no está maduro. No se desarrollaron los dispositivos, ni el software, ni las aplicaciones para hacer la integración de los sistemas en otros usos como IoT".
Los que sí presionan para que 5G avance son los proveedores de tecnología y equipamiento para las redes como Ericsson, Nokia y Huawei.
A este panorama, Otero reclama armonizar un marco normativo para la rápida implementación de nuevas tecnologías y acelerar el despliegue a nivel nacional, en lugar de que cada municipio tenga la potestad de definir los trámites necesarios, lo que redunda en demoras y burocracia.
Por último, agrega que "el costo de los dispositivos todavía es un obstáculo, sobre todo por la escasez de procesadores y teniendo en cuenta que los fabricantes advirtieron que los que tienen disponibles serán usados para teléfonos de gama alta. Con lo cual, si pensamos en la región, la cantidad de personas que va a poder comprar teléfonos es chica en comparación con otros mercados".
Para los operadores, 5G es un complemento de las redes de 4G que permite obtener una experiencia mejorada y de mayor calidad, sobre los mismos servicios existentes. Es por eso que recomiendan aprovechar las capacidades de las redes existentes hasta que el mercado alcance la madurez necesaria para saltar a la siguiente generación.