Los NFT han llegado llamando la atención de usuarios y de mundos como el arte y el deporte por igual y, a medida que se abren camino, también surgen dudas relacionadas con la regulación de los NFT, los impuestos que se pagan o incluso con el alto consumo energético que requieren.
NFT, siglas de token no fungible, es una tecnología criptográfica basada en blockchain que representa algo único, no sustituible, de forma que garantiza su autenticidad, así como quién es su propietario. Aunque los archivos pueden adquirirse también a cambio de moneda corriente, normalmente se compran a cambio de criptomonedas como Ether, pero a diferencia de estas no son intercambiables mutuamente, es decir, no son fungibles.
Según el informe Online Art Trade Report 2021 elaborado por Hiscox, las obras de arte en NFT han tenido hasta la fecha ventas por un valor total de 3.025 millones de euros, lo que hace del NFT uno de los formatos de moda.
Los NFTs son cada vez más populares entre los usuarios.
Cómo se regulan
Al igual que sucede con las criptomonedas, que funcionan sin un banco central que las controle y sustente, los NFT se abren paso en un contexto con escasa regulación. Sin embargo, ya se están dando algunos primeros pasos para definir legalmente el mundo de la Blockchain y de los NFT.
El regulador financiero de Japón, la Agencia de Servicios Financieros (FSA) ya cuenta con nuevos documentos de política que indican que la agencia comenzará a vigilar el NFT y sectores de oferta de intercambio inicial (IEO).
No obstante, se trata aún se regulaciones muy poco avanzadas y que en la mayoría de los casos chocan con el propio funcionamiento de la Blockchain. "Las criptomonedas y los NFT están descentralizados. No hay autoridad central", ha destacado en declaraciones a Europa Press Nicolas Julia, el CEO y fundador de Sorare, un videojuego de fútbol fantasía que usa los NFT desde 2019 para permitir que sus usuarios intercambien tarjetas de jugador virtuales y creen sus propios equipos.
España no se queda atrás a nivel legislativo y ya existen leyes que, aunque aún no se han puesto en marcha, contemplan que las empresas que gestionen criptoactivos deban informar sobre ello a las autoridades, aunque de momento esto se orienta más a las criptodivisas que a los NFT.
Así lo ha afirmado Manuel Guerra, representante del artista digital zaragozano Jaime Sanjuán, que este mes de noviembre ha llevado a cabo junto con la casa de subastas Fernando Durán la primera subasta de NFT de la historia de España, con dos obras: Divino Tesoro (20.000 euros) y El Consejero (8.500 euros).
Recientemente entró en vigor la Ley 11/2021 de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal (julio de 2021), en la que "se introduce una obligación de suministro de información sobre los saldos que mantienen los y las titulares de monedas virtuales", como reza la ley.
"Las empresas que gestionen monedas virtuales, que son el medio más utilizado en la compraventa de arte digital en formato NFT deberán informar al Estado de los distintos saldos, así como la identidad de los titulares", ha explicado Guerra en declaraciones a Europa Press.
Los mercados virtuales contemplados por la Ley 11/2021 también tendrán el deber de informar de ciertos datos como los domicilios, identificación fiscal, precios y fechas de las operaciones. También establece la obligación de incluir en la Declaración informativa de Bienes y Derechos en el extranjero, cuando los criptoactivos se encuentren en intercambios situados fuera de España.
¿Se pagan impuestos?
Ya se han pagado cantidades muy elevadas por la obra de artistas digitales como Beeple (69 millones de dólares por 'Everydays: the First 5000 Days') o colecciones como Bored Ape Yacht Club (con simios generados por un algoritmo que se han llegado a vender por 10,1 millones de euros).
Ante esta situación, una duda recurrente es si se pagan impuestos por la venta de estos archivos. Y los miembros de este mercado son unánimes: sí se pagan impuestos, que varían según las leyes de cada país.
Por ejemplo, en el caso de España, si un NFT se vende en moneda de uso corriente, hay que pagar IVA, que varía desde el 10 por ciento si lo vende el propio autor hasta el 21 por ciento si es una reventa de un empresario.
Asimismo, si se vende entre particulares, hay que añadir el impuesto de transmisiones patrimoniales, y si hay ganancia patrimonial, tributarlo a través del IRPF si es una persona física o del Impuesto de Sociedades si es una empresa.
En el caso de compras en criptomonedas hay que cumplir la Ley 11/2021 y las "medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal y el desarrollo reglamentario que veremos en los próximos meses", como ha recordado Manuel Guerra.
Impacto ambiental
Otro de los aspectos que están comenzando a estudiarse es el impacto medioambiental que suponen las transacciones de NFT a través de criptomonedas.
Algunas de estas medidas vienen de los propios artistas. En declaraciones a The Verge, Beeple ha asegurado que está tomando medidas para ser neutral en carbono, ya que cuesta alrededor de 5.000 dólares compensar las emisiones contaminantes de una de sus colecciones de NFT.
La red Ethereum, una de las más comunes en el sector de los NFT, es también contaminante. Algunos estudios, como el de Digiconomist, sitúan en 46,54 Kg de CO2 una transacción de un NFT en esta red. En total, el consumo energético del minado de esta red es de 44,49 TWh (teravatios por hora), lo que ha llegado a compararse con el de un país de tamaño pequeño y que es incluso superior en el caso de la criptomoneda Bitcoin.
No obstante, este consumo energético no lo causan los NFT sino la red Ethereum, como señalan los expertos, ya que la venta de un NFT, por ejemplo, a través de una subasta tradicional en una cartera digital que no esté conectada a Internet ni a Blockchain no entraría dentro del cálculo de Digiconomist.
"En cualquier caso y para entender aún mejor el contexto, las transacciones en la red Ethereum de NFT suponen en torno al 1% o 2% del global, siendo la mayoría transacciones de criptodivisas", como ha destacado Guerra.
Alternativas
Este problema ya ha comenzado a ser abordado por redes de transacción como Ethereum, que actualmente prepara el lanzamiento de la actualización 2.0 o 'Serenity', que mejora la eficiencia energética.
Ethereum ha presentado también ya una prueba que permite su funcionamiento reduciendo su consumo energético en un 99,95 por ciento respecto a la red principal, hasta un total de 2,62 megavatios, lo mismo que una población de 21.000 personas.
Otros esfuerzos, como el que ha llevado a cabo la plataforma de NFT Sorare, se basan en el uso de una segunda capa de Ethereum por encima de la principal conocida como 'layer 2'.
"En cuanto a la electricidad, Layer 2 nos permite reducir el consumo en 30.000", como ha destacado el CEO y fundador de Sorare. "Reduciremos efectivamente nuestro consumo de 3000 a 110Wh. Vale la pena señalar que, a medida que escalamos, este número disminuirá eventualmente alcanzando los 11Wh", ha asegurado Julia, que también espera la llegada de Ethereum 2.0. Sorare también tiene planes para ser neutra en carbono.
Hasta la llegada del nuevo sistema, los expertos apuntan también a que la mejora de la eficiencia energética venga a nivel global, no solo desde el NFT. "El foco no debe estar en una tecnología que aumenta la seguridad en una obra de arte o en una transacción, sino en cómo ser más eficientes y menos contaminantes desde una esfera global", ha explicado Guerra.
Entre propuestas de futuro como Ethereum 2.0 para contaminar menos y una legislación que sí contempla el pago de impuestos en la mayoría de casos en España, el formato NFT avanza con algunas certezas, muchas promesas y otras dudas relativas a la escasez general de controles.