La empresa de turismo espacial Virgin Galactic anunció que vendió desde agosto un centenar de billetes para viajar al espacio por u$s450.000 cada uno. El precio actual está muy encima de los entre u$s200.000 y u$s250.000 pagados por 600 clientes entre el 2005 y 2014.
La nueva tarifa "ha tenido una buena acogida", dijo la compañía en un comunicado, y recordó que su objetivo es vender 1.000 pasajes antes del lanzamiento del primer vuelo comercial previsto para finales del 2022.
"Estamos entrando en un período de mejora de la flota con una hoja de ruta clara para aumentar la durabilidad, la fiabilidad y la previsibilidad de nuestros aviones de servicio comercial", precisó Michael Colglazier, director ejecutivo de Virgin Galactic, en un comunicado. "La demanda de viajes espaciales es fuerte y estamos vendiendo asientos más rápido de lo que esperábamos", añadió.
El fundador de la compañía, el empresario británico Richard Branson, fue el primer multimillonario en volar al espacio el 11 de julio en una nave espacial de su empresa privada, días antes de que Jeff Bezos lo hiciera en un aparato de su compañía, Blue Origin.
Pero la nave espacial de Virgin Galactic fue inmovilizada temporalmente por las autoridades estadounidenses en septiembre después de que se saliera del espacio aéreo autorizado para su misión inaugural. Virgin Galactic anunció en octubre que retrasaba del tercer al cuarto trimestre del año que viene su primer vuelo comercial para dar tiempo a las mejoras de seguridad. La empresa confirmó el lunes que mantiene esa previsión.
La competencia entre multimillonarios por el turismo espacial es feroz. Además de Branson y Bezos, Elon Musk y su compañía SpaceX enviaron en septiembre a cuatro turistas espaciales durante tres días alrededor de la Tierra. Virgin Galactic dice que todavía tiene casi u$s1.000 millones en efectivo para financiar sus operaciones hasta que sea rentable. En el tercer trimestre del 2021, la empresa registró una pérdida neta de u$s48 millones, menos que los u$s92 millones que perdió en el mismo periodo del 2020.
El caso de Tom Hanks
Se puede ser rico, muy rico e, incluso, inmensamente rico, pero otra cosa es querer desperdiciar el dinero. Algo así debió ser la reflexión que hizo Tom Hanks cuando se le presentó una oportunidad única: la de viajar al espacio. Pero él decidió rechazar ese regalo envenenado porque su fortuna se iba a ver seriamente afectada.
Ha sido el propio actor el que ha contado la historia durante una aparición en el programa Jimmy Kimmel Live. Fue el propio Kimmel quien le preguntó si el rumor de que Jeff Bezos, fundador de Amazon y de Blue Origin, le había ofrecido viajar al espacio era cierto. "Sí, así es, siempre que yo lo pagara", confesó el actor entre risas. "Ya sabes, cuesta como 28 millones de pavos o algo así. Me va bien, Jimmy, me va bien. Pero no voy a pagar 28 millones de pavos", reía el intérprete de Forrest Gump o Polar Express. Al cambio, la cifra serían unos 24,2 millones de euros. "Son como 12 minutos de vuelo, ¿no? ¿Algo así? Vale, podemos hacerlo en nuestros sillones ahora mismo", bromeaba acerca del corto viaje espacial.
"No necesito gastarme 28 millones en eso", afirmaba Hanks. Y también contaba, medio en broma medio en serio, que quizá sí que se hubiera animado si el paseo le hubiera salido gratis. "Solo para experimentar la alegría de fingir que soy multimillonario", reía. Desde que arrancó su carrera como actor en 1980, el intérprete lleva casi un centenar de series y películas en su haber. Además, los últimos 20 años también ha actuado como productor, en casi 60 series y películas; entre otras, ha producido grandes éxitos de taquilla como las dos partes de Mamma Mia y de Mi gran boda griega, además de Naúfrago, Donde viven los monstruos o Larry Crowne, y de series como The Pacific, Big Love y Olive Ketteridge. En total, se calcula que su fortuna alcanza los 400 millones de dólares (unos 350 millones de euros).
El viaje de William Shatner
Al final Hanks no viajó al espacio, pero sí que lo hizo otro actor: William Shatner, el capitán Kirk de la saga Star Trek. El pasado 13 de octubre y con 90 años, Shatner viajó en la nave espacial New Shepard, con la que pasó 10 minutos y 17 segundos en el aire, a 106 kilómetros de altura sobre el desierto de Texas. "Lo que me has dado es la experiencia más profunda", le confesó el intérprete a Jeff Bezos con gran emoción una vez finalizado el viaje.
"Espero nunca recuperarme de esto. Espero mantener lo que siento ahora. No quiero perderlo", aseguró. Bezos es, a su vez, gran fan de la saga de ciencia ficción. Una de sus grandes ilusiones era hacer un cameo en una de las películas, algo que logró en 2016 en Star Trek Más Allá, en la que hizo el papel de un agente alienígena de la Flota Estelar. En su caso, el viaje fue gratis.
Los planes de Jeff Bezos
Blue Origin, la empresa de Jeff Bezos, anunció que quiere lanzar una estación espacial que podrá acoger hasta 10 personas en la segunda mitad de la década, a medida que acelera la carrera comercial por el espacio.
"Orbital Reef", descrita en un comunicado de prensa como un parque empresarial de uso mixto en el espacio que apoyará la investigación y manufactura en microgravedad, parte de una fusión con la compañía comercial espacial Sierra Space, y cuenta con el respaldo de Boeing y la Universidad Estatal de Arizona.
"Durante más de 60 años, la NASA y otras agencias espaciales han desarrollado vuelos espaciales orbitales y la habitabilidad del espacio, preparando el terreno para el despegue del negocio comercial en esta década", señaló el ejecutivo de Blue Origin Brent Sherwood.
"Ampliaremos al acceso, bajaremos el costo, y proveeremos todos los servicios y comodidades necesarios para normalizar el vuelo espacial", añadió.
Carrera espacial privada: Blue Origin compite contra SpaceX y Virgin Galactic.
Cómo será la estación espacial de Bezos
Según Blue Origin, Orbital Reef volará a una altitud de 500 kilómetros, un poco por encima de la actual ISS (Internacional Space Station, Estación Espacial Internacional), y sus habitantes experimentarán 32 amaneceres y atardeceres diarios.
Podrá acoger a 10 personas en 830 metros cúbicos, un volumen ligeramente más pequeño que el de la ISS, en módulos futuristas con amplias ventanas.
Imágenes conceptuales de la futura estación espacial de Blue Origin.
Blue Origin, la compañía de Jeff Bezos, solo es actualmente capaz de volar en el espacio suborbital con su cohete New Shepard.
Otros de sus proyectos incluyen el New Glenn, un cohete que puede colocar carga y personas en órbita, y un módulo de aterrizaje lunar, a pesar de que la compañía perdió el contrato lunar ante su rival SpaceX y demandó a la NASA para tratar de revertir la decisión.
Bezos, el segundo hombre más rico del mundo gracias a Amazon, fundó Blue Origin en el año 2000 con el objetivo de algún día crear colonias flotantes en el espacio, con gravedad artificial donde millones de personas puedan vivir y trabajar, liberando a la Tierra de la contaminación.
Estas colonias estarían basadas en un diseño de Gerard O'Neill, profesor de física de Bezos en Princeton.
Orbital Reef estará en una órbita más alta quela de la actual ISS y albergará a 10 personas.
¿Qué pasará con la actual Estación Espacial Internacional?
El enclave espacial privado de Blue Origin es uno de varios previstos en los años por venir, mientras la NASA evalúa el futuro de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) después de esta década.
La agencia espacial tiene un contrato con una empresa llamada Axiom para desarrollar un estación espacial que se acoplará inicialmente con la ISS y más tarde volará libremente.
La semana pasada, la empresa de servicios espaciales Nanoracks, en colaboración con Voyager Space y Lockheed Martin, anunció estar planeando una estación espacial que estará operativa en 2027, llamada Starlab.
La ISS fue completada en 2011 y ha sido un símbolo de la cooperación entre Estados Unidos y Rusia en el espacio, pero Moscú ha sido recientemente evasivo respecto al futuro de la asociación.
Es actualmente considerada como segura hasta 2028 y el nuevo administrador, Bill Nelson, ha dicho que espera que dure hasta 2030, fecha en que la NASA espera que el sector comercial haya avanzado lo suficiente para sustituirla.
"Colonias espaciales", el objetivo de Bezos
Jeff Bezos a fines de julio su sueño de alcanzar el espacio a bordo del primer vuelo tripulado de su compañía Blue Origin y dijo estar "atónito" por la belleza de la Tierra, tras ese viaje que marca un hito para el turismo espacial.
Junto a Bezos viajaron su hermano Mark, la aviadora pionera Wally Funk, de 82 años, y el primer cliente de pago de Blue Origin, el holandés Oliver Daemen, de 18 años. Una se convirtió en la persona de más edad en llegar al espacio, y el joven en la menor.
El cohete New Shepard, al que iba adosada una cápsula que transportaba a los cuatro tripulantes, despegó desde un remoto lugar desértico en el oeste de Texas (sur).
Tras la separación de la cápsula, los astronautas pasaron unos minutos por encima de la denominada Línea de Karman (a 100 km), el límite reconocido internacionalmente entre la atmósfera y el espacio. Pudieron admirar la curvatura del planeta azul y el intenso color negro del universo desde los grandes ventanales que ocupan un tercio de la superficie de la cabina.
Tras unos minutos de ingravidez, la cápsula descendió en caída libre antes de desplegar tres paracaídas gigantes y luego un retropropulsor para aterrizar suavemente en el desierto luego de un vuelo de unos 10 minutos.
Los cuatro pasajeros salieron de la cápsula y fueron recibidos por el equipo de Blue Origin. Bezos llevaba un sombrero de vaquero al salir del módulo.
"Belleza" y "fragilidad"
Blue Origin planificó su primera misión tripulada para coincidir con el 52° aniversario de los primeros pasos de los astronautas Neil Armstrong y Buzz Aldrin en la Luna.
"Todos los que han estado en el espacio han dicho que les cambió y que se quedaron asombrados, atónitos, por la Tierra y su belleza, pero también por su fragilidad, y yo no podría estar más de acuerdo", dijo el fundador de Amazon en una rueda de prensa tras su vuelo.
Añadió que, si bien la atmósfera parecía ser "tan grande" desde la superficie, cuando te elevas "ves que en realidad es increíblemente delgada, es una cosa diminuta y frágil".
El equipo de Blue Origin recibió las felicitaciones de la NASA, mientras que el fundador de Virgin Galactic, el magnate británico Richard Branson, tuiteó: "¡Bien hecho!".
El millonario británico hizo el viaje el 11 de julio, superando por poco tiempo al magnate de Amazon, pero llegó solo a 86 km de altitud. Pero Bezos, como Branson, insiste en que no se trata de una competencia.
"Debemos construir un camino hacia el espacio para que nuestros hijos y nietos puedan construir el futuro", dijo este martes.
Bezos, de 57 años, fundó Blue Origin en 2000 con el objetivo de algún día construir colonias espaciales flotantes en la luna con gravedad artificial donde millones de personas trabajarán y vivirán.
"Va a tomar décadas, es una gran ambición", aseguró Bezos.
Efectivamente, más allá del turismo espacial, Bezos anunció que el verdadero objetivo de Blue Origin es ayudar a la humanidad a expandirse por el espacio, a encontrar nuevos recursos materiales, y a mover las industrias fuera de nuestro planeta.
Habla de grandes estructuras, de kilómetros de longitud, capaces de alojar a un millón de personas cada una. Estas son colonias espaciales, similares a las que llevan teorizándose durante décadas. El CEO de Blue Origin confiesa que en esta met fue influenciado por el físico Gerad K. O'Neill, quien teorizó sobre estas estructuras en la década de los 70.