El futuro de la alimentación cambió para siempre. Alimentos que parecen carne, pero no lo son, inteligencia artificial para crear recetas vegetales para reducir el impacto ambiental y, ahora carne impresa en 3D y cocinada con rayos láser.

Esta última propuesta, que aunque parece sacada de una película de ciencia ficción, es una investigación que está llevando a cabo un equipo de la Universidad de Columbia.

Es que estos investigadores lograron crear un trozo de pollo artificial con una impresora 3D con aspecto, sabor y textura similar a uno tradicional. Y, además, lograron calentarlo gracias a rayos láser.

Si bien este producto parece más un puré que un churrasco, hay que recordar que esta es una prueba.

Una vez creada la pieza de muestras enviaron pulsos con un láser que para agitar y así calentar la carne. El proceso entero dura entre cinco y catorce minutos. Tras probar esta carne codiciada con láser y con métodos tradicionales, los investigadores indican que se prefiere la cocinada con láser. Como resultado, la carne retiene más líquido y suelta un mayor sabor que otros métodos como el asar la carne en el horno.

Según los investigadores, el truco está en emitir los pulsos de láser en diferentes amplitudes de onda y dirigiéndolos siguiendo trayectorias determinadas. Por ejemplo, un láser azul penetra mejor para cocinar la carne en su interior, mientras que el láser infrarrojo es util para dorar la carne en el exterior. Con ello pueden calentar y cocinar comida impresa en 3D de forma más práctica.

La visión a largo plazo del equipo de investigadores es que en un futuro cualquiera pueda tener acceso a comida impresa en 3D y cada uno imprima las formas y combinaciones que desee, como si de "recetas" se tratase. Pero si la creación de la comida evoluciona, la forma en la que la cocinamos también debe hacerlo y adaptarse.

Otros experimentos

Consumir alimentos más saludables es una tendencia que cada día gana incrementa sus adeptos, fenómeno que impulsa a la creación de diferentes productos naturales destinados para este creciente segmento de personas.

Así, dos startups australianas -las firmas de carne cultivada Vow y la de grasas diseñadas para proteínas vegetales Nourish Ingredients- unieron fuerzas para desarrollar un producto que promete transformarse en un nuevo éxito.

Se trata de la carne exótica sintética que reproduce con exactitud el sabor y la experiencia sensorial de la carne animal de canguro, alpaca, cabra, cerdo, conejo y cordero, pero fabricada en un laboratorio.

"La grasa es lo que hace que la carne sea irresistible", explicó el cofundador y director comercial de Vow, Tim Noakesmith, en un evento especial organizado por las compañías para presentar sus nuevos productos.

El propósito de las compañías es crear proteína animal sin causar daño y explorar en laboratorio diferentes alternativas ignoradas para lograr el mejor producto.

Para la siguiente etapa las empresas tienen en carpeta cultivar carne sintética de cebra, yak o tortuga de Galápagos.

 

Ronda de inversión exitosa

Las dos startups llevaron a cabo una ronda de inversión para recaudar capital que les permite ampliar su producción y explorar nuevos proyectos.

Por el momento, Vow Food levantó u$s6,8 millones en fondos, según datos de Crunchbase, mientras que Nourish Ingredients captó u$s11 millones en una ronda de financiación inicial codirigida por Horizons Ventures del multimillonario de Hong Kong Li Ka-shin.

Además, otras startups del segmento cell-based -basadas en células- presentaron prototipos de carne híbrida elaborados a partir de una mezcla de ingredientes vegetales y cultivados en células.

Un ejemplo es el de las salchichas de New Age Meats y la panceta de cerdo de Higher Steaks, que combinan proteínas y grasas de origen vegetal y de cerdo cultivado.

 

Argentina y las foodtech

En línea con una tradición de producción de alimentos que la define, la Argentina ya tiene una industria foodtech (acrónimo de comida y tecnología) propia que crece de manera acelerada y con proyectos de expansión en el resto del mundo.

Con propuestas para toda la cadena de valor, ofrece desde ingredientes hasta productos basados en proteínas vegetales, análogos cárnicos y alimentos congelados. El objetivo es llegar a un público con mayor conciencia alimentaria.

Este grupo está mayormente integrado mayormente por flexitarianos (consumen carne de modo esporádico y concentra casi el 30% de la población argentina), vegetarianas y nuevas generaciones que buscan:

"La Argentina es valorada como gran productor de alimentos aunque de no mucho valor agregado. La tecnología permite sumar valor a los comodities que tenemos, no solo soja y cereales, sino a todas las categorías. Es uno de los principales motivos por los cuales surgen proyectos, mientras que también hay mucho apetito de los inversores en este rubro a nivel global", remarca a iProUP José Robledo, cofundador de Frizata.

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