Las víctimas de ciberdelito frecuentemente son atraídas a sitios web falsos que prometen grandes ganancias para los inversores en criptomonedas. Hay miles de monedas digitales diferentes, algunas más legítimas y otras, no tanto.
Suben precios, suben los engaños
A medida que el precio de las criptomonedas sube, también lo hacen las estafas. Las estafas criptográficas se dispararon 1.000% desde fines de 2020, y en general, el monto promedio de robo es pequeño con un promedio que oscila entre u$s500 y u$s2.000.
Los que pensaron que realizaban una inversión de Bitcoin en Facebook, correos electrónicos no deseados o tal vez ven algún tipo de video en YouTube o Tik Tok que promocionaban un tipo de criptomoneda, resultó claramente ser una estafa.
Típicamente es gente inexperta, que arriesga pequeños montos, para experimentar y ver cómo funciona. Pero la realidad es que las víctimas de esta "estafa hormiga" ya se cuentan de a miles.
Esta estafa suele tener características transnacionales y, además, algún componente de clandestinidad, ya que las posibilidades de denuncia son pocas y en algunos casos imposibles por cuestiones impositivas.
Este nuevo fenómeno nos trae un récord histórico, cuando dos hermanos sudafricanos desaparecieron luego de que supuestamente sufrieron un "hackeo" en su plataforma Africrypt.
Sin embargo, resulta que los presuntos ciberdelincuentes eran los propios hermanos: Ameer y Raees Cajee, que desaparecieron con 69.000 Bitcoin, por valor de más de u$s4.000 millones durante el pico de Bitcoin a mediados de abril.
Además, la empresa pidió a los inversores que no denunciaran el ciberataque a las autoridades, lo que implicó que solo ralentizaría el proceso de recuperación ya que una vez que se procesa una transacción, no hay posibilidad de recuperación.
El mundo de las criptomonedas no está regulado y es muy difícil de rastrear, esto hace que esta industria sea una opción cada vez más interesante para los estafadores de todo el mundo.
Aumenta el riesgo de las personas a ser estafadas mientras se sumergen en este mercado emergente con las finanzas descentralizadas, donde todo el mundo tiene la libertad de guardar y gestionar su dinero criptografícamente donde quiera, en cualquier lugar del planeta.
Elon Musk es una figura a la que recurren los estafadores para cometer sus tropelías.
Ejemplos de estafas
Por citar unos ejemplos, el caso OneCoin deslumbró a muchos cuando en octubre de 2017, después de que OneCoin acumulara alrededor de u$s15.000 millones, su fundadora desapareciera. El elemento interesante pero sorprendente de esta estafa, que duró casi cinco años, es que el proyecto nunca tuvo un blockchain.
Esta estafa tuvo éxito porque, en ese momento, solo unas pocas personas sabían sobre criptomonedas y blockchain. Todo lo que la gente sabía era que las criptomonedas son un método para "hacerse rico rápidamente".
Otro caso resonante fue PlusToken, que ofrecía pagos mensuales garantizados a los usuarios de su billetera de criptomonedas. En este caso, el equipo detrás de la firma logró en 2019 engañar a los inversores para que entregaran más de 180.000 BTC, 6.400.000 ETH, 111.000 USDT y más, por un valor de más de u$s 4 mil millones.
Gabriel Zurdo: "El mundo de las criptomonedas no está regulado y es muy difícil de rastrear".
La forma en que PlusToken logró el engaño a tantos inversores es muy similar a lo que realizado por Africrypt este año, gracias a un patrón mágico que ofrece retornos garantizados.
Si bien algunas empresas legítimas ofrecen dichos servicios, es fundamental tener en cuenta que sus devoluciones no son muy altas y que tienen un producto. Cuando no hay producto, los inversores se convierten en él.
Un tipo más moderno de estafa criptográfica son los obsequios falsos de Bitcoin y Dogecoin atribuidos a Elon Musk. Si bien estas estafas son bastante obvias, un porcentaje notable de inversores sigue siendo víctima de ellas. Según un informe reciente, las estafas de obsequios falsos de Elon Musk han cosechado al menos u$s 2 millones de inversores en criptomonedas.
Las estafas criptográficas han llegado para quedarse y no hay una solución o remedio para eliminarla. Lo que sí podemos hacer es informarnos y desconfiar de todas las ofertas milagrosas que nos proponen grandes ganancias en pocos clicks para evitar caer en ellas, según una nota de Gabriel Zurdo, CEO de BTR Consulting, publicada en iProfesional.