Si bien falta mucho para el verano, hay un problema que es recurrente para muchas personas que desean enfriar sus bebidas al instante para inmediatamente consumirlas.
Dado este problema generalizado y con esa idea en mente, cinco jóvenes porteños crearon un "algoritmo mágico" despés de años de trabajo y lograron diseñar una máquina que enfría en cuestión de segundos.
El prototipo, creado por la empresa Chill It, puede enfriar cualquier bebida en tan solo 30 segundos, con especial atención a las cervezas y bebidas alcohólicas.
El negocio surgió fruto de una idea de tres jóvenes en principio que comenzó en la facultad. Marcos Condomí Alcorta, Nicolás Kolliker Frers y Santiago Schmidt estudiaban Administración de Empresas en la Universidad del CEMA cuando les asignaron la tarea de pensar un producto innovador y su correspondiente programa de negocios.
Por experiencia propia, vieron la necesidad de enfriar los productos rápidamente y la utilidad que le podrían dar las empresas de distintos rubros. El potencial del invento hizo que los jóvenes aprobaran la materia fácilmente. Pero se despertó en ellos el deseo de dar un paso más y encontrar la manera de fabricar el prototipo.
Los emprendedores siguieron pensando otras opciones y en un momento se dieron cuenta que necesitaban expertos en tecnología. Schmidt conocía al ingeniero electrónico, Luciano Cismondi quién se sumó al proyecto junto con Pablo Di Lorenzolo.
"El trabajo comenzó con un modelo matemático donde desarrollamos la física de cómo se va enfriando el líquido. Así, llegamos a lo que podríamos llamar un algoritmo mágico", contó Cismondi.
"El gran salto fue cuando logramos abstraer ese modelo y llevarlo a una red neuronal. Hoy la máquina tiene incorporado una red neuronal. Este entiende, en función de la característica de la bebida que se ingresa, cuál es el mejor proceso para enfriarlo en el menor tiempo posible", explicó.
Tras años de investigación e innovaciones en su proyecto en el camino, recorrieron diversos países del mundo para ampliar las bases del modelo hasta que llegaron a Sudáfrica donde su invento tuvo el último empuje necesario para acabar llamándose Chill It. Una simple máquina que en tan solo 30 segundos consigue enfriar todo el líquido de una lata para estar al perfecto estado del consumidor.
El primer prototipo tardaba 13 minutos en alcanzar su propósito pero, luego aplicarle varias mejoras, consiguieron reducir al límite el tiempo de espera para poder disfrutar de una cerveza ultra fría.
Un prototipo con menor consumo energético que los frigoríficos convencionales
De la mano de la inteligencia artificial, una vez puesta sobre la máquina, la bebida pasa de 25 a 3 grados considerado como la tempratura idónea antes de que el líquido comience a congelarse. Si bien aún no se encuentra en comercialización, ya que es un invento relativamente nuevo, los ideólogos aseguran que pronto "lo pondrán ante organismos reguladores".
Mientras tanto, aún trabajan en modelos que permitan situar hasta seis cervezas o refrescos a la vez, con el fin de que el cliente pueda disfrutar de los productos con bebidas que alcancen una temperatura agradable.
"Con esta máquina se ahorra un 60% de energía comparado con los frigoríficos convencionales", sintetizaron los cinco argentinos en lo que para ellos es otro avance en una época donde el consumo energético está en constante foco.