Las exportaciones argentinas de servicios profesionales como los informáticos reflejan una fuerte caída a pesar de que, a nivel regional, el negocio evidencia un sostenido crecimiento.
Por lo menos así surge de un estudio sobre los principales indicadores de rendimiento de las industrias del conocimiento del país elaborado por Argencon, entidad conformada por empresas prestadoras de servicios basados en el conocimiento, relacionadas con los mercados externos.
El informe, denominado Argenconomics, analiza el desempeño de la actividad en Argentina respecto a países competidores y se nutre de datos que provee el INDEC, actualizados hasta diciembre del año pasado para las exportaciones, y hasta junio del mismo año para los datos de empleo.
"El 2020 confirmó la tendencia decreciente de las exportaciones de servicios basados en conocimiento iniciada en 2018. El marco macroeconómico, normativo y tributario siguió siendo complejo, con una sensible desventaja respecto del entorno que ofrecen países directamente competidores, globales y regionales, que muestran incrementos sostenidos de sus exportaciones", sostiene en el informe.
En términos numéricos, el resultado agregado de los factores mencionados resultó en una caída anual del nivel de exportaciones del 6,5%, siendo las principales reducciones las de los rubros de menor incidencia como servicios personales, culturales y recreativos (-23,5%-); cargos por uso de propiedad intelectual (-21,4%-).
En el caso de los rubros más relevantes cayeron 7,9% anual (servicios informáticos) y 2,4% anual (servicios profesionales), rubro que presenta comportamientos muy diversos entre sus subrubros, ya que I D creció 34,4%, mientras que arquitectura e ingeniería cayó 30% y servicios jurídicos, contables y administrativos cayó solo un 2,4%. En tanto, la población ocupada se redujo un 4,2%, que actualmente llega a los 420.000 trabajadores.
Las cifras reflejan 10 trimestres consecutivos de caida de exportaciones y evidencian una situación particularmente preocupante dado que la tendencia regional y global se mantiene positiva, con crecimientos sostenidos del orden del 6% al 8% anual en los países referentes, lo que enfatiza la oportunidad que está desaprovechando la Argentina para posicionar a la economía del conocimiento como un vector de desarrollo económico inmediato.
Según el documento, el dato más duro de este estancamiento es la pérdida de ingreso de divisas que Argentina experimentó en la década que, de haber evolucionado las exportaciones al ritmo de la media mundial, hubieran representado un ingreso incremental de u$s12.500 millones.
Entre los rubros más afectados de este sector, que representa el 60% de los u$s5.650 millones que salieron del país el año pasado, el informe destaca los servicios informáticos, rubro que dejó de percibir los beneficios del anterior Régimen de Promoción de Software y que también se ve comprometido en su desarrollo para los próximos años por el crecimiento de un mercado laboral paralelo, el impacto de la pandemia, la suspensión y posterior reforma de la Ley de Economía del Conocimiento y la inestabilidad económica.
Argentina y un contexto que expulsa inversiones
La combinación de todos estos efectos constituyó un entorno hostil para la sustentación de las empresas, cuando en el resto del mundo se observó un aumento de la competencia directa de países que en base a propuestas de política pública muy agresivas atraen a empresas de origen argentino para que se radiquen en sus territorios.
Este fenómeno de "fuga de empresas" se extendió a una significativa fuga individual de profesionales que, renunciando a su trabajo en empresas locales, pasaron a ser contratados directamente desde el exterior a través de "plataformas freelance" constituyendo un mercado laboral informal, al margen de las normas impositivas, previsionales y cambiarias. Esta tendencia afecta el empleo de varias industrias del conocimiento -como la informática- haciendo cada vez más complicado el desarrollo de las fuentes de talento.
"No observamos indicios que nos permitan suponer que esta tendencia se revertirá en 2021, ya que los efectos de la Ley de Economía del Conocimiento se atrasaron significativamente, y su poder de apalancamiento aun depende de factores críticos que se irán configurando durante su proceso de reglamentación", anticipa el trabajo.
Por ello, permanecen como amenazas inmediatas la tendencia a la "fuga de empresas" y la "fuga de talentos", que debilitan el sector al derivar su crecimiento hacia países que ofrecen mejores condiciones de desarrollo.
A pesar del contexto hostil, el documento señala que las industrias del conocimiento siguen demostrando su resiliencia y capacidad de convertirse en uno de los principales motores para reactivar la economía.
En este sentido, el informe destaca que los aspectos más positivos "han sido la continuidad de las operaciones de las empresas tecnológicas que han migrado exitosamente sus procesos a la modalidad de teletrabajo, manteniendo el empleo ocupado y la capacidad productiva en la mayoría de las industrias del conocimiento".
Agrega que el desarrollo de los acontecimientos del 2020 y la permanencia de los efectos de la crisis sanitaria este año "acentúan la singular oportunidad que hoy ofrecen las industrias del conocimiento para el fortalecimiento de la matriz productiva nacional, en un momento en que toda la sociedad experimenta un salto hacia lo digital".
Para los autores de Argenconomics, los efectos de la "nueva normalidad" recién están comenzando a observarse ya que la pandemia produjo una enorme transformación en los hábitos sociales y de consumo que se profundizará en los próximos meses, y que implica una aceleración en el grado de digitalización de productos, servicios y procesos. Este "salto hacia lo digital" transforma la cadena de valor de toda la economía, y agudiza las demandas sobre las industrias del conocimiento.
Estancamiento
En el caso de las ventas del exterior reflejan una leve caída del 0,4%, principalmente afectadas por el incremento de los servicios informáticos del 36,6%, que para el informe marca un valor inusual en los últimos años, compensado por una fuerte caída en los cargos por uso de propiedad intelectual del 26,5%.
La combinación del comportamiento de exportaciones e importaciones produjo la caída del saldo neto favorable del comercio internacional, cuyo saldo positivo fue sólo u$s310 millones, que es el menor superávit desde el 2015. Lo mismo ocurre con los u$s5.650 millones de exportaciones, el menor número desde el 2018 y representando una baja del 6,5% respecto de diciembre del 2019.
"La combinación del estancamiento de nuestras exportaciones y del crecimiento global determina una fuerte disminución de la participación argentina en las exportaciones globales, que viene acentuando su tendencia en la última década", se asegura en el informe.
Para Argencons, de haber crecido al ritmo del promedio mundial de exportaciones, Argentina hubiera exportado en el 2019 por un valor de u$s8.839 millones o u$s2.751 millones más que los reales. Además, en la segunda década del siglo hubieran ingresado u$s12.509 millones adicionales que en términos de empleo hubieran representado poco menos de 100.000 puestos de trabajo "no creados".
En este marco, el documento refleja que Brasil y Argentina son los que menor crecimiento experimentaron en la década, lo que ha motivado que su share global caiga en 44% y 39% respectivamente.
Por el contrario, se destacan en la región los crecimientos de Uruguay (72%) y Costa Rica (26%), que muestran políticas públicas marcadamente agresivas para la captación de inversión extranjera.