Una de los grandes notas de color de la jornada electoral en la Comunidad de Madrid fue la presencia en el Centro de Procesamiento y Difusión de Datos, instalado en Ifema, de Sophia, un robot con apariencia humana que se encargó de informar a los periodistas sobre los datos de participación y los resultados de las votaciones. 

La presidenta saliente de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, exhibió este novedoso recurso durante una visita al recinto ferial en la jornada de reflexión y lo presentó como una gran "innovación tecnológica en inteligencia artificial" por su capacidad de ofrecer respuestas y bloques de información sobre el proceso electoral a los 160 periodistas acreditados.

Sophia posee reconocimiento de objetos y expresiones faciales a través de dos cámaras

La realidad fue algo menos pomposa. Más allá de la curiosidad que despertó entre los informadores, Sophia ofreció las prestaciones para las que fue diseñada por la empresa de ingeniería Hanson Robotics, que no se distinguen demasiado en lo tecnológico de los asistentes de voz que se usan en el teléfono o en casa, como Siri de Apple, OK Google o Alexa de Amazon.

Más detalles

Las diferencias más relevantes entre estos sistemas y el androide que Madrid puso al servicio de los medios no tienen que ver con la mayor inteligencia de su software, sino con su capacidad de combinar en un mismo producto diversas tecnologías basadas en inteligencia artificial. 

Sophia posee reconocimiento de objetos y expresiones faciales a través de dos sofisticadas cámaras incrustadas en sus ojos que le permiten; un avanzado procesamiento del lenguaje natural para construir frases con cierto sentido; y lo más llamativo, una muy lograda apariencia humana, tanto por su gestualidad como por su habilidad para mantener el contacto visual con las personas con las que interactúa.

No todo lo que brilla....

Lo que no puede ofrecer Sophia, pese a las expectativas generadas por sus creadores y las organizaciones que la usan en sus conferencias y eventos, es una conversación inteligente con seres humanos.

Está entrenada para dar respuestas coherentes sobre temas predefinidos. Ayer lo hizo sobre las medidas de prevención sanitaria, el voto por correo o los recursos disponibles en la app creada por Madrid para el 4-M

Las limitaciones de Sophia para responder son evidentes

Pero también quedaron en evidencia sus dificultades para salirse del guión que le han escrito sus desarrolladores.

Preguntada a primera hora de la mañana por sus predicciones para la jornada electoral, la robot de piel siliconada solo acertó a augurar una noche divertida. Sobre la posibilidad de sustituir a medio plazo a los periodistas, el robot humanoide aseguraba que "tenía otros planes".

Al igual que cualquier otro sistema de inteligencia artificial, por muy avanzado que sea, Sophia no entiende la mayor parte de las cosas que se le preguntan, no construye frases originales por sí misma y "tampoco es un sistema vivo que tiene instinto o sentimientos", como vende Hanson Robotics. En resumen, no es más inteligente que otros sistemas.

Fuente: La Vanguardia

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