Llevan ya sin salir anuncios 3 meses, da igual lo que marques". "Ya está bien de engañarnos". "Estoy aquí desde la beta cerrada y ni un anuncio". "¿No les da vergüenza?". Son solo algunas de las decenas de comentarios en la cuenta oficial de Instagram de Kubik Data, una 'startup' con sede en Barcelona que nació a mediados de 2019 con un ambicioso objetivo que otras muchas empresas, incluida Telefónica, persiguieron hasta ahora sin éxito: pagarte por tus datos.
Cambio de perspectiva
Frente a las 'big tech' de Silicon Valley, que montaron un imperio a costa de la intimidad, otras firmas buscaron justo lo contrario, retribuir a sus usuarios por sus datos personales. Kubik Data es el último intento y empezó fuerte, con u$s1,9 millones del bolsillo de Òscar Pierre Prats, el padre del creador de Glovo. El dinero se fundió ya en poco más de un año y ahora muchos usuarios están hartos.
El caso de Kubik Data es en apariencia similar al de cientos de nuevas empresas tecnológicas que cada año prueban suerte. Nacer, equivocarse, dar un volantazo a mitad de camino, cerrar o vender por una millonada es parte del día a día.
Pero Kubik Data es en realidad un caso especial por dos motivos: muy pocas 'startups' tienen el lujo de arrancar con más de u$s1,9 millones de financiación de uno de los inversores de mayor renombre en España.
Y aún menos intentan colarse en un terreno en el que otros tantos ya fracasaron: el de la remuneración de los datos personales. En apenas año y medio, Kubik Data pasó de prometer revolucionar el sector a tener que lidiar con retrasos continuos (el servicio aún no estará listo 100% hasta el verano), fallos técnicos graves, despidos, cientos de usuarios en rebelión y una financiación que ya se terminó.
Sus creadores aseguran que todo está bajo control. Pero empleados y ex empleados consultados opinan todo lo contrario.
Carl Tessmar, consejero delegado e ideólogo de Kubik
Data
La propuesta de Kubik Data es similar a la de decenas de 'apps' ya en funcionamiento y, sobre el papel, difícil de rechazar: entra en nuestra página web o 'app' (solo en Android) y te pagamos 1 euro por cada vídeo que veas. "Podrás ganar hasta 300€ al mes viendo sólo la publicidad que quieras ver, cuando la quieras ver". Es el gancho con el que llevan captando gente desde fines del año pasado.
Estos usuarios rellenan sus datos personales e intereses para que las marcas que quieran puedan enviarles publicidad. Si sos una empresa que vende, por ejemplo, zapatillas deportivas, podrás seleccionar miles de usuarios del perfil exacto que buscas, mostrarles un vídeo con tu producto, hacerles unas preguntas al final (del tipo, "¿estarías interesado en recibir ofertas? Déjanos tu email") y generar ventas. Esa es la promesa.
¿El costo para las marcas? Dos euros por vídeo visualizado. Si quieren mostrarlo, por ejemplo, a 5.000 usuarios, la campaña les saldría por 10.000 euros, de los cuales el 50% se va a los usuarios, y el 50% a Kubik Data.
Con esta idea, la 'startup' logró atraer a 30.000 personas, de las cuales unas 16.000 están activas (entran al menos una vez al mes), según datos facilitados por la empresa. La cifra supone un costo de adquisición por usuario de unos 100 euros.
Sin embargo, el primer gran problema al que se enfrentó es crear una plataforma tecnológica que funcione y haga realidad la promesa de pagar a la gente por sus datos.
Òscar Pierre Prats, inversor y dueño de Kubik
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"Esto es lo que pasa cuando quemas dinero sin tener las ideas claras. No se creó un producto mínimo viable, se empezó a invertir muchísimo dinero en cosas innecesarias, como consultoras externas o construir 'apps' cuando ni siquiera tienes el producto funcionando. No es normal que te hayas pulido 1,6 millones en poco más de un año y aún no hayas salido de la beta. Se está tirando el dinero a la basura", explica un empleado actual consultado que pide mantener el anonimato.
El resultado es visible para cualquiera. Darse de alta en la plataforma es casi misión imposible. La opción de crear una cuenta nueva o acceder a la existente lleva desactivada desde hace días (al cierre de esta información sigue sin funcionar). Al entrar, aparecen algunos vídeos de tiendas de ropa como Zeeman o la web Pensium. Das al play, aparece un vídeo de 20 segundos y al final una pregunta. "¿Te interesan estos productos?" Y cuatro opciones: "No; sí; tal vez; quizás".
Según la firma, son campañas reales en marcha por las que estas empresas están pagando. "En las últimas tres semanas se han publicado 30 campañas por 22 marcas diferentes", señalan. El sistema presenta fallos técnicos de calado: desde que se lanzó la beta cerrada a mediados de diciembre de 2020 (la beta abierta llegó a comienzos de marzo) la plataforma permite a los usuarios seleccionar todas las variables cuando rellenan su perfil. Es decir, se puede seleccionar que uno es hombre y mujer a la vez o que tiene todas las franjas de edad posibles.
Ante el agujero, decenas de usuarios seleccionaron todas las variables posibles con la esperanza de recibir más anuncios y poder cobrar más, pero ni aún así, como muchos se quejan en el Instagram a la compañía. El resultado es que los datos que obtuvieron hasta ahora las marcas que probaron el sistema no valen absolutamente de nada.
"Es un error que hemos cometido y que vamos a solucionar en las próximas semanas tras una nueva actualización. A las marcas afectadas les hemos devuelto el dinero. De todas formas, si un usuario marca todas las opciones, nuestro algoritmo lo detecta y no le muestra anuncios", explica Carl Tessmar, consejero delegado de Kubik Data e ideólogo de este modelo para el que convenció a Òscar Pierre de subirse a bordo a través de su compañía Aggity, ahora máximo accionista de Kubik Data.
Tessmar puso de su bolsillo 225.000 euros para arrancar la empresa, a los que se unieron en enero de 2020, unos 1,2 millones de Pierre. Los fondos se agotaron en noviembre y Pierre puso sobre la mesa un crédito participativo de 400.000 euros para que la empresa pudiera continuar. Cinco meses después, necesitan de nuevo fondos a la espera de aumentar la facturación.
"La aplicación sigue en beta, estamos puliendo cada día estos fallos, es algo totalmente normal en una 'startup'. Sé que puedo perder el dinero, pero eso es invertir. Podemos haberlo hecho mejor o peor, ahora a posteriori es fácil decir que habría que haberlo hecho así o asá, o que debería haber invertido menos, pero a posteriori todo es muy sencillo. Estamos añadiendo 5 o 6 nuevos anuncios a la semana, el ritmo y la evolución es la esperada", explica Òscar Pierre, quien asegura que ya están buscando 1,5 millones de euros adicionales por el 12% de la empresa, lo que supondría valorarla en más de 10 millones de euros.
Dudas y quejas
Carl Tessmar minimiza también las quejas de los usuarios en internet y asegura que es una minoría. "De momento han cobrado alguna cantidad inferior a 10 euros unos 150 usuarios". Asegura que la empresa facturó ya 300.000 euros y el objetivo es llegar a 1,5 millones a fines de año y 13 millones en 2023.
"Para las marcas el valor es evidente. Pueden irse a Facebook o Google, que son más baratos, impactar a cientos de miles de usuarios y generar cero ventas, o hacerlo de forma más selectiva con nuestro sistema y ganar clientes de verdad. Hace poco, una empresa de sillas de ruedas eléctricas probó nuestra plataforma. Posicionarse en Google le costaba entre 180 y 200 euros por palabra clave. Con nosotros se gastó 100 euros y tuvo 4 ventas. Imagina cuando en lugar de 16.000 usuarios activos tengamos 100.000", añadió.
Especialistas en marketing online consultados son más escépticos. "Estos modelos de pagar por visualizar publicidad ya se ha demostrado que no funcionan. Acabas teniendo miles de usuarios a los que les da igual el producto, lo que ven o lo que responden, solo quieren cobrar. Y cuando les contacta la marca para venderles algo de verdad o conseguir más datos, ni caso", resaltó José Ramón Fernández, especialista en publicidad online y fundador de The Social Audience.
Se trata, además, de un sector ya copado por aplicaciones similares como AppKarma, Consupermiso o Toluna. Quienes las probaron a fondo llegaron a una triste conclusión: "Después de un mes sin parar visualizando vídeos, respondiendo encuestas y regalando clics, los ingresos no llegan ni para un par de cafés: menos de 2,5 euros".
"En internet la microsegmentación solo funciona cuanto tienes un volumen enorme", recuerda Fernández. "Aquí Facebook sigue siendo el rey. Por 10.000 euros puedes conseguir 10 millones de impactos y 10.000 registros de personas interesadas en tu producto. Es casi imposible competir contra eso".
Fuente: El Confidencial