Relativamente chico en superficie y poco poblado, Uruguay queda en la cola de muchas comparaciones internacionales. No en cabezas de ganado por habitante, un dato que se aprende desde la escuela. Y no, llamativamente, en cantidad de startups por millón de pobladores: hay 2,3 de esas empresas caracterizadas como pujantes y generalmente vinculadas con la tecnología, o directamente plataformas digitales. Con esa cifra, el país se ubica por encima del promedio de América Latina y el Caribe de 1,6.
En medio de una "revolución de las tecnolatinas", que tracciona como un "motor poderoso para el crecimiento y la transformación en toda la región", Uruguay está teniendo un desempeño destacado, según una investigación hecha por la consultora Surfing Tsunamis junto con el BID-Lab, un sector del Banco Interamericano de Desarrollo dedicado a cuestiones de innovación.
Según el trabajo, el país vecino "está liderando el camino entre los países más pequeños" y su ecosistema "próspero" viene "creciendo, cuenta con el apoyo constante del sector público y recientemente atrajo a varios de los empresarios más exitosos de Argentina".
El relevamiento agrega que Uruguay ya tiene a dLocal como compañía con un valor superior a u$s1.000 millones —un "unicornio"— y contabiliza a otras siete, mucho más chicas. Le computa un valor conjunto de u$s1.300 millones a esas ocho empresas, un aumento de u$s300 millones respecto a una estimación de 2017.
Pero "Tecnolatinas: el ecosistema inicial de América Latina y el Caribe llega a la mayoría de edad" deja sin contabilizar a "miles" de compañías privadas de base tecnológica nacidas y de propiedad de fundadores de la región que no llegan a determinados niveles de recaudación de capital, cuyos datos, además, son "más limitados y poco confiables" y se encuentran en una fase de desarrollo altamente volátil".
Así, en la publicación figuran entre las startups top uruguayas, además de dLocal, Scanntech (con un rango de valuación de entre u$s 50-100 millones), Bankingly, IronHide y Meitre (estas últimas con valores que oscilan entre los u$s10 millones y u$s50 millones).
Por otro lado, PedidosYa, la plataforma de gestión de procesos Flokzu, Nocnoc, Unicorn Games, Tuna, Orangeloops y Vipermed son algunas de las 11 compañías nacidas en Uruguay "que no puedes perder de vista en 2020", según un artículo publicado en Contexto, un portal sobre el negocio de las tecnologías de la región. "Siento que las startups uruguayas son como criaturas ocultas: una vez que las encuentras, comienzas a descubrir más y más", acota la periodista Ingrid von Putlitz.
Otra que no está en esas nóminas es la banktech Kona, fundada en 2015 en el cowork Sinergia Palermo y que se acaba de vender a la multinacional Technisys; eso le permitirá "ser un jugador a escala mundial. Sabemos que desde Uruguay a veces es medio difícil, pero hay formas", remarcó su cofundador Diego Cibils en El Observador.
"Las personas que no están familiarizadas con el mundo de la innovación a veces extrapolan los fundamentos de la era industrial y piensan que las economías chicas están en desventaja para construir ecosistemas tecnológicos", sostiene Ignacio Peña, de Surfing Tsunamis, en el estudio publicado este mes con BID-Lab.
Pero esa idea se choca con los datos, ya que la cantidad de startups por millón de personas no parece depender de la dimensión demográfica de los países: Chile tiene la penetración por millón más alta (4,2) a pesar de estar en un tercer nivel de tamaño de la población en la región, y supera en 21 veces el ratio de Ecuador (0,2). Uruguay y Costa Rica son otros casos.
Si no es el tamaño de la población o del mercado, ¿qué hace la diferencia en el desarrollo de estos ecosistemas? El estudio menciona algunas hipótesis. Los países menos corruptos -según los índices de transparencia- tienen más startups por millón de habitantes y, de la mano de eso, aquellos con sistemas de Justicia más independiente muestran niveles más altos de actividad de puesta en marcha.
También señala una correlación significativa con el capital humano. Y, más obvio, las políticas específicas hacen lo suyo, como lo demuestra Israel. "En suma, el contexto general de un país tiene un efecto significativo en la creación de nuevas empresas y las tasas de supervivencia", resumió Peña.
Región tecno
El estudio de Surfing Tsunamis y BID-Lab contabiliza 1.005 empresas con base tecnológica nacidas en América Latina y el Caribe que recaudaron más de u$s1 millón, que suman un valor colectivo de u$s221.000 millones, 32 veces más que una década atrás. "La revolución se está acelerando", ya que el tiempo para lograr una valoración de u$s1.000 millones bajó con la ayuda de las tecnologías y soluciones digitales, como la computación móvil y en la nube, y ecosistemas más maduros, puntualiza.
La caracterización del ecosistema startup uruguayo indica que tres sectores representan el 87% (fintech 37%, software 25% y movilidad 25%), que recaudó hasta la fecha el 1% del financiamiento captado por la región y que generó más de 700 empleos.
Entre las tecnolatinas predominan las actividades de comercio electrónico y fintech, es decir, aquellas que aportan tecnología aplicable a las finanzas; estos dos sectores concentran el 72% del valor del ecosistema regional, el 50% del capital recaudado y el 29% de la actividad de las startups.
En 2020, el e-commerce en América Latina y el Caribe creció más rápido que en el resto del mundo (37% versus 28% a escala global), pero es solo de 6% de las ventas minoristas, cuando en China llega al 25%, consigna la investigación.
El negocio nuevo más grande es el de las fintech. Según Peña, la región se beneficiará "enormemente" de las finanzas digitales porque aproximadamente la mitad de la población no tiene acceso a servicios financieros, particularmente entre los segmentos de menores ingresos. Una proporción similar de pequeñas empresas no está bancarizada.
Las plataformas aplicadas a las finanzas y el comercio electrónico dominan el valor en los dos países con más startups de la región: en la Argentina son el 85% y en Brasil el 69%. Fintech y e-commerce son también los rubros líderes en los ecosistemas medianos (39%, 31% y 39% del valor creado por empresas de México, Colombia y Chile, respectivamente), mientras que en Uruguay "el patrón es aún más pronunciado, ya que estos sectores representan el 97%" del valor de su ecosistema.
Sin embargo, una variedad de nuevos sectores tiene potencial para escalar y, conforme con el estudio, hay 52 tecnolatinas por valor de más de u$s500 millones repartidas en 16 rubros de actividad, todos ellos de naturaleza digital.
"Los emprendedores de América Latina y el Caribe han demostrado que pueden crear negocios muy valiosos en sectores que van desde lai movilidad, la ciberseguridad, los juegos o las tecnologías relacionadas con la actividad inmobiliaria (proptech)", remarca el trabajo.
Desafíos.
Pasar de la mayoría de edad a la adultez requiere, para el ecosistema startup latino, superar algunas restricciones al crecimiento.
América Latina y el Caribe invierten poco si se compara sobre la base por habitante: China, por ejemplo, lo hace siete veces más e Israel 117 veces. Para Peña, no es descabellado esperar más de u$s 40.000 millones en inversiones de capital de riesgo para 2030 en la región, si operan palancas que activen al sector. El capital de riesgo corporativo es un área de oportunidad y la región debería multiplicarla casi 10 veces para lograr el mismo peso relativo que en Estados Unidos (EE.UU.), sostiene.
Nocnoc, una de las 11 startups destacadas en Contexto, acaba de tener una captación de fondos "millonaria" —aunque la cifra no se informó por confidencialidad contractual— en una ronda en Brasil y tuvo a Olist, un seller brasileño, como principal inversor, consignó el suplemento El Empresario de El País. Esa plataforma creada en 2018 por tres uruguayos, conecta vendedores de los Estados Unidos, Europa y China con sitios de e-commerce latinoamericanos.
Otro desafío, según el estudio publicado por el BID, es que el empuje de las startups descentralice su derrame económico. Estima que la región podría activar 19 países con poco (siete) o ningún (12) desarrollo de este tipo de empresas innovadoras con base tecnológica y también puede movilizar más a las grandes ciudades: hoy las startups se concentran en 12, pero hay otras 68 urbes con más de 1 millón de personas con una actividad "insignificante" relacionada con estos ecosistemas.
Por otro lado, los países que se destacan por su valor de ecosistema y actividad de puesta en marcha en relación con el tamaño de su población (como Argentina, Chile, Uruguay y Guatemala) también dependen más fuertemente de la internacionalización, de acuerdo con el estudio.
Eso representa un desafío adicional para las empresas que nacen allí con respecto a las originarias de Brasil, que pueden prosperar con un enfoque en el mercado interno; esto explica en parte por qué el sector de startups brasileñas está creciendo más rápidamente que en otros países. Peña sugiere llevar adelante "esfuerzos de colaboración para reducir las barreras para la actividad de inicio internacional (como los mercados únicos digitales)" y para la creación de plataformas regionales" que ayuden a la internacionalización.
El talento femenino tampoco se aprovecha lo suficiente en la región: mientras que solo el 10% de las startups latinas tiene una fundadora, en EE.UU. son más del doble (22%). Un mensaje que trasciende a los emprendedores cierra el estudio: "El ecosistema está en una trayectoria para crear billones de dólares en valor en la década y movilizar decenas de miles de millones de dólares por año en inversiones. Los empresarios, inversionistas, líderes corporativos y legisladores deben tomar nota y aprovechar esta oportunidad histórica".