Luego de la segunda exploción que sufrió un cohete del magnate tecnológico a principios de febrero, un nuevo prototipo de la futura nave gigante Starship, de la sociedad SpaceX, logró aterrizar el miércoles en Texas, después que sus dos predecesores no lograran la proeza, pero minutos después de tocar tierra, el aparato explotó.
"¡Starship SN10 ha aterrizado de una sola pieza!", celebró el fundador de SpaceX, Elon Musk, en un mensaje en la red social Twitter.
"¡El equipo de SpaceX está haciendo un gran trabajo! ¡Un día, el éxito se medirá en que los vuelos de Starship se conviertan en algo banal!, dijo en un segundo tuit.
"Un magnífico aterrizaje", dijo un comentarista de SpaceX en el video que transmitió en vivo el vuelo de prueba.
¿Qué pasó?
Sin embargo, al pie de la nave se veían llamas que varios operarios intentaban extinguir. Pocos minutos después, una enorme explosión hizo que el cohete se elevara de nuevo por los aires y cayera al suelo, totalmente destrozado.
"Como el vuelo de prueba no había sido lo suficientemente excitante, SN10 sufrió un rápido e inesperado desmontaje tras haber aterrizado", bromeó SpaceX en su página web, sin dar explicaciones sobre las razones de la explosión.
¿Hacia la Luna?
El aparato es la opción de SpaceX, propiedad del magnate Elon Musk, para viajar a Marte.
El prototipo, identificado como SN10 (Serial Number 10), había despegado el miércoles a las 23H20 GMT desde Boca Chica, Texas, para su tercer vuelo de prueba suborbital.
El aparato se elevó, impulsado por tres motores, y luego viró para volar en posición horizontal.
Llegó a alcanzar una altitud de 10 kilómetros antes de iniciar su descenso en forma vertical y logró posarse en el lugar indicado sin problemas visibles.
Otros dos prototipos, el SN8 y el SN9, se estrellaron al aterrizar en diciembre y a comienzos de febrero.
Los ensayos se realizan en un área casi desierta alquilada por SpaceX en el extremo sur de Texas, cerca de la frontera con México y a poca distancia del Golfo de México.
La zona está despoblada y es lo suficientemente amplia como para no causar daños ni víctimas en caso de explosión.
Musk imagina que algún día podrá enviar varios cohetes a la conquista de Marte. Sin embargo, en un primer momento y si las naves son seguras y funcionan correctamente, servirían para vuelos más cortos, especialmente a la Luna.
En uno de esos aparatos volará a la Luna el multimillonario japonés Yusaku Maezawa, teóricamente en 2023. El precio del vuelo es confidencial.
Desde su cuenta de Twitter, Maezawa invitó el miércoles a ocho personas "del mundo entero" a acompañarlo. Los interesados deberán anotarse antes del 14 de marzo y una semana después se hará una primera selección.
El futuro cohete, que incluirá una nave tripulada, tendrá una altura de 120 metros y podrá cargar 100 toneladas a bordo.