"Nos atrasamos, pero no nos detuvimos", remarca Dan Etenberg, CEO de LIA Aerospace, la startup aeroespacial argentina, al recordar los inconvenientes que debió atravesar a raíz del inicio de la pandemia global de coronavirus COVID-19 junto al otro fundador, Federico Germán Brito (actual COO de la firma) para ultimar los detalles del primer cohete lanzado por la compañía.
"La pandemia no nos ayudó en nada al restringirse la movilidad y al estar cerrados los talleres, junto a las casas de insumos y de materias primas, en un principio. Nos demoró unos cuantos meses completar el desarrollo de nuestro primer cohete y lanzarlo. Pero aún con estos contratiempos, el Zonda 1.0 fue lanzado con éxito el 23 de enero pasado", resalta con orgullo Etenberg.
Y no es para menos. Con poco más de un año de historia, LIA Aerospace pudo lanzar su primer cohete, instancia que buena parte de las firmas presentes en el mercado aún no pudo concretar. Pero eso no es todo, los planes de la startup son más ambiciosos. A mediano plazo planean lanzar cohetes de mayor tamaño, que se encargarán de transportar satélites más pequeños. Pero vamos por partes.
El comienzo
Hace poco más de un año LIA Aerospace vio la luz aunque en realidad, la idea surgió unos cinco años atrás, cuando sus fundadores se conocieron y, enseguida, entendieron que juntos podrían llevar adelante un proyecto compartido.
Etenberg, de 35 años, tuvo su primer trabajo en el área en el ITBA, entidad en la que desarrolló un propulsor para uno de los satélites de Satellogic, la consolidada compañía creada por Emiliano Kargierman. En cambio Brito, de 47, se encargó de desarrollar diferentes prototipos de cohetes desde sus 15 años.
"Nuestra idea es desarrollar vehículos, cohetes, que puedan llevar satélites comercialmente al espacio", resalta Etenberg, en diálogo con iProUP.
Dan Etenberg (CEO) y Federico Germán Brito (COO), los fundadores de la startup aeroespacial argentina LIA Aerospace
El ejecutivo precisa que "LIA responde a Laboratorio de Investigación Aeroespacial". Y añade: "como apuntamos a un mercado global, pusimos las siglas y seguimos con Aerospace para que quede sobreentendido a lo que nos dedicamos".
El mercado y el negocio
Los fundadores observaron que en el mercado de lanzamiento de satélites las estimaciones y pronósticos muestran que el mercado crecerá de forma exponencial en la próxima década.
"Con un crecimiento de esa magnitud, básicamente, es difícil asegurar una disponibilidad en los cohetes para lanzar la cantidad de satélites de la forma en la cual los clientes quieren que los lancen. Es decir, un satélite puede ser enviado en diferentes órbitas, alturas e inclinaciones. Y, básicamente, o te sirve la órbita, o no te sirve", comenta.
A partir de esa problemática, juntos comenzaron a desarrollar la idea de una firma dedicada a "lanzamientos dedicados". "Esto es cuando uno dedica un lanzamiento completo a uno o una serie de satélites que quieren ir a un lugar específico del espacio, o a una órbita específica.
"Esta es la necesidad que vimos, que van a afrontar nuestros futuros clientes en los próximos años. Por eso decidimos desarrollar un cohete apuntado directamente a ese mercado de pequeños satélites", explica.
Los diferenciales
A comparación de otras firmas, LIA Aerospace pretende hacer vehículos pequeños: "no cohetes enormes como los de SpaceX, sino algo apuntado a los pequeños satélites", insiste Etenberg.
Pero además, los jóvenes también tienen en cuenta las restricciones y las multas que habrá en el futuro respecto a la huella de carbono.
"Estamos en un mercado global pero principalmente apuntalado por Europa y los Estados Unidos. Y vemos que en lo que será la próxima década va a empezar a haber regulaciones", explica el CEO.
Algunas de las pruebas previas de LIA Aerospace antes del exitoso lanzamiento del Zonda 1.0
Para enfrentar posibles multas, Etenberg detalla que en LIA Aerospace usamos un propelente propio que permite disminuir hasta en un 60% las emisiones de gas carbónico. "Con el uso de este propelente la huella de carbono del vehículo se reduce mucho", subraya.
Por otro lado, para mantener los costos competitivos y poder seguir tomando una parte del mercado, los fundadores idearon un esquema que permite reutilizar una parte de los cohetes ya lanzados y bajar así sus costos operativos.
Hablando de números
La primera ronda de inversión fue un Family&Friends en la que ya se superaron los u$s200.000. "Ese era el monto que calculabamos para esta primera etapa. Y ahora básicamente lo que vamos a hacer es abrir próximamente una ronda de inversión mayor, como para poder financiar los próximos desarrollos a hacer en el 2021", adelanta Etenberg.
Por ejemplo, la primera versión del Zonda 1.0, que sirvió para probar aviónica, combustible, rampa de lanzamiento, entre otras cuestiones, demandó un desembolso de u$s60.000.
El levantamiento de nuevo capital resulta indispensable debido a que hasta el momento la firma no cuenta con facturación alguna.
"No tenemos previsto facturar en 2021, aunque no descartamos en el caso que vendamos algún subproducto o algún servicio de lanzamiento de caras experimentales a vuelos suborbitales -que son vuelos que no llegan a órbita-, pero en principio actualmente no tenemos facturación", destaca Etenberg.
En ese sentido, el CEO aclaró que la startup aún no posee clientes establecidos. "Si estamos teniendo charlas con diferentes fabricantes de pequeños satélites con los cuáles podríamos firmar contratos a cartas de intención de lanzamiento en los próximos meses. Así que aún no tenemos clientes per se pero los deberíamos tener en el corto plazo", se esperanza.
Recuerdos del futuro
"En el sector de aeroespacio y particularmente en lanzamiento de pequeñas cargas a órbita existen actualmente más de 100 compañías haciendo planes para desarrollar vehículos para lanzar pequeños satélites al espacio", precisa el CEO.
No obstante, Etenberg subrayó que "entre el 60% o el 70% de estas compañías aún no ha podido levantar inversión y aún no ha podido construir algo".
"Nosotros por suerte pudimos atravesar ya esa primerísima etapa. Ya hemos construido y probado 5 motores de cohetes como este, con biodiesel. Tenemos autoabastecimiento del propelente que utilizamos, contamos con una planta donde producimos nuestro combustible, e hicimos un banco de ensayo para probar nuestros motores de cohetes y medir los parámetros", diferencia.
Además, desde LIA Aerospace construyeron una rampa de lanzamiento, diseñando, construyendo y probando, calificando sistemas para la carga de los propelentes y la presurización remota en condiciones seguras.
"Al Zonda 1.0 pudimos construirlo, calificarlo para vuelo, ensayarlo y hacer su vuelo inagural. Así que hemos hecho bastante", resume.
¿Cómo es el cohete?
El Zonda 1.0 es un cohete de 3,8 metros de largo que utiliza combustible biodiesel. Su vuelo inaugural fue el 23 de enero pasado, cuando despegó a las 11:26 desde la localidad bonaerense de Magdalena.
El sistema de propulsión propelente del Zonda 1.0 incluyó como agente oxidante el peróxido de hidrógeno y utilizó biocombustibles.
De este modo generó un 60% menos de huella de carbono que los combustibles y propelentes que se utilizan usualmente. Básicamente, el combustible se generó con una combinación de aceite vegetal y plantas.
El peróxido de hidrógeno, en tanto, aporta el oxígeno y es parte de la reacción química. La empresa fusionó ambos para el motor del cohete.
Próximos pasos
"En el corto plazo vamos a seguir desarrollando cohetes de mayor complejidad, tamaño, potencia y alcance. La idea es explorar la tecnología de la reutilización haciendo ya un primer prototipo, pequeño", explica Etenberg.
El CEO detalla que la idea es construir "un cohete que pueda despegar y aterrizar de forma autónoma". "Con este equipo desarrollado ya el posicionamiento de la empresa sería más que interesante a nivel global. Por eso, trataremos de alcanzar este hito en el transcurso de 2021", adelanta.
En cambio, para 2024, la idea de LIA Aerospace es comenzar los vuelos a órbita comerciales.
"Es un cronograma bastante ajustado, ambicioso, pero bueno, la idea es llegar para hacerle frente a un mercado en pleno crecimiento, posicionandonos como una de las empresas líderes en la logística de pequeñas cargas a la órbita terrestre baja", detalla.
Para ese año, los fundadores Planean tener finalizada una versión más grande del cohete Zonda 1.0, pero con una capacidad de carga útil de hasta 250 kg.
"Con SpaceX tenemos contactos en común y podríamos habernos puesto en contacto. Pero la verdad es que siendo competidores no vemos razón por ahora para contactarnos con ellos", asevera Etenberg.
Según el ejecutivo, la empresa aerospacial privada estadounidense fundada por el magnate Elon Musk apunta también a "otro segmento".
"Ellos apuntan a las cargas grandes, principalmente, y a llevar cargas interplanetarias. Por el momento, lanzaron su Transporter One, que fue su primera misión donde sí lanzaron 143 pequeños satélites", comenta
"Entonces ahí sí se empiezan a cruzar el mercado de ellos y el nuestro. Pero no lo vemos como una amenaza a partir de la gran cantidad de pequeños states que se van a desarrollar y lanzar al espacio en los próximos años", completa.