Recientemente se registraron cambios de términos y condiciones que estableció WhatsApp por el uso de su plataforma y en esta oportunidad no se puede huir de ellos si se quiere seguir usando la app de mensajería instantánea. Sin embargo la desconfianza que esto causó en varios usuarios preocupados por sus datos personales ha hecho que muchos migren rápidamente a otros servicios como Telegram o Signal.
Signal empezó en el 2015 bajo el nombre TextSecure y fue creada por un grupo independiente de desarrolladores de software llamado Open Whisper Systems y sus fundadores son Moxie Marlinspike y Stuart Anderson.
Entre todas las opciones disponibles, Signal ha tenido resultados positivos en este proceso de migración que comenzó mucho antes y por ende viene escalando posiciones en este mercado. Su popularidad empezó a tomar forma durante el 2015 cuando el exanalista de la CIA Edward Snowden aseguró usar Signal todos los días.
En 2016, luego de la filtración de WikiLeaks de los correos electrónicos de Hillary Clinton, el equipo de campaña pidió a los miembros del Partido Demócrata estadounidense que usaran solamente Signal.
Asimismo en esta línea de recomendaciones, el conocido empresario Elon Musk en estos días de tanta controversia con Whatsapp, respaldó el uso de Signal por considerarla una de las aplicaciones más seguras.
Signal ha tomado relevancia mundial en los últimos tiempos sumando gran cantidad de nuevos usuarios
A pesar de ser considerado un genio por algunos, un gurú por otros, Marlinspike no es el típico emprendedor billonario de Silicon Valley. Lo poco que se sabe de su biografía (Moxie no es su nombre de pila) es por decisión propia, y está plagada de anécdotas de fallidos emprendimientos y arriesgadas aventuras. Las comparte en su blog, donde también hay links a otros de sus proyectos como Audio Anarchy o el Anarchist Yacht Clubb.
Fiel a su orientación política, Marlinspike no buscó monetizar Signal, lo que hizo que se mantuviera casi como una plataforma de culto, preferida por expertos informáticos y activistas de todo tipo, interesados en escapar al escrutinio de la policía o servicios de inteligencia.
Las manifestaciones en la Primavera Árabe, las protestas prodemocracia en Hong Kong, opositores a gobiernos en Europa del Este, los seguidores de Wikileaks; y quizás, sí, también uno que otro traficante de sustancias u objetos ilegales encontraron en Signal su medio de comunicación de preferencia.
Bajo el sistema de encriptado de usuario a usuario, Signal no guarda datos de sus consumidores, excepto cuándo abrieron su cuenta y cuando la usaron por última vez. Por el contrario, la información de WhatsApp o Facebook Messenger puede rastrearse. De hecho, hay empresas, como VoxSmart, que ofrece a las firmas financieras en Londres la vigilancia y análisis de los chats, fotos y mensajes de sus empleados.
De ahí el creciente problema ante la decisión de cientos de traders londinense de pasarse a Signal. No son los únicos. La Comisión Europea ordenó a sus funcionarios cambiar a Signal para sus comunicaciones, citando razones de seguridad. Signal Messenger ha quintuplicado su número de usuarios en las últimas dos semanas, hasta superar los 50 millones.
El respaldo de Elon
La cifra es aún baja comparada con los 500 millones que usan la aplicación rusa Telegram, o más aún con los 2.000 millones de usuarios de WhatsApp. Pero expertos en seguridad la están promoviendo como la mejor aplicación de mensajería, y hasta Elon Musk llamó a sus casi 43 millones de seguidores en Twitter que se cambiaran a esta plataforma, después de que WhatsApp anunció que compartirá los datos de sus usuarios con su empresa matriz, Facebook.
Elon Musk es una de las figuras empresariales que le ha dado su apoyo a Signal
Curiosamente, la historia de Signal también está vinculada indirectamente a Facebook, Mark Zuckerberg y WhatsApp. El actor principal es Brian Acton. Uno de los primeros empleados en Yahoo! a mediados de los 90's, Acton dejó la empresa en 2007, junto a su colega Jan Koum. Ambos postularon a empleos en Facebook sólo para ser rechazados. Tras un par de años sábaticos, Koum llamó a Acton para fundar WhatAapp.
La idea era simple: un sistema de mensajería sencillo, de bajo costo y seguro. Por eso a Acton le hizo tanto sentido el sistema de encriptado desarrollado por Marlinspike. En 2013, WhatsApp adoptó el sistema de Signal. Un año después, Acton y Koum vendieron su empresa a Mark Zuckerberg por US$22 mil millones, bajo la promesa de continuar siendo independientes.
No pasó mucho tiempo. Tres años para ser exactos. Zuckerberg reveló sus planes para monetizar y expandir aún más esa compra, entre los que se incluía terminar con el sistema de encriptado. Hijo y nieto de emprendedores, Acton se enorgullece de ser fiel a su código moral. A un costo de u$s850 millones, renunció a WhatsApp.
"Al final del día del día, vendí mi empresa. Soy un vendido. Lo reconozco", declaró en entrevista con Forbes sobre su desencuentro con Zuckerberg, la única que ha dado sobre el tema.
Algo de lo que parece querer redimirse con Signal. En febrero 2018, Acton presentó al mundo la Signal Foundation, que maneja Signal Messenger, y la cual preside. El veterano de Silicon Valley encontró en el anarquista Marlinspike su nuevo socio, esta vez en una aventura sin fines de lucro, indicó Diario Financiero Online.