En el puesto número uno de marcas más valiosas del mundo se posiciona cómodamente Amazon, que con el boom que experimentó el e-commerce por la pandemia hoy vive uno de sus mejores momentos. Sin embargo, para llegar donde está en el medio sufrió varios traspiés.
El propio Jeff Bezos, creador de la firma valuada en más de u$s 400.000 millones, no tuvo problema en admitir que a lo largo de los años ha perdido miles de millones de dólares por distintos proyectos que fallaron, pero, aclara, lo importante fue seguir intentado.
Según una carta a los accionistas que escribió en 2016, Amazon es "el mejor lugar del mundo para cometer errores". Y eso no lo asusta, sino que lo impulsa a ser cada vez más grande: "Si el tamaño de tus errores no crece, no vas a inventar algo que realmente merezca la pena".
1. Tiendas pop-up
Las pop-up stores son un formato que usan mucho las empresas para dar a conocer sus productos porque permiten hacer una inversión baja por un tiempo determinado. Pero en el caso de Amazon no trajeron buenos resultados.
Desde la firma habían apostado por este tipo de tiendas efímeras que montaron dentro de los locales de Whole Foods (la gigante cadena de alimentos saludables, también perteneciente a Bezos), Kohl’s (de tiendas departamentales) y otros centros comerciales para que los clientes pudieran probar los productos antes de comprarlos.
Pero se ve que el rendimiento no fue el esperado, porque en 2019 anunciaron en cierre de las 87 tiendas de este formato que tenían a lo largo de los Estados Unidos. En su lugar, desde la firma decidieron expandir las tiendas Amazon Books y Amazon 4-star, con el fin de proporcionar una experiencia de cliente más completa y una selección más amplia de productos.
2. El teléfono Fire
Tal vez el mayor fracaso de la historia de la empresa fue el Fire Phone, teléfono que apuntaba a convertirse en una importante herramienta que impulsada las compras dentro de la plataforma, pero no tuvo la recepción que se esperaba en el mercado. Los motivos de este rechazo fueron varios, pero el principal fue el precio, de u$s 650 y que no se correspondía con las funcionalidades del mismo. Unos meses después de su lanzamiento en junio de 2014, desde la firma bajaron el precio a u$s 200, pero ya era demasiado tarde.
El smartphone con un hardware de la generación que se ofrecía a un precio muy por encima de su competencia tenía otro error: no contaba con Google Play, lo que limitaba la cantidad de aplicaciones disponibles para descargar. Finalmente la empresa lo sacó del mercado en 2015 luego de haberle costado cerca de u$s 170 millones a la compañía que luego se enfocó en el lanzamiento de Alexa, pero ese es otro cantar.
3. Amazon Destinations
La apuesta por el mundo del turismo por parte de Amazon llegó en 2015, pero apenas duró seis meses en el mercado. Destinations buscaba posicionarse como un sitio de servicio de reservas de viajes con foco en escapadas cortas y a nivel local.
Su estrategia comercial se basaba en usar los comentarios de los usuarios y recopilar información hotelera de zonas cercanas a las grandes ciudades para ofrecer descuentos. Pero no pudieron competir contra jugadores más experimentados en el rubro como Booking o Groupon y cerraron a fines de 2015.
4. Amazon Wallet
La billetera digital del gigante se lanzó en julio de 2014, pero también tuvo corta vida. El problema de este producto consistió en que estaba pensada para guardar y organizar tarjetas de regalo y tarjetas de lealtad. Pero al no permitir a los consumidores cargar tarjetas de débito o crédito los usuarios le vieron poca utilidad y enseguida el producto vio el fin de su corto recorrido.
5. Amazon Rapids
El éxito de Amazon vino de la mano del mercado de libros, por eso uno de sus más sorprendentes fracasos fue el de Rapids, una aplicación de lectura que ofrecía cuentos para niños de 5 a 12 años, que no fue bien recibida por la comunidad de educadores y padres.
El foco de la app estaba en que los más chicos pudieran leer historias cortas en la aplicación y acompañarlas con audio. Pero enseguida los mayores la rechazaron porque alentaba a los chicos a pasar más horas frente a la pantalla en lugar de estimularlos a acceder al mundo físico. Incluso los mismos niños mostraron poco interés para usarla. ¿Se habrán adelantado a su tiempo?