Murió Diego Armando Maradona. Las redes sociales estallaron en todo el planeta lamentando la partida del "genio del fútbol mundial". Así, las plataformas se convirtieron en una especie de altar 4.0, con fieles rindiendo tributo a al dios de la redonda.
Lejos de los 240 millones de seguidores que acumula Cristiano Ronaldo o los 170 millones de Lionel Messi, la cuenta del Diez en Instagram tiene 7 millones de fanáticos. Su página personal en Facebook, llega a los 11 millones de fans.
En ambas redes, su último posteo fue un día después de su cumpleaños 60, el 1º de noviembre, anunciando una marca de pastas con su nombre y que asegura que son "igualitas" a las que preparaba la Tota, su mamá.
Esta publicación cosechó miles de comentarios en las últimas horas, en todos los idiomas, pero con un mensaje común: "Gracias". Y dispara los interrogantes sobre quienes serán los encargados de cuidar estas cuentas ahora que el Diego ya no está.
Las redes sociales "post mortem"
En la era de la virtualidad, el fallecimiento de una persona crea nuevos interrogantes, ya que, en la gran mayoría de los casos, sus cuentas activas en las redes sociales permanecen en ese estado "ad infinitum".
Atentas a este fenómeno, algunas redes sociales modificaron sus condiciones de uso para adaptarse a una realidad que no imaginaban cuando fueron creadas.
Ese es el caso de Facebook, una de las plataformas más utilizadas por Diego Maradona en los últimos años junto con Instagram, que cambió su sistema de cuentas por una simple razón: alrededor de 30 millones de personas con una cuenta en su servicio han fallecido en los últimos 10 años. Por ello, decidieron hacer cierto cambios.
Así nacieron las cuentas conmemorativas: el usuario actualmente puede seleccionar que, en caso de fallecimiento, su perfil se convierta en un lugar para que amigos y familiares se reúnan y compartan recuerdos.
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Tanto Facebook como Instagram permiten convertir los perfiles en cuentas "conmemorativas"
Una vez que esta opción está activa y en caso de fallecimiento del titular, un ser querido debe dar aviso a la red social sobre el suceso con un simple clic. Acto seguido, la cuenta tradicional adquiere la nueva configuración.
Facebook señala a iProUP que las principales características de esta función son las siguientes:
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Aparece la frase "En memoria de..." junto al nombre de la persona en su perfil
- Según la configuración de privacidad de la cuenta, los amigos pueden publicar recuerdos en la biografía conmemorativa
- El contenido que la persona haya compartido (por ejemplo, fotos, publicaciones, etc.) permanece en Facebook y está visible en la plataforma para el público con el que se compartió
- Los perfiles conmemorativos no aparecen en espacios públicos, como las sugerencias de "Personas que quizá conozcas", los recordatorios de cumpleaños o los anuncios
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Nadie puede iniciar sesión en una cuenta de este tipo
Por otro lado, se suma una sección de homenajes, que es un espacio separado en los perfiles conmemorativos, situado en una pestaña independiente, donde amigos y familiares pueden compartir recuerdos, sin alterar la biografía original de su ser querido.
Instagram, otra de las redes utilizadas de manera intensiva por "el 10", tiene una política similar a Facebook, ya que permite a los usuarios "memorializar" sus cuentas.
En ese sentido, un familiar o representante legal tiene que reportar la muerte para solicitar que se convierta al perfil en una cuenta homenaje o, por el contrario, solicitar el cierre de la cuenta.
Esa solicitud será válida si presentan la documentación pertinente que incluye certificado de nacimiento, defunción y un comprobante de que la persona que hace la solicitud es el representante legal de la persona difunta.
En el caso de Twitter, otra de las plataformas más utilizadas del mundo (aunque Maradona nunca tuvo allí un perfil oficial), las políticas son distintas, aunque estrictas: nadie puede ingresar a una cuenta luego de que su titular haya muerto, excepto claro que disponga de su contraseña.
Así, lo único que se puede hacer es solicitar a la empresa que se cierre el perfil, pero solo un familiar directo puede hacerlo, presentando una copia de una identificación y una copia del certificado de defunción.
De esta manera, y a contramano de Facebook que dispone de una opción dentro de su plataforma para habilitar el "post mortem" en vida, los usuarios de Twitter deberán dejar avisados a sus familiares para que actúen sobre su cuenta en el momento en el que lo crean necesario.
Así que para borrar la huella en Twitter luego de morir, se recomienda que el usuario alerte a sus allegados para que actúen cuando sea necesario.
El caso Maradona
En el caso de Diego Maradona, por ahora no se conocen los detalles sobre la configuración de sus cuentas, pero seguramente su "desactivación virtual" no sea tan sencilla como para una persona normal.
El fallecido astro argentino poseía dos perfiles oficiales, los de Facebook e Instagram, en los que habitualmente publicaba textos y fotografías, aunque sin interacción con sus seguidores.
Guillermo Navarro, especialista en derecho y tecnología y abogado del estudio BILDENLEX, señala a iProUP que cuentas públicas como las de Maradona generalmente se establecen como perfiles de empresas y agrega: "Cómo es un activo digital y entra en sucesión de su cuenta, se tendrá que denunciar esas cuentas para ver quién las va a manejar".
En esa línea, el especialista agrega que "posiblemente haya una cuenta de recuperación, pero si lo tiene una persona que no está en la declaratoria de herederos, debe decidirse en la sucesión quién la administra".
Navarro advierte además que, en el caso de Maradona, seguramente no se den de baja inmediatamente porque "pueden producir una afectación patrimonial".
"Como esa sucesión será un conflicto, aunque todo debería estar organizado, posiblemente lo que pase es que haya alguna presentación cuando se inicie la sucesión para que se mantenga la administración de la cuenta, lo mismo que pasa, por ejemplo, con un auto", agrega el abogado.
"El Facebook oficial salía en tres idiomas. Seguramente va a quedar activo en ese interín y no lo va a dar de baja, excepto que haya una denuncia, ya que deben tener todos los papeles para el funcionamiento", añade Navarro.
En cuanto a la sucesión, explica que seguramente entrarán también los ingresos por publicidad en YouTube donde Maradona también poseía un canal oficial.
"Es como si tuviera un campo, si da dividendos, habilita a una sucesión, y una vez que se haga la declaratoria, se va a distribuir entre los herederos de Diego", aclara Navarro y agrega: "Como está divorciado, le corresponde a todos los hijos".
Las cuentas sociales y otros activos digitales pasarán a ser administrados por los herederos de Maradona
Se trata de un escenario similar al de los derechos de imagen (que se utilizan, por ejemplo, en videojuegos). "Todo entra en lo mismo: publicidad, merchandising, uso de imagen con fines comerciales y hasta su figurita digital en la Blockchain. Eso también es una actividad cuya marca debe estar registrada", concluye el especialista.
Por su parte, Daniel Monastersky, abogado especializado en derecho informático y director de identidadrobada.com, afirma a iProUP que todavía no hay en Argentina una ley como en Europa para fijar la figura del "testamento digital", en el que se puede indicar quién tendrá la custodia de los datos del fallecido.
"El testamento digital permite al usuario establecer qué pasa con la información cuando se muere. Las redes sociales entran dentro del patrimonio de la persona y que se podía acceder", completa.
Según el letrado, "únicamente los familiares directos tienen la potestad para solicitar las claves de acceso y la baja de las cuentas" y añade que estos perfiles "entran en la sucesión y sólo los herederos universales pueden tener acceso".
Así, la división de bienes que tramitarán los hijos de Maradona tendrá otro punto para decidir: cómo se reparten los bienes digitales del mejor futbolista de la historia.
Su Instagram y Facebook podrán quedar como una cuenta para recordar al astro. En YouTube quedará la magia para recordar el romance de "Pelusa" con la pelota.
