El Departamento de Comercio de los Estados Unidos anunció que dará marcha atrás en su intención inicial de cerrar la red social TikTok, de propiedad china, y cumplirá así con una decisión judicial después de una demanda presentada por tres personas influyentes de esta plataforma.
A la espera de conocer cuál será la decisión del presidente electo Joe Biden al respecto, este intento por cerrar TikTok formó parte de una cruzada del mandatario saliente Donald Trump, para que fuera comprada por empresas estadounidenses.
En agosto, Trump justificó esta medida asegurando que se trataba de una cuestión de seguridad nacional, pues existía una supuesta red de espionaje llevada a cabo por el Gobierno de Pekín a través de esta popular red social, que sólo en Estados Unidos cuenta con unos 50 millones de usuarios.
Trump aseguró que la única forma de que la red social de vídeos cortos pudiera permanecer en el país era dejándose por comprar por algunas de las empresas estadounidenses, en caso contrario sería cerrada a partir del 20 de septiembre, aunque la Casa Blanca prorrogó hasta este jueves esa fecha a la espera de que encontrase un comprador.
Sin embargo, el Departamento de Comercio ha explicado que este aplazamiento responde al fallo de la jueza de un tribunal federal de Filadelfia, Wendy Beetlestone, tras una demanda presentada por tres importantes figuras de esta red social, el humorista Douglas Marland, la gurú de la moda Cosette Rinab y el músico Alex Chambers, informa el diario The Wall Street Journal.
Esta semana, ByteDance, la compañía china propietaria de TikTok, presentó una reclamación ante el Tribunal de Apelaciones del distrito de Columbia para obtener una prórroga de 30 días sobre el plazo del ultimátum dado a la empresa, puesto que durante estos dos últimos meses no recibió ninguna respuesta del Comité de Inversión Extranjera en Estados Unidos (CFIUS).
¿Qué pasará con la economía con Biden presidente?
¿Realmente será tan determinante para la Argentina que haya triunfado el demócrata en lugar del republicano? Nada mejor que preguntarle a la historia cuán relevante han sido los cambios de signo político en el gobierno del norte para los argentinos para saber que podemos esperar esta vez.
Biden reemplaza a Trump: ¿habrá cambios fuertes para la Argentina?
Julián Kan, doctor en Historia de la UBA y docente e investigador en esa casa de estudios y en la UNQ detalla que, desde la vuelta de la democracia hasta acá, la relación con el país del norte ha tenido momentos de fuerte acercamiento, como sucedió en la década de 1990, cuando se hablaba de las "relaciones carnales", y otros con picos de tensión.
Y apunta que muchos acercamientos de Argentina a Estados Unidos se dieron con el objetivo de buscar apoyo norteamericano a los procesos de negociación de deuda externa, tal como se dio en la década de 1980, a comienzo de la época de Menem, en la época de la Alianza y en el gobierno de Macri.
El experto señala que se asocia a los demócratas con una mayor apertura al intercambio comercial, al mundo multilateral y globalizado, lo que tiene como contrapartida la firma de tratados de libre comercio, como el ALCA en su momento, que no resultan positivos para la Argentina porque los países centrales exigen reducción de barreras arancelarias, por lo que siempre gana Estados Unidos.
En tanto, explica que, cuando ganan los republicanos, priorizan una agenda más ligada a lo militar y la seguridad, que suele ser explotada por algunos sectores políticos de la Argentina para sacar provecho económico. "La historia refleja que ese provecho no ha sido muy positivo para nuestro país porque, a lo sumo, han logrado un apoyo más fuerte o mejores condiciones para la renegociación de deuda ante e FMI", afirma. Y advierte que, lo que se puede ganar por un lado se puede perder por el otro.
Sin embargo, la Investigadora del CONICET y profesora de la Universidad Nacional de Rosario, Anabella Busso, advierte que hay que evitar caer en las generalidades porque esto no siempre ha sido así. Y es que, señala que, "durante el siglo XX, existían algunas pautas o caracterizaciones que se hacían de los gobiernos demócratas y republicanos en Estados Unidos que desde la década de 1990 empezaron a cambiar".
Resulta, que antes de los 90 era común pensar que los republicanos eran más propensos a defender los acuerdos de libre comercio y los demócratas más proteccionistas y renuentes a estos tratados. Por esos años, eso empezó a cambiar a raíz del gobierno del demócrata Bill Clinton, quien promovió el ALCA, continuando con el proyecto del republicano George Bush padre. Y, hoy, por ejemplo, Trump, un presidente -saliente- republicano, está en contra de los acuerdos de libre comercio.
Bill Clinton, presidente demócrata, junto a su par argentino, Carlos Menem
Pragmatismo mata estereotipos
Esto quizás tenga su explicación en lo que afirma Damián Szvalb, analista internacional: "La política internacional de Estados Unidos siempre es muy pragmática. Los intereses del país en nuestra región dependen de las situaciones coyunturales y las necesidades de cada momento del grande del norte". Es así como, hay gobiernos que han tenido una mirada más cercana sobre lo que sucede en América Latina, y esto generalmente se da durante mandatos demócratas, pero eso también ha cambiado durante una misma gestión.
Otro elemento que aporta Szvalb es que la Argentina no es un país relevante para los gobiernos estadounidenses, pero hay momentos en los que le resulta estratégico, como contrapeso frente a los que Estados Unidos considera como una amenaza, como el chavismo, con el ALCA, o en este momento, en función del enfrentamiento comercial con China.
Por su parte, la investigadora de la Universidad Nacional de Rosario relata que Estados Unidos tuvo varios debates de proyectos políticos a lo largo de su historia. Primero, entre federalistas y antifederalistas, luego, de si el estado debía ser industrialista o agrícola esclavista, lo que los llevó a la Guerra de Secesión. Tuvieron una enorme discusión sobre cuál era la mejor manera para salir de la crisis del 30 e instauraron políticas con un fuerte rol del estado como protagonista de la economía, con Roosvelt a la cabeza, que resultó en un modelo exitoso, pero los primeros años fueron de mucha tensión en el Parlamento.
"Luego, en la década 1980, se dejó de defender ese modelo y saltaron de un capitalismo productivo hacia uno más ligado a las finanzas internacionales y el capitalismo financiero. El país, desde los 80 a la actualidad fue hacia un fuerte proceso de concentración de la riqueza y su modelo productivo está atrasado respecto de Asia Pacífico, su infraestructura se atrasó respecto de China. Eso, sumado a los conflictos raciales, terminó generando un enorme descontento en la población, que es lo que llevó a Trump al poder", resume Busso sobre la historia política de la nación norteamericana.
Por el lado de las señales, una presidencia de Biden podría ser más favorable a los mercados emergentes y, quizá, impulsar una visión un poco más benévola en el FMI hacia Argentina.
"Se supone que, por una visión política, quizá Biden tendría una mejor relación. De todos modos, no se espera un apoyo tan contundente a Alberto como aquel abrazo de Trump a Macri", señaló José Bano, gerente de research de InvertirOnline.