La fenomenal explosión que tuvo el eCommerce en 2020, producto de la pandemia de coronavirus, no hubiera sido posible sin el robusto y complejo entramado de logística necesario para repartir cientos de millones de paquetes alrededor del mundo cada día.
Es justamente esta industria, la de los envíos, una de las que mayores transformaciones ha sufrido en los últimos años, producto de una globalización del consumo que lleva a que, por ejemplo, un argentino pueda comprar un producto en la otra punta del globo y recibirlo en su casa en apenas unos pocos días.
El mérito de muchos de los avances de este segmento suele recaer en una sola persona: Frederick "Fred" Smith, fundador de FedEx y uno de los empresarios más influyentes de las últimas 4 décadas. Su injerencia en el mundo de los negocios es tal que Forbes llegó a nombrarlo como el tercer emprendedor más importante de la historia, solo por detrás de Steve Jobs y Bill Gates.
Cómo muchos emprendedores de su generación, Smith no solo fue un pionero, sino que además atravesó varias dificultades hasta convertirse en uno de los empresarios más poderosos de su país.
Es que pocos podían llegar a pensar que un niño que nació con una enfermedad en los huesos, que le impidió realizar actividades deportivas, se iba a convertir en piloto, sería condecorado por su labor en el ejército y revolucionaría la logística de carga y entregas aéreas.
Fred nació en Marks, Mississippi, el 11 de agosto de 1944. Su padre, James Frederick "Fred" Smith, fue el fundador de la cadena de restaurantes Toddle House y la firma de transportes Smith Motor Coach Company (rebautizada como Dixie Greyhound Lines después de que la popular Greyhound Corporation comprara una participación mayoritaria en 1931).
James Smith murió cuando su hijo tenía apenas 4 años, por lo que este fue criado por su madre y sus tíos. Si bien la fortuna heredada le permitió recibir una buena educación, la mayoría del dinero fue puesto en un fondo bancario al que pudo acceder recién a los 21 años.
Asimismo, fue en la niñez que Fred fue diagnosticado con una extraña enfermedad ósea, llamada Calve Perthes, que le causaba serias dolencias en la cadera, lo que llevó a que gran parte de su infancia la pasara en muletas.
Sin embargo, al desarrollarse su cuerpo, este se fortaleció, lo que hizo que Smith lograra lo imposible: no solo superó la enfermedad sino que empezó a practicar deportes e, incluso, a destacarse en ellos.
Durante sus años de secundaria preparatoria en la Memphis University School comenzó a desarrollar otro interés que marcaría su vida: se convirtió en piloto aficionado siendo apenas un adolescente.
De allí pasó a la prestigiosa Universidad de Yale, donde escribió un artículo para una clase de economía que describía su idea para un servicio de entregas al día siguiente basado en envíos nocturnos, el embrión de lo que luego se convertiría en FedEx.
Fue también en esa casa de estudios donde comenzó a amasar una poderosa red de contactos. Cómo presidente de la prestigiosa fraternidad Delta Kappa Epsilon (DKE) y de la sociedad secreta Skull and Bones se convirtió en amigo íntimo del futuro presidente de EE.UU., George W. Bush y del que luego se convertiría en secretario de Estado de su país, el demócrata John Kerry.
Concluidos sus estudios universitarios, Smith ingresó al Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, donde sirvió durante tres años (de 1966 a 1969) como líder de pelotón y controlador aéreo avanzado. Además, sirvió en dos oportunidades en Vietnam.
Fue durante su tiempo en la Marina donde pudo observar de cerca los sistemas de logística del ejército y ver los procedimientos de adquisición y entrega. Con toda esa experiencia a cuestas, era hora de empezar su propio emprendimiento. Así, en 1971, nacería Federal Express.
Una idea millonaria
El proyecto del servicio de entregas rápidas presentado en la universidad (y que había logrado apenas una "C" de calificación) fue puesto a prueba por Smith, que tomó los u$s4 millones heredados de su padre para fundar la empresa.
A esto le sumó u$91 millones recaudados de la mano de capital de riesgo, gracias a la excelente red de contactos desarrolló durante sus años en Yale. La "startup", basada en un sistema integrado de logística por tierra y aire comenzó sus operaciones en el Aeropuerto de Arkansas. Luego, Smith trasladó la operación a su ubicación actual en Memphis, Tennessee.
Federal Express inició operaciones aéreas desde ese espacio el 17 de abril de 1973, con 14 aviones que se utilizaron para mover paquetes entre 25 ciudades. Los primeros tres años de operación vieron a la compañía perder millones a pesar de ser la firma emergente con mayor dinero recaudado en la historia de EE.UU. en términos de Venture Capital.
Incluso, en sus primeros 26 meses en el negocio, acumuló u$s30 millones en pérdidas. Desesperado por no poder afrontar el pago de facturas, Smith voló a Las Vegas, donde fue a "todo o nada": apostó los últimos u$s5.000 que le quedaban en el bolsillo ganó u$s27.000 en el blackjack y lo transfirió directamente para no entrar en cesación de pagos (la deuda era de apenas u$s24.000).
No fue hasta 1976 que la organización vio su primera ganancia de u$s 3.6 millones producto de la manipulación de 19.000 paquetes al día.
A partir de ahí, la suerte empezó a cambiar. La desregulación de la industria aeronáutica en 1977 llevó a la joven empresa a comprar grandes aviones para aumentar la cantidad de paquetes que se podían transportar a diario.
Para ese entonces, ya tenía 31.000 clientes habituales, incluidos IBM y la Fuerza Aérea de los EE.UU., que utilizaban su red para enviar piezas de repuesto. Ya consolidada, salió al mercado de valores en 1978. En ese momento, ya movía 65.000 paquetes al día en 89 ciudades.
A comienzos de la década de 1980, las empresas comenzaron a aumentar el uso de los servicios de entrega al día siguiente (cuyos envíos se realizaban durante la noche), alejándose del Servicio Postal de los EE.UU.
De esta manera, Federal Express comenzó a competir directamente con USPS al introducir su reparto de documentos en 24hs. Esta opción fue un éxito total y convirtió en la N°1 del mercado.
Fue durante esta década donde consolidó su expansión internacional: de la mano de diversas adquisiciones aumentó su alcance y desarrolló una red para cubrir el continente europeo.
Así, para 1987 estaba presente en 90 naciones y poseía derechos de aterrizaje en cinco aeropuertos fuera de EE.UU. en Montreal, Toronto, Bruselas y Londres, con derechos limitados en Tokio.
Los años 90 llegaron con cambios: además de una mayor competencia de la mano de firmas como UPS y DHL, Smith cambió el nombre de su creación: Federal Express se transformó en FedEx, la marca con la hoy que es reconocida mundialmente.
Para 1998 introdujo el único servicio de carga exprés en 24hs de Asia a los EE.UU., una decisión de negocio que resultó fundamental: una entrega prioritaria internacional genera tres veces más ingresos que una entrega nacional.
Un verdadero caso de éxito
FedEx posee actualmente una flota de más de 700 aviones, la más grande a nivel global y emplea a más de 300.000 personas en todo el mundo (opera en 220 mercados), confirmando así que la premisa que Smith había trazado en la universidad merecía mucho más que una simple "C": esa idea se convirtió en la primera firma estadounidense en ganar u$s10.000 millones.
Las personas más allegadas a Smith (cuya fortuna supera los u$s5.000 millones) dicen que la clave de su éxito es su personalidad amable. En ese sentido, aseguran que se sabe ganar a sus empleados al grado de que creen ciegamente en él, lo que se puede comprobar con el lema de negocio de FedEx: "Gente-Servicio-Utilidades".
En esa línea, revela que una de las claves del éxito empresarial es confiar en los gerentes de primer nivel, el equivalente a los suboficiales mayores de las Fuerzas Armadas.
Asimismo, Smith enumera cuáles son los puntos fundamentales para emprender un negocio:
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Creer en uno mismo: si se desea algo en la vida, se debe trabajar duro para conseguirlo y, sobre todo, confiar en las habilidades para explotarlas al máximo. Todas las cosas que uno hizo en el pasado repercutirán en el presente, por lo que la toma de decisiones es primordial en las distintas etapas de la vida
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No temerle a los retos: la mayoría le tiene miedo a lo desconocido y pocas veces se atreven a salir de su zona de confort. Considera que las metas se pueden cumplir, sin importar que se esté inspeccionando un terreno poco explorado (cómo lo fue su servicio de paquetería)
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Tener una visión: los líderes son aquellas personas que ven más allá del presente. Smith confió en que su estrategia de mercado iba a dar buenos frutos, debido a que su negocio ofrecía técnicas innovadoras
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Pensar de manera global: les inculcó a sus empleados que siempre se plantearan metas grandes para que pudieran expandirse a diversas partes del mundo. Con esa mentalidad, logró que su empresa se posicionara en más de 220 países.
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Trabajar en equipo: las cosas se consiguen con mayor facilidad si hay muchas manos y mentes apoyando el proyecto, ya que todos piensan diferente, pero si unen fuerzas pueden hacer algo mucho mejor.
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Mejora continua: hay que focalizarse en los puntos débiles para resolverlos y satisfacer las necesidades de los clientes. Con el paso del tiempo, ellos van requiriendo nuevas prestaciones
En la actualidad, Smith es uno de los mayores exponentes de la aplicación de estrategias militares en los negocios.
"Cuando la gente me pregunta qué principios me han guiado desde que empecé con FedEx, mi respuesta muchas veces los asusta: son los principios de liderazgo que aprendí en el Cuerpo de Marines de Estados Unidos durante mi servicio en Vietnam", concluye.