Su nombre es Alexandra Elbakyan y popularmente se la conoce como la "Robin Hood" de la ciencia por haber contribuido, con tan solo 22 años, a reinventar la industria de la ciencia con la creación de Sci-Hub.
El repositorio se ha convertido con el paso del tiempo en una herramienta muy útil para miles de académicos. Un "Pirate Bay" de papers científicos que ha contribuido a democratizar el acceso a la investigación pero también molestó a gigantes como Elsevier, la mayor editorial académica del mundo. Esta es la historia de Elbakyan, sus problemas legales y cómo ha ido intercambiando honores y premios con acusaciones de espionaje.
El origen de Sci-Hub surge de la necesidad
Con más de 82 millones de papers en 2020, Sci-Hub permite acceder a artículos que pertenecen a revistas cuya suscripción anual puede rondar los 4.000 euros. La web nació en 2011, cuando Alexandra Elbakyan decidió solucionar uno de los problemas de su universidad, en Kazajistán. La institución no tenía dinero para acceder a los artículos y sin acceso a ellos, no podía investigar. La solución fue Sci-Hub, que rápidamente fue creciendo y hoy en día es utilizada "por todo el mundo", según publicaba la propia revista Science.
En 2009, Elbakyan obtuvo una licenciatura en Ciencias de la Computación en la Universidad Técnica Nacional de Kazajistán. Posteriormente estuvo trabajando en seguridad informática en Moscú y Friburgo, con una estancia en el Instituto de Tecnología de Georgia en el Estados Unidos.
"Ningún científico se ha quejado personalmente acerca de que sus estudios estuvieran disponibles en Sci-Hub. Al contrario, se reconoce lo que hacemos, que beneficia también a la Universidad. Incluso la de Harvard, la más rica del mundo, ha admitido que ya no puede hacer frente a los precios que imponen los editores para que sus investigadores puedan acceder a los artículos", explicaba Elbakyan en una entrevista con El País.
Condenada a pagar 15 millones de dólares por daños y perjuicios
Elsevier demandó a Sci-Hub por 15 millones de dólares ante su "conducta verdaderamente flagrante" y sus "escalofriantes" infracciones de propiedad intelectual. Una demanda que ganaron en 2017 después que un juzgado de Nueva York sentenció a favor de la editorial. Todo ello sin la presencia de Elbakyan ni ningún representante legal.
"Las actividades ilegales de los acusados han causado y seguirán causando daños irreparables a Elsevier, sus clientes y el público", explicaron los abogados de la editorial al tribunal de Nueva York. El 21 de junio de 2017, el juez Robert Sweet condenaba a Sci-Hub a pagar esta elevada cantidad.
Según describe Nature, difícilmente veremos algún día que Elbakyan repara los daños juzgados, pues ella vive fuera de la jurisdicción norteamericana y no mantiene ningún bien embargable en los EE.UU.
No ha sido el único juicio contra ella. En 2017, Elbakyan y Sci-Hub se enfrentaron a American Chemical Society con una decisión final de una multa de 4,8 millones de dólares en daños y perjuicios. Por la gran cantidad económica que se le pide, actualmente se considera a Elbakyan en riesgo de extradición.
Administrar Sci-Hub y recibir las presiones de la industria no ha impedido que Elbakyan intente proseguir su carrera científica. Su investigación en neurociencia está paralizada, pero actualmente se encuentra realizando una tesis en comunicación científica en una pequeña universidad privada.
Elbakyan y la influencia rusa
La propia Sci-Hub opera desde Rusia, utilizando distintos nombres de dominio y direcciones IP. Este hecho, junto con la visión y opinión de Elbakyan sobre el acceso a la ciencia, han provocado que se acuse a Elbakyan de comunista e incluso de espía rusa.
Según describía en diciembre de 2019 el Washington Post, el Departamento de Justicia de los EE.UU abrió una investigación para analizar los posibles enlaces de Elbakyan con el Kremlin.
Tal y como describe Quartz, Elbakyan insiste que "Sci-Hub no está de ninguna manera directamente afiliado con la inteligencia rusa o de algún otro país". Apuntando adicionalmente que el repositorio fue "fundado con donaciones" y su "tiempo y dinero personal".
Elbakyan es una firme defensora del movimiento Open Access al conocimiento, aboga por el voto al Partido Pirata y cree que deberían abolirse los derechos de autor.
Entre sus influencias se encuentra, tal y como reconoce la propia autora, la cultura científica en la Unión Soviética, recordando un famoso cartel soviético cuyo eslogan es el de "La Ciencia y el Comunismo son inseparables".
En 2016, la autora daba una charla con el título de "¿Por qué la ciencia es mejor con comunismo?" donde explicaba que la ciencia está en conflicto con la propiedad privada y Sci-Hub ayuda a transmitir el conocimiento, en parte para paliar los efectos de la distribución desigual de la riqueza en el acceso al conocimiento científico.
Su posición y las polémicas con Sci-Hub han puesto a Elbakyan en el punto de mira de muchos ataques, no todos ellos legales. En 2017, entomólogos rusos y mexicanos descubrieron una avispa parasitoide que en honor a ella le pusieron el nombre de Idiogramma elbakyanae. "Los verdaderos parásitos son las editoriales científicas", replicaba.
Donaciones vía Bitcoin y nominaciones a premios científicos
Nacida el 8 de noviembre de 1988 en Almaty, Alexandra Elbakyan tiene actualmente 31 años. Sci-Hub es un gigante con más de 600.000 visitas al día pero no posee un modelo de negocio para generar ingresos. Para continuar el soporte y debido a las múltiples denuncias, Sci-Hub acepta donaciones.
Sin embargo, la condena de los juzgados estadounidenses impide a cualquier compañía de EE.UU facilitar el trabajo de Sci-Hub. Esto provoca que Cloudflare no esté disponible y su cuenta de PayPal esté congelada.
Según describe CoinDesk, para las donaciones se utilizan servicios de pagos de países donde el servicio sí está disponible como es el caso de Yandex.Money en Rusia. En otros países, la mejor opción es a través de criptomonedas como el Bitcoin.
Elbakyan continúa manteniendo Sci-Hub por sí misma. "Cuando las personas se acercan a mí, por lo general me escriben para decir 'gracias' o preguntar cómo hacer una mejor donación", explica. Soñando con que algún día "Sci-Hub fuera discutido en las Naciones Unidas y se defendiera el acceso libre al conocimiento académico".
El trabajo de Elbakyan le ha llevado a algunos reconocimientos por la comunidad, sin materializarse en premios concretos. A mediados de 2020, el Dr. Fergus Kane nominaba por segunda vez a Elbakyan al Premio John Maddox de la vista Nature y Sense about Science, que recompensa a aquellos "investigadores que han demostrado un gran coraje e integridad al defender la ciencia y el razonamiento científico contra la feroz oposición y la hostilidad", indicó Xataka.