Contrastes de la Argentina en pandemia. Mientras el consumo de alimentos volvió a caer en los supermercados producto de la recesión y la pérdida de empleo, una productora de alimentos ultracongelados multiplicó sus ventas por 15 durante los siete meses de restricciones sanitarias por la misma pandemia. Se trata de Frizata, la compañía rosarina que, a través de internet, respondió no sólo a las necesidades de provisión de alimentos de los consumidores con una propuesta que va desde el diseño de los alimentos hasta la logística de distribución
En mayo, plena pandemia, recibía más 800 pedidos por día exclusivamente por internet, hecho que obligó a pasar de cuatro vehículos con los que realizaba la distribución a más de 40 para cumplir con los tiempos de entrega a domicilio, que se respetaron a rajatabla, en un fuerte contraste con la situación que experimentaron, por ejemplo, los supermercados.
"El incremento en la demanda nos llevó a tener que acomodarnos a los nuevos volúmenes, recomponer stocks, ampliar frecuencias de entregas y ajustar varios procesos para estar a la altura de las circunstancias. El covid-19 está siendo un gran acelerador de cambios y muchos de ellos van a tener un efecto en el largo plazo, que van a impactar de manera profunda la ecuación de valor para las personas. Vemos una nueva realidad y tenemos que estar muy atentos a los cambios que se avecinan", dijo a iProfesional, José Robledo, cofundador de Frizata.
La categoría de alimentos es una de las que más crece en el comercio electrónico
Frizata vende más de 60 productos congelados sólo por internet. Alimentos que responden a los diversos gustos de los consumidores y que, además, se producen en base al uso de inteligencia artificial y big data, tal el caso de unos bocaditos libres de carne –denominados por la empresa free meat- que en realidad saben a pollo. Esto no le impide, sin embargo, ofrecer propuestas basadas en carne, pollo, alternativas para picar, pizzas, empanadas y, por supuesto, un surtido de vegetales que se amplía cada vez más.
Al vender sólo por internet de manera directa al consumidor y exponer con claridad de qué producto se trata, cuánto pesa, cómo es la presentación y cuánto cuesta, se generan ahorros en la intermediación que llegan al 45%, según datos de la empresa, ahorros que pueden volcarse a una mejor producción de los alimentos además de llegar con mejores precios a los consumidores.
Innovación en toda la cadena
La compañía apunta a la innovación en todos los frentes: en la producción de alimentos, por un lado, y en la comercialización y llegada al consumidor, por el otro. Esa combinación parace ser el secreto del éxito para haber multiplicado por 15 sus ventas en los siete meses de pandemia en la Argentina.
"Sumamos un gran surtido de productos listos para cocinar, un lanzamiento que se aceleró por la pandemia y que buscar brindarle más variedad a los clientes", sostuvo, por su parte, Adolfo Rouillón, cofundador de Frizata.
Llegar con productos congelados que sólo debían colocarse en el horno para estar listos en la mesa en no más de 30 minutos fue un punto altamente valorado especialmente por aquellos consumidores que, aún en estos días, continúan teletrabajando y estos alimentos permiten resolver la comida diaria mucho más fácilmente.
Frizata, oriunda de Rosario, llegó Buenos Aires a finales de 2019 y ya en marzo, cuando se inició el aislamiento social preventivo y obligatorio, comenzaron a experimentar los primeros picos de venta, a tono con lo que estaba sucediendo con el comercio electrónico en general. A diferencia de lo que sucedió con los supermercados, la distribución de sus congelados llegó en tiempo y forma a todos los compradores, producto de un aceitado sistema de logística desarrollado hace 20 años.
A la desintermediación de la cadena y los ahorros generados a partir de esta determinación se le suma la inversión de esos ahorros en la producción de los alimentos. En este punto, la innovación no sólo pasa por la propuesta que realizan –y que va creciendo con el tiempo- sino también por apalancar parte de la producción en la tecnología.
Experiencia y proyecto de expansión
"En Frizata trabajamos los productos como si fuesen versiones de software, en constante interacción. No hay una receta final de cada uno de los productos, especialmente los Meat Free, porque se van reversionando a partir del feedback con los clientes. Analizamos las percepciones acerca de hacia dónde van los consumidores como también data concreta que nos dan sobre qué les gusta, cómo les gusta y qué no", agregaron sus creadores.
Para llegar a la versión final de un producto se realizan alrededor de 70 pruebas. A tal punto es el proceso de investigación y desarrollo de los alimentos que, por ejemplo, la FriBurger –una hamburguesa que sabe a carne pero no es de carne- ya va por su versión 2.0. La proteína animal se remplaza por la vegetal, proveniente de la soja que, junto con la albúmina de huevo, completan un perfil nutricional con los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita.
El comercio electrónico creció en los primeros dos meses de pandemia lo previsto para los próximos cinco años
Frizata está hoy en Rosario, Buenos Aires, La Plata y Córdoba y la expectativa es llegar a Brasil a finales de este 2020 y ofrecer más de 70 variedades de productos. Actualmente, tiene 35.000 clientes que consumen unos 30 kilos de comida ultracongelada per cápita anual, lejos de los dos kilos que consume el argentino promedio y superior al que se registra en los Estados Unidos, que alcanza los 27 kilos per cápita por año.
Tanto Rouillón como Robledo acumulan millaje desde hace más de 20 años en la producción de ultracongelados. En tiempos en que internet se extendía en el país, fundaron Amtec, una software Factory que luego fue adquirida por Neoris hasta que en 2008 crearon Congelados del Sur, que abastece de alimentos a grandes alimenticias y cadenas de supermercados hasta que en 2019 fundaron Frizata para llegar directo al consumidor.
Publicada en iProfesional