Ya en 2019 la Organización Mundial de la Salud le dio entidad en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE). Según la OMS, el síndrome de burnout es un trastorno que entra en "problemas asociados al empleo y desempleo" y lo describe como "un síndrome resultante de un estrés crónico en el trabajo que no fue gestionado con éxito".
Una reciente investigación de la Universidad Siglo 21 evaluó cómo está afectando la pandemia a los trabajadores. En comparación con el año pasado, ya se registra un aumento del 5% del agotamiento por burnout, también conocido como Síndrome de Estrés Laboral Crónico. A su vez, incrementó la tendencia a la depresión y ansiedad. Entre las problemáticas relevadas se destacan las relacionadas con la familia y trabajo, pertenencia, interés y desconexión.
El síndrome de burnout se caracteriza por dos síntomas: altos niveles de agotamiento y de cinismo. Al evaluar el primero, el 48% indica que "siempre o casi siempre" le resulta difícil relajarse luego de una jornada laboral. Al 36% cada vez le cuesta más comenzar a trabajar y el 38% se encuentra tan cansado que no puede dedicarse a otras cosas después de finalizar su jornada.
Además del agotamiento, el estrés crónico genera el mencionado "cinismo" frente a las tareas laborales, un estado psicológico caracterizado por una falta de interés e identificación con su actividad. De esta manera, el 26% se siente menos involucrado, el 27% duda que contribuya en algo interesante y el 21% siente que ha perdido interés.
El portal de empleos Bumeran también realizó una encuesta regional entre sus usuarios para comprender de qué manera los afecta el aislamiento social implementado por la pandemia por Covid-19. En Argentina, casi el 88% de los encuestados asegura experimentar o haber experimentado el síndrome de burnout durante la cuarentena.
Para Silvana Bono, Silvana Bono, médica psicoanalista e integrante de @enredados.psi, los síntomas principales son el progresivo agotamiento físico y mental, falta absoluta de motivación, baja autoestima, estado permanente de nerviosismo, dificultad para concentrarse y comportamientos agresivos.
Como consecuencias, dice la especialista, "pueden bajar las defensas, subir la presión, genera depresión, ansiedad y contracturas musculares severas, entre otras".
El síndrome de burnout es un síndrome resultante de un estrés crónico en el trabajo que no fue gestionado con éxito
¿Cómo apagar el incendio?
Según Bono, "para prevenir enfermedades no deseables es recomendable una buena alimentación, ocho horas de descanso, organizar de otra manera las obligaciones, hacer ejercicio y una terapia donde el paciente se sienta contenido, alojado y relajado".
Principalmente, "que lo ayude a reconocer lo que puede cambiar, cambie su perspectiva y detecte lo que lo hace disfrutar", agrega.
Para Guillermo Miguenz, psicólogo social y comunicador social, responsable de las Divisiones Formativas Quilmes y Consultora Dinamo, es clave la planificación. "La calendarización permite bajar el nivel de ansiedad", dice.
"Cuando uno pone todo por fecha y horarios permite no pensar tanto en el futuro, ya que uno se puso un objetivo para determinado momento y en tu mente lo soltás". Por el contrario, sigue, "si uno no trabaja estructuradamente, piensa continuamente en lo que tengo que hacer más adelante".
Otro aspecto, complementa Miguenz, es contar con estructuras de ocio y de corrimiento de ámbito. "Es decir, a tal hora voy a comer, y el ir a comer es salir de la tecnología, salir del teléfono, tratar de tener contacto con luz natural, sol. Tener momentos de distracción pura, por ejemplo, si te gusta el cine o pintar, tener momentos semanales para eso", ejemplifica.
Los expertos recomiendan establecer un calendario para tareas, descansar bien y tener tiempo sin tecnología
A su vez, el psicólogo social destaca la importancia de los encuentros sociales (en este contexto serían virtuales) para exteriorizar lo que nos está pasando; y comparte con Bono la relevancia de la actividad física regular; descansar bien; y la meditación, "que permite bajar el caudal de pensamiento".
La cuestión del espacio también es relevante. "Cambiar de habitación, de mesa, por ejemplo, ayuda mucho a reducir el estrés".
Del estudio de la Universidad Siglo 21 también se desprende que hay dos factores que funcionaron como "protectores" del Burnout: la desconexión (la capacidad para poder distanciarse psicológicamente una vez finalizada la actividad laboral) y la dedicación (nivel de orgullo e identificación con el trabajo).
Esto significa que aquellos individuos que se sienten más orgullosos y entusiasmados con la actividad laboral que están realizando, y que poseen mayores posibilidades de desconectarse una vez concluida su jornada, son quienes presentan menores niveles de burnout. Por el contrario, esto aumenta en aquellos que no cuentan con estos factores protectores.