El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que prohíbe a los residentes de su país "hacer negocios con TikTok o el propietario chino de las aplicaciones ByteDance". Esta medida entrará en vigencia dentro de 45 días.
La medida se produce en momentos en los que Trump busca limitar la influencia de la popular aplicación de video, con el argumento de que representaría presuntos riesgos de seguridad nacional para los Estados Unidos.
Además de la prohibición, el ejecutivo aseguró que multaría a cualquier residente o empresa estadounidense que participe en cualquier transacción con TikTok o ByteDance después de que la orden entre en vigencia.
"Esta aplicación móvil también puede usarse para campañas de desinformación que benefician al Partido Comunista Chino", aseguró Trump en la orden, publicada en la noche del jueves por la Casa Blanca.
Según indicó el presidente de Estados Unidos, la recopilación de datos a través de TikTok "amenaza con permitir que el Partido Comunista Chino acceda a la información personal y privada de los estadounidenses, lo que podría permitir a China rastrear las ubicaciones de los empleados y contratistas federales, crear expedientes de información personal para el chantaje y realizar espionaje corporativo".
En este sentido, el medio The Verge publicó un editorial donde señala algunas contradicciones que tendría esta medida. La autora es la periodista Sarah Jeong y el título es provocador: Estados Unidos declaró la guerra a Tik Tok porque no puede manejar la verdad.
Al comienzo del editorial la periodista señala que no es posible poner el suficiente énfasis en "lo desordenada que es toda esta saga de "vender TikTok a una empresa estadounidense"".
Además, Jeong relata que al momento en que se publicó su texto "ByteDance está en conversaciones para vender TikTok a Microsoft". En ese sentido, corre el debate de la cuestión legal de esta medida y pone el foco en la siguiente pregunta: ¿debemos temer a las aplicaciones chinas como TikTok?.
En julio, el secretario de Estado Mike Pompeo le dijo a Fox News que los estadounidenses solo deberían usar TikTok "si desea que su información privada esté en manos del Partido Comunista Chino". Cabe mencionar que no se trata únicamente de una advertencia que hicieron desde el Partido Republicano, sino que también el Comité Nacional Demócrata también ha emitido advertencias al personal de campaña para que no utilicen TikTok en sus teléfonos de trabajo, citando la cantidad de datos recopilados.
La aplicación
Tik Tok fue furor durante el aislamiento
Allí es donde la periodista señala la principal contradicción de la medida y del supuesto "miedo" que se le debe tener a Tik Tok. La aplicación "recopila una gran cantidad de datos personales, pero no es más que lo que Facebook y otras redes sociales también recopilan", explica. Además, agrega que "la diferencia entre TikTok y Facebook es que tenemos una gran transparencia en el proceso mediante el cual Facebook brinda su información a varios gobiernos. Y específicamente, Facebook no divulga datos al gobierno chino". Este último dato es el principal motivo de la "locura" contra Tik Tok y la vista ciega hacia otras redes.
Jeong asegura que "cuando se trata de eso, la disputa de privacidad más espinosa de 2020 no se trata de privacidad o tecnología en absoluto, sino de China. La pregunta "¿Es Facebook mejor, peor o igual que TikTok?" es más o menos lo mismo que "¿Estados Unidos es mejor, peor o igual que China?"".
El problema es que es difícil responder esta pregunta y cada vez se torna más complejo. China detiene a más de un millón de uigures en campos de concentración citando problemas de seguridad nacional. Estados Unidos detiene a los migrantes en sus propios campos de concentración, llegando incluso a poner a los niños en jaulas. China no es una democracia; el presidente estadounidense ha propuesto retrasar inconstitucionalmente las elecciones de este año. China reprime brutalmente a sus disidentes políticos; en Estados Unidos, las fuerzas del orden con camuflaje militar han sacado a los manifestantes de las calles y los han metido en camionetas sin distintivos.
En ese párrafo la autora del editorial deja claras algunas de las similitudes que tienen ambos gobiernos y, en consecuencia, la contradicción de tomar la medida en relación a Tik Tok y a la empresa que es dueña de la app.
El nacionalismo de la información
En el editorial Jeong asegura que "el nacionalismo de la información es parte de una tendencia más amplia hacia el autoritarismo en el mundo, pero aún debe distinguirse de sus otras facetas. Está relacionado con el totalitarismo, que con frecuencia depende de la propaganda y la vigilancia, pero no es exactamente lo mismo. Camina de cerca con el fascismo, que prospera mitologizando las identidades nacionales compartidas".
Pero es importante destacar que cuando se juega "al juego del nacionalismo de la información, no calumnias a tus enemigos; dices la verdad sobre ellos, mientras ocultas la verdad sobre ti mismo".
Los principales jugadores en este juego son China (con su inigualable aparato de vigilancia y censura y "Great Firewall"), Rusia (con su red RT altamente exitosa y su sombría Agencia de Investigación de Internet) y los Estados Unidos (que aún reclaman algunos de los más grandes empresas tecnológicas del mundo). En este momento, los líderes de los tres países han adquirido los mismos valores y los mismos supuestos sobre el nacionalismo informativo. "No se trata tanto de una guerra fría como de tres Spider-Men idénticos que se señalan con el dedo", dijo la periodista en relación al conocido meme que circula ya desde hace tiempo por internet y redes sociales.
Trump amenaza con prohibir la app desde hace tiempo
¿Es hipócrita entonces?
En ese sentido, la autora califica de hipócrita la actitud que tiene actualmente, y que tuvo en otras ocasiones, el Gobierno estadounidense. "Tal como reveló Edward Snowden [...], al igual que China había tratado de usar Google para espiar a sus activistas, la Agencia de Seguridad Nacional había estado recopilando secretamente datos a granel de casi todos los estadounidenses".
Pero aún así, hipócrita o no, la vieja Internet estadounidense no era de ninguna manera equivalente al "Great Firewall" de China. Y tampoco la vieja política exterior es equivalente a la nueva. Independientemente de cómo se comportó el gobierno estadounidense en secreto, su política pública fue alguna vez promover la democracia liberal. Ahora está comprometido abiertamente con el nacionalismo de la información.
El nacionalismo de la información impregna muchos ámbitos, más allá de las cuestiones del racismo y la disidencia política. "El gobierno federal ha hecho que sea más difícil ver cifras sobre infecciones por coronavirus. El presidente incluso ha dicho oficialmente que el aumento de las pruebas lo hará quedar mal", señala el editorial. La lógica detrás de esto es la misma lógica que llevó al Partido Comunista Chino a ocultar la pandemia en Wuhan en los primeros días, en detrimento de todos. Las similitudes en su comportamiento no impedirán que el presidente culpe a China por un encubrimiento; así es exactamente como funciona el nacionalismo de la información.