Zoom Video Communications ha sido posiblemente el mayor beneficiario de la "nueva realidad", donde el trabajo remoto y educación virtual se consolidaron como la forma para comunicarse e interactuar debido a la pandemia del Covid-19.
Las acciones de la compañía se han disparado más del 250% en lo que va del año y la empresa ahora vale más de 67.000 millones de dólares. Para poner esta cifra en perspectiva, Zoom es una compañía más valiosa que 417 de las firmas en el S&P 500, cerca del 85% de los integrantes de este índice de primera clase.
Asimismo, tiene una capitalización de mercado mayor que la de la otrora poderosa General Electric y vale más que los componentes del Dow 30 Caterpillar, Walgreens, Dow y Travelers.
No está mal para una empresa que solo tiene poco más de nueve años, hizo su oferta pública en abril de 2019 y se espera que genere menos de 2.000 millones de dólares en ventas anuales este año fiscal.
Cabe destacar que la compañía informó a principios de este mes que sus ventas se dispararon casi un 170% en su último trimestre y la cantidad de clientes comerciales que la utilizaron aumentó más del 350%.
Y un dato no menor: es rentable, algo que no se puede decir de Uber, Lyft , Slack, Pinterest y otras nuevas empresas denominadas "unicornio" (valuadas en 1.000 millones de dólares o más) de Silicon Valley que hicieron sus ofertas públicas el año pasado.
Pero si Zoom va a permanecer en la cima de las aplicaciones de videoconferencias, tendrá que luchar contra la creciente competencia de rivales tecnológicos aún más grandes como Cisco; la dueña de Google, Alphabet; y Microsoft. Verizon también está entrando en el negocio con la compra del rival de Zoom BlueJeans.
Divorcios por Zoom
Pero no todo es trabajo y educación. La chilena Valeria Paz Gómez publicó un mensaje en Twitter muy sencillo que causó un gran impacto en redes sociales, porque es una muestra de cuánto ha cambiado la vida en esta situación de contingencia sanitaria causada por la enfermedad COVID-19: "¡Me acabo de divorciar por Zoom! Amo la tecnología. Hoy es un gran día".
Su mensaje rápidamente alcanzó 231.000 likes y recibió cientos de comentarios en donde la felicitaron por tomar la decisión de separarse aun durante la pandemia, aunque también hubo quien la criticó duramente.
Algunos de los comentarios positivos que recibió fueron, por ejemplo, como el de @dranibalacosta quien escribió, "Siempre vale más un buen divorcio que un mal matrimonio, está en la constitución".
"Lo importante es que seas feliz, con o sin marido. ¡Felicidades!", mencionó @mignon_pilar.
Por otra parte, también fue criticada por quienes consideraron que un divorcio no es algo bueno, como opinó @vargasgalvan201, "El matrimonio es un contrato que se debe cumplir. Antes de firmar ese contrato se debe tener la convicción de cumplirlo o mejor no firmarlo. Sin duda, es una fracasada la persona que no cumple los contratos que firma".
También @IgorSanchez20 escribió sobre esa misma línea, "Un divorcio no es para presumir. Es un fracaso en toda la extensión de la palabra".
El argentino que se subió al éxito
Cuando nadie sabía siquiera que existía, un inversor argentino estuvo en la primera vaquita para el surgimiento de Zoom, la plataforma virtual que emergió en la pandemia y se convirtió en uno de los mayores casos de éxito globales.
Por cierto, esta app de videoconferencias no existiría sin el apoyo temprano de Santiago Subotovsky, socio de Emergence Capital en Silicon Valley: fue el primero en invertir en el entonces desconocido y ahora famoso CEO de Zoom, el inmigrante chino Eric Yuan.
Y lo ayudó a crear una empresa que hoy cotiza en Bolsa. Subotovsky es economista egresado de la universidad de San Andrés. Partió en el 2007 a completar sus estudios en Harvard y de allí al Silicon Valley con la intención de entender cómo funcionaba la toma de decisiones en el capital de riesgo.
En 2010 se asoció a al fondo Emergence Capital para distintas inversiones, tras haber fundado la empresa de e-learning Tecnonexo, que vendió en 2007.
En un trabajo conjunto, los investigadores del Ieral Jorge Vasconcelos y Guadalupe González estimaron un superávit comercial de u$s16.100 millones para este año pese a la pandemia. Por eso concluyeron que el problema de la pérdida de reservas, "no viene del saldo entre exportaciones e importaciones, sino del diseño del régimen cambiario".