"Cuando creé mi primera empresa dije que nunca iba a hacer un juego", admitió Máximo Cavazzani al recordar sus primeros días como emprendedor. Con apenas 22 años, ya daba sus primeros pasos programando lo que luego sería la primera app para comprar y vender acciones en la bolsa de Nueva York a través del iPhone.
Pero el dicho "nunca digas nunca" en este caso aplicó como en ningún otro, porque ese joven que juraba que jamás se dedicaría a los videojuegos se convirtió luego en el fundador de Etermax, la empresa que ideó Apalabrados y Preguntados, dos de las apps más descargadas en todo el mundo.
Cavazzani desde chico quiso ser emprendedor, un estilo de vida que aprendió en su propio hogar. Su padre era fabricante textil e incluso montó su primera oficina en un espacio que le cedió su padre en el taller. Fue él quien lo inspiró a ser su propio jefe, pero también de quien conoció de primera mano los desafíos que le esperaban al elegir ese camino.
"Lo vi a mi padre perder plata. Estaba en la industria textil que es muy informal, donde se paga a los seis meses. Hizo malos negocios y, como todo empresario, hubo veces en las que le tocó perder. Recuerdo cuando llegaba a casa con malas noticias y de mal estado de ánimo. Quizás la onda emprendedora la tomé de él, que fabricaba ropa para marcas. Viéndolo, comprobé que ser emprendedor es la mejor forma de tener impacto con lo que uno hace", aseguró.
En el colegio era un estudiante "bajito y nerd", como él mismo se definió, pero eso no lo hizo perder popularidad. "Estudié taekwondo y no me banqué una. Tuve amigos y nadie me hizo bullying por ser el que iba a las Olimpíadas de Matemáticas. Los de mi generación ya sabían que el nerd era el tipo que en el futuro les daría trabajo", señaló evocando, tal vez, al propio Bill Gates y su famosa frase: "Sé amable con los nerds. Es muy posible que termines trabajando para uno de ellos".
Aunque creció en una familia típica de clase media sin privilegios, Cavazzani estaba convencido de que si se presionaba más, iba a tener más capacidades para transformar su entorno. Así, en quinto año, al sentirse "un blando", decidió anotarse en la carrera que más desafíos le presentaba: ingeniería en Sistemas, en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA).
Su primer éxito y la consolidación
Fanático de la programación (admite que le resulta casi como un juego y que podría hacerlo todos los días sin cansarse), mientras estudiaba escribió desde su cuarto el código de iStockManager, su primera app que permitía comprar y vender acciones desde el teléfono y que vendió un año después a TD Ameritrade, uno de los principales brokers online de Estados Unidos.
Con apenas 22 años Cavazzani ya había fundado, desarrollado y vendido una empresa. Y con ese capital decidió redoblar la apuesta. En ese espacio brindado por su padre ideó Apalabrados, un juego inspirado en el Scrabble que lanzó en 2011 y que alcanzara mucha popularidad sobre todo en España, donde fue la app más bajada de 2012.
La aplicacipon, seleccionada ese año por Apple como el juego del año en ese país y en toda América Latina, tuvo tal repercusión que hasta protagonizó un insólito episodio cuando los diputados españoles del PP, Bartolomé González y María Isabel Redondo, fueron fotografiados mientras jugaban en plena sesión parlamentaria.
Con Etermax ya consolidada, lanzó Mezcladitos, un desafío de palabras cruzadas. Sin embargo, el verdadero hit llegó en 2013 con Preguntados, el juego de preguntas y respuestas que superó las 700 millones de descargas, se tradujo a más de 34 idiomas y se convirtió en una franquicia de entretenimiento multiplataforma, con varios juegos activos, juegos de mesa y una serie propia.
Trivia Crack, como se llama en inglés, se convirtió en el juego más popular de 2015 del Apple Store en más de 45 países, incluyendo a Argentina, Estados Unidos y España. El éxito de la app tal vez se deba a un diferencial que le hizo tomar escala, a pesar de que quien estaba detrás era una empresa pequeña distante de los grandes países con tradición en el desarrollo de videojuegos.
Cavazzani y su equipo entendieron que si bien los juegos de preguntas y respuestas funcionaban bien en el mundo, había problemas de contenido. Su desafío estaba en cómo idear millones de preguntas en distintos idiomas para penetrar más mercados.
La solución fue crear lo que llamaron "Fábrica de preguntas", en la que invitaban a los usuarios a mandar sus propios interrogantes que eran evaluados por los mismos usuarios. Así, podían crecer muy rápidamente en cantidad de cuestionarios y el juego seguía siendo desafiante. Hoy, sus desarrollos ya están presentes en más de 80 países y se instalaron unas 700 millones de veces.
El desafío de trascender
En apenas una década, el chico "geek" que programaba en su habitación mientras estudiaba, logró que su empresa alcanzara una valuación de mercado de u$s500 millones, mientras que en el ecosistema emprendedor ya lo señalan entre los candidatos a convertirse en el próximo unicornio local.
Con más de 390 empleados repartidos en oficinas cinco oficinas en Argentina, Alemania, Uruguay, México y Brasil, Cavazzani enfatiza que no está al frente de un emprendimiento sino de una empresa consolidada. Así y todo, sigue promoviendo el espíritu emprendedor, pero siempre aclarando que el camino está lejos de ser un lecho de rosas.
"Emprender es difícil porque hay que hacer cosas que no te gustan. Yo me levanto todos los lunes con ganas de ir a trabajar, pero sabiendo que no lo voy a disfrutar. Emprender es hacer cosas que no se hicieron antes. Es presionar sobre los límites de la sociedad. Y para eso se requiere 10 veces más esfuerzo", apuntó a Endeavor, fundación de la cual es miembro desde 2015.
Pero, ¿cómo mantenerse vigente después de semejantes éxitos? Hoy su empresa va mucho más allá de Preguntados, y se divide en tres unidades de negocios:
- Gaming: que desarrolla las aplicaciones
- In Game Advertising: que provee servicios de publicidad en videojuegos
- AI Labs: la más reciente, enfocada en inteligencia artificial
Esta última nació luego de adquirir la firma de IA, Cognitiva. Además, están incursionando en el mundo de la animación a partir de los personajes que surgieron de sus creaciones.
Sin embargo, Cavazzani sabe que el éxito que vio en el mejor momento de Preguntados, que incluyó versiones en el prime time de la TV argentina con la propia Susana Giménez haciendo una versión en vivo, tal vez no vuelva a repetirse. En el ámbito de la innovación no hay camino seguro, por lo que la apuesta siempre debe redoblarse.
"Quizá Preguntados sea la última cosa buena que hice en mi vida. Hoy comando una empresa cien veces más fuerte que la que tuvo ese éxito y aún no lo está consiguiendo. Trabajo todos los días para superar eso, sabiendo que quizá nunca lo vuelva a lograr", señaló.
Ese desafío constante, fruto de la" vara alta" que supo construirse la propia empresa, no le quita valor a los hitos que alcanzó la empresa que opera desde sus modernas oficinas de Villa Urquiza y que compite de igual a igual con grandes factorías de gaming del mundo.
¿El secreto? Una buena resolución: "Las ideas no valen nada, hoy flotan en el aire, no son algo útil. Lo útil es una construcción de un montón de decisiones que hay que ir tomando. ".
Para Cavazzani, tal vez lo más fácil hubiera sido dormirse plácidamente en los laureles. Lejos de ello, está dispuesto a correr riesgos y a no vivir del legado de sus éxitos pasados. Lo mejor, sin dudas, está por venir.