No hay duda alguna que la TV tradicional enfrenta momentos muy difíciles. Se han empezado a cerrar operaciones locales en muchos lugares e incluso las telecom más grandes y poderosas se están preparando para un eventual debut en la industria del streaming. 

Ya desde hace varios años que se habla de estos nuevos retos en la industria de la TV. En 2012, Business Insider señalaba que el mercado estaba empezando a colapsar a raíz de los cambios de hábitos entre los consumidores. Hace un par de años, Vox apuntaba que, si las empresas de este sector querían sobrevivir, deberían empezar a buscar modelos de negocio mucho más modernos. Y según TechCrunch, muchas marcas ya empiezan a desplomarse.

Conforme el público adopta más hábitos de consumo digitales, la TV se va quedando un poco más atrás. Esto es aún más cierto con respecto a ofertas como el streaming de Video-On-Demand (VoD) que si bien no se trata de un reemplazo perfecto de este viejo canal, sí es una opción muy atractiva. Así que algunas telecom están buscando formas de adaptar su oferta a nuevos comportamientos.

Tal parece ser el caso de la nueva oferta de TV de AT&T. Este servicio pretende compensar la pérdida de negocio de la organización en su unidad DirectTV, su pilar de televisión por satélite. Se trata de una oferta de streaming que básicamente dejaría a los usuarios consumir toda su programación a través de un esquema Over-The-Top (OTT), según el sitio Merca2.0.

Es decir, la única innovación de AT&T TV (como se llamará el servicio), es que en lugar de requerir la instalación de una antena de satélite, la programación se transmitirá por internet. No será necesario que los usuarios también cuenten con una conexión a la web de esta empresa para poder contratar esta plataforma. Sin embargo, sí se ofrecerán algunos descuentos para convencer a los usuarios y se incluirá gratuitamente el dispositivo para este streaming.

A lo largo de los últimos meses, varias empresas de TV, tanto productoras como telecom, han lanzado sus propias estrategias a iniciativas para hacerle frente al avance del streaming. Comparado con estas propuestas la propuesta de AT&T TV no parece una buena idea. En realidad la única cuestión que resuelve es la de la instalación de antenas de transmisión, que podría ser llamativa para algunas familias pero casi todo lo demás quedaría igual. Los programas disponibles, los anuncios, la imposibilidad de elegir el contenido que se quiera ver. Y un contrato que obliga a un compromiso de dos años.

No quiere decir que esta iniciativa de AT&T no tenga sus usos, sin embargo, refleja que no hay un buen entendimiento de las cosas que afectan a la TV en general. Los consumidores están cansados no solo que las cadenas les muestren solo el contenido que ellas desean y de los anuncios publicitarios. Trasladar este canal para alimentarse de un sistema OTT no resuelve ninguna de las problemáticas más grandes de la industria.

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