Después de años de trabajo, cinco jóvenes porteños crearon un "algoritmo mágico" y lograron diseñar una máquina que enfría en cuestión de segundos.

El prototipo fue creado por la empresa Chill It, fruto de una idea tres jóvenes que comenzó en la facultad. Marcos Condomí Alcorta, Nicolás Kolliker Frers y Santiago Schmidt estudiaban Administración de Empresas en la Universidad del CEMA cuando les asignaron la tarea de pensar un producto innovador y su correspondiente programa de negocios.

Por experiencia propia, vieron la necesidad de enfriar los productos rápidamente y la utilidad que le podrían dar las empresas de distintos rubros. El potencial del invento hizo que los jóvenes aprobaran la materia fácilmente. Pero se despertó en ellos el deseo de dar un paso más y encontrar la manera de fabricar el prototipo.

Los emprendedores siguieron pensando otras opciones y en un momento se dieron cuenta que necesitaban expertos en tecnología. Schmidt conocía al ingeniero electrónico, Luciano Cismondi y él y Pablo Di Lorenzolo se sumaron al proyecto. 

"El trabajo comenzó con un modelo matemático donde desarrollamos la física de cómo se va enfriando el líquido. Así, llegamos a lo que podríamos llamar un algoritmo mágico", contó Cismondi.

"El gran salto fue cuando logramos abstraer ese modelo y llevarlo a una red neuronal. Hoy la máquina tiene incorporado una red neuronal. Este entiende, en función de la característica de la bebida que se ingresa, cuál es el mejor proceso para enfriarlo en el menor tiempo posible", explicó.

Gracias a la inteligencia artificial, una lata de cerveza que entra a la máquina a una temperatura ambiente de 25°C, por ejemplo, sale en 30 segundos a 3°C.

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