Google acaba de cerrar la compra de la startup Pointy. ¿Qué hace esta compañía? Básicamente, crearon un sistema que permite, de un modo simple y sencillo, que los dueños de tiendas físicas puedan crear un inventario de productos disponibles en su espacio listo para ser subido a la red.
Solo hay que unir un dispositivo creado por ellos al sistema tradicional de escaneado de códigos de barras. De ahí, se crea un listado de productos que se podrá encontrar online y que se integra con los resultados de búsqueda de Google.
Lo interesante de esta compra está en lo que se puede leer como subtexto de la misma. Es un ejemplo del poder de lo omnicanal y de cómo, en su estrategia a futuro, las empresas deben lograr borrar las separaciones entre canales.
Dado que el sistema es muy fácil de usar y es barato (más allá del coste del dispositivo, que la analista está convencida de que Google bajará en términos de precio), ayuda a crear catálogos de forma muy rápida y a emplearlos como vía para llegar a los consumidores.
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Pero, más allá del cambio específico que este dispositivo podría suponer para la industria, es también una muestra general de cómo la estrategia debe pasar ya por unir los dos terrenos de juego. Ya no vale solo con posicionarse en un canal o en otro, sino que hay que hacerlo en todos.
Los consumidores están fusionando sus pautas de compra y están saltando de un espacio a otro, esperando además que las marcas sean capaces de seguirlos. Y, para las tiendas físicas, esto supone muchas veces salir de su zona de confort y asumir que internet no es ya únicamente el enemigo sino directamente otro espacio para posicionar sus productos y sus servicios.
Al fin y al cabo, la conexión entre lo offline y lo online es una de las grandes tendencias que cambiarán el retail durante este año, algo además que operará en un mercado en el que cada vez resulta más complicado posicionarse y en el que los consumidores están más y más saturados ante la oferta de las marcas y la variedad de productos disponibles.
Cada vez cuesta más llamar la atención del consumidor y capturar esa atención, por lo que las compañías tienen que hilar mucho más fino en cómo construyen sus mensajes pero también en cómo responden a sus necesidades. Esto implica ser mucho más efectivas a la hora de posicionarse allá donde sus consumidores están.