Investigadores australianos aseguran que desarrollaron una batería que podría mantener cargado un teléfono inteligente durante cinco días o alimentar un auto eléctrico por 1.000 kilómetros.
El equipo de la Universidad de Monash, en la ciudad de Melbourne, afirmó que la batería de litio y azufre que ha creado es la "más eficiente del mundo" y puede superar cuatro veces las baterías tradicionales. Los investigadores dijeron que están "al borde" de comercializar la innovación y promocionaron sus beneficios para la lucha contra el cambio climático.
La mayoría de las baterías comerciales son de iones de litio, pero las alternativas de azufre y litio resultan atractivas por la mayor densidad de energía que tienen y su capacidad para alimentar objetos por más tiempo.
Sin embargo, las baterías de litio y azufre suelen tener una vida útil mucho más corta. Se utilizan en algunos aviones y automóviles, pero los intentos anteriores por llevarlas a la producción en masa han fallado, así como la eliminación gradual de las baterías de iones de litio.
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Según los expertos en baterías de The Faraday Institution, el uso generalizado de baterías de litio y azufre enfrenta "obstáculos importantes" derivados de la "naturaleza aislante" del azufre y la degradación del ánodo de litio metálico.
El equipo en Australia, cuya investigación fue publicada en la revista Science Advances, reconfiguró el diseño de cátodos de azufre para que puedan soportar cargas más altas sin sufrir una caída en el rendimiento general.
Su trabajo "revolucionará el mercado australiano de vehículos y proporcionará a todos los australianos un mercado energético más limpio y confiable", sostuvo el investigador principal del equipo, el profesor Mainak Majumder, en un comunicado de prensa, citado por la señal televisiva CNN. El grupo, cuyo trabajo recibió fondos del gobierno de Australia, ha patentado la nueva batería y se realizarán más pruebas este año.
"Este enfoque no solo favorece las métricas de alto rendimiento y la larga vida útil del ciclo, sino que también es simple y de muy bajo costo de fabricación, utilizando procesos basados en agua, y puede conducir a reducciones significativas en los desechos peligrosos para el medio ambiente", destacó Matthew Hill, quien también trabajó en el equipo.