A lo largo del último año los empleados de las grandes empresas tecnológicas se han movilizado más que el año pasado, como los empleados de Kickstarter pidieron que su sindicato fuera reconocido por la empresa o los de Amazon que organizaron una concentración a la que convocaron a otras personas de la industria tecnológica para sumarse a una protesta global en el contexto de la crisis climática.
En Google también se han registrado intentos de crear un sindicato y algunos empleados han plantado cara a la creciente hostilidad mostrada por la dirección al tiempo que se cuestionaban algunas alianzas corporativas de ética dudosa. Incluso algunos trabajadores de las tecnológicas chinas se han sumado a 996.icu, una campaña viral que pide jornadas de trabajo más razonables.
Académicos y activistas han creado una base de datos de acceso público que registra todas las acciones colectivas en la industria tecnológica. El sitio eldiario.es analizó los resultados de las movilizaciones a partir de narrativa dominante sobre el estado de la cuestión, resumidas en ocho puntos.
A lo largo de 2019 se registraron más de 100 movilizaciones con eco en los medios. En algunas han participado miles de personas. Se trata del triple de reivindicaciones documentadas en 2018 y multiplica por nueve las de 2017.
La cobertura en los medios de las movilizaciones de los empleados de las tecnológicas tiende a centrarse en aquellos empleados de mayor rango y responsabilidad como ingenieros de software, científicos de datos, diseñadores y directivos intermedios.
En realidad la mayoría de las movilizaciones, que muchas veces no superan las páginas de la prensa local, tienen como protagonistas a los empleados en condiciones más precarias. Quienes trabajan en almacenes, los repartidores o las personas en departamentos como atención al cliente. Según los datos, entre 2006 y 2019 el 57% de las acciones reivindicativas fueron organizadas por estos trabajadores.
Según los datos de The Guardian, antes de 2019, el 74% de las movilizaciones eran lideradas por personas empleadas en tareas manuales o con contratos temporales. En 2019 esa tendencia se han invertido y quienes tienen mejores condiciones son quienes se han movilizado más.
La mayor parte de las protestas organizadas por quienes tienen contratos a jornada completa y mejores condiciones estaban vinculadas a cuestiones "externas", el 36% del total. En esta categoría se incluyen temas como el cambio climático, cuestiones migratorias, la relación con la agencia que deporta migrantes en Estados Unidos o la publicidad política. Las condiciones de trabajo fueron lo que motivaron el 18% de las protestas y el 16% de las mismas estuvo vinculada a la discriminación.
Al aplicar el mismo criterio para clasificar las protestas de trabajadores manuales y eventuales, el 53% estuvieron relacionadas con el salario y las cotizaciones sociales y el 35% con las condiciones de trabajo.
Los métodos de protesta que utilizan los dos colectivos son diferentes. Quienes trabajan a jornada completa y en puestos de gestión se comunican directamente con sus superiores mientras que quienes lo hacen en condiciones más precarias optan por mecanismos como la huelga y la concentración de protesta.
En definitiva, ambos grupos acaban coincidiendo en su preocupación ante la explotación de grupos vulnerables. Los empleados eventuales y los subcontratados externos se enfrentan a los mismos retos cuando se vinculan a grandes empresas.
Si no se incluye a los empleados eventuales y precarios de la nueva economía dentro de la categoría de empleados del sector tecnológico se están reforzando los estereotipos sobre quién es empleado y quién no lo es y se debilita la capacidad de lanzar acciones solidarias dentro de la industria.
Las empresas que han sufrido el mayor número de movilizaciones entre 2006 y 2019 son Amazon y Google. Una vez agrupados el conjunto de los datos, las siguientes son Uber, Lyft y Bolt. Amazon y las empresas de vehículos son las que enfrentan las movilizaciones de los empleados más precarios. Google y Microsoft son las que enfrentan las protestas de los trabajadores en mejores condiciones.
El "divide y vencerás" es una de las tácticas más habituales de las empresas para mantener el control cuando se trata de resolver conflictos laborales. Los trabajadores con mejores condiciones son quienes deben deshacer esas divisiones. Es necesario que reconozcan la precariedad de los empleados eventuales en comparación con aquellos que gozan de más estabilidad. También hay que reconocer la diferencia de situaciones entre quienes tienen visados de trabajo quienes y no las tienen.