El auge de la Inteligencia Artificial (IA), sobre todo en la industria, abrirá en 2020 el camino a la "cibermanufactura" en las fábricas, que también desarrollarán nuevos productos más ligeros, ha vaticinado en una entrevista con Efe el director científico de Tecnologías Industriales de Eurecat, Ricard Jiménez y publicada por el sitio eldiario.es
Las cibermanufacturas serán plantas de producción con procesos que anticipan y corrigen errores productivos en tiempo real y que aprenden autónomamente. El 2020 ofrecerá materiales más ligeros, como aceros avanzados y aleaciones ligeras de alta resistencia, así como compuestos reforzados con fibra de carbono para reducir el peso de productos cotidianos, como los móviles o las zapatillas de deporte, añade el especialista.
"La IA no sólo es una nueva prestación en productos que vamos a adquirir, sino que también es un nuevo paradigma en los procesos que los fabrican", afirmó Jiménez y anadió que "con la denominada Industria 4.0, las tecnologías de manufactura están cada vez dotadas de más sensores y es posible disponer de más datos para conocer el estado de los procesos, mejorar la eficiencia y asegurar la calidad y personalización de los productos".
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Toda esta información fluye por redes con gran ancho de banda y es procesada a mucha más velocidad, por lo que la IA "ya podría apoyar el estado completo de una planta de producción y permitir tomar decisiones óptimas en tiempo real", subrayó.
En su opinión, esta evolución "hace vislumbrar ya en algunos sectores industriales el paradigma de la 'cibermanufactura', plantas de producción con procesos que anticipan y corrigen errores productivos y que aprenden autónomamente a medida que solucionan nuevas situaciones".
Según Jiménez el abanico de tecnologías hardware, como sensores, actuadores, redes de comunicación, microprocesadores, mecatrónica y robótica "ya permiten desplegar el equivalente al sistema nervioso y neuromuscular de las plantas de producción". Por su parte las tecnologías software, como la IA, la ciencia de datos y la ingeniería del conocimiento, "permite dotar de cerebro a todo este entorno, un cerebro centralizado como es el de la computación en la nube, y multitud de cerebros distribuidos, en el caso de la computación ubicua".
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Sin embargo el experto advirtió que "todo esto necesita un robusto sistema inmunológico, que sería el cometido de los sistemas de ciberseguridad" y asegura que el 2020 será el año de las tecnologías para inducir cambios en las propiedades y características de materiales "que han ido evolucionando aceleradamente en los últimos años y ya comienzan a implementarse".
Un ejemplo de esta tendencia es la electrónica impresa, que permite imprimir a bajo coste en superficies flexibles, desde leds que den luz o células fotovoltaicas que transformen la luz en electricidad hasta baterías impresas que nutran de energía a estos circuitos, en lo que es "solo el comienzo ya real de una tendencia imparable", dijo Jiménez.
Por otra parte, industrias como la automoción o la aeronáutica "han puesto a dieta sus productos, ya que necesitan reducir peso para rebajar emisiones de CO2 y dar respuesta a los consumidores, que quieren que sean más ligeros productos cotidianos como móviles, ordenadores, zapatillas de deporte, carritos de la compra o bicicletas, manteniendo o aumentando las prestaciones del producto", aseguró el director.
Con la impresión 3D se pueden, además, hacer realidad nuevos diseños y geometrías que no sólo reducen peso, sino que abren nuevas vías al diseño optimizado de componentes, según Jiménez