Mínimo nivel de informalidad, sueldos altos (muchas veces, fijados en dólares) que en las posiciones iniciales pueden arrancar en 60 mil o 70 mil pesos, y crecimiento sin techo en sintonía con la calificación; flexibilidad de horarios, trabajo remoto, prepagas de salud de alta calidad y una gama amplia y creativa de beneficios según las posibilidades de cada empleador.
Según los empresarios, la industria del software como empleadora ofrece el efecto combinado del pleno empleo y la no sindicalización por lo que el sector tiene cero conflicto colectivo.
Si se toma a modo de referencia general a la tabla de honorarios que publica el Consejo Profesional de Ciencias Informáticas de la Provincia de Córdoba, los niveles parten, en general, de mínimos de 45 mil pesos hasta cerca de los 200 mil, según el grado de calificación. Para perfiles muy demandados hoy, como administrador de base de datos o programador IA (inteligencia artificial), las honorarios promedian los 95 mil pesos mensuales.
"Los sueldos están por encima de otros sectores, eso es claro, pero pueden variar enormemente y sin techo. Un chico que apenas tenga un curso gana no menos de 30 mil pesos, un semi senior ya sube a 60 mil o 70 mil pesos, unas 40 horas a la semana", señaló Nahuel Di Paolo, vicepresidente del Córdoba Technology Cluster, al aludir a puestos base demandados en gran volumen por la industria al diario La Voz
"Después, la cotización varía según cual sea la tecnología o destreza más requerida en un determinado momento. Hoy, lo más cotizado es ciencia de datos y machine learning", aseguró Di Paolo.
Yanina Bianciotti, responsable de Recursos Humanos de IncluIT, señala que el promedio mensual de vacantes en la firma son 60 puestos, y que se hace muy difícil cubrirlos. "Lo que más se pide hoy es el programador en distintas tecnologías: Java, Android y React. Además de testing automatizado. El manejo de inglés es otro requisito fuerte, asociado con la exportación", comentó Bianciotti.
Como el resto de las empresas de RRHH, buscan atraer profesionales, en su mayoría millennials, en base a beneficios tales como "planes de carrera, entrenamientos permanentes en tecnologías con certificaciones, capacitaciones de idioma, beneficios como almuerzo, trabajo en casa, tarjetas de descuentos y relocalizaciones, es parte de lo que ofrecemos", señaló la profesional.
Otra coincidencia entre las empresas es la ya casi "no exigencia" de títulos formales, sino más bien de experiencia o habilidades según el puesto por cubrir. Esto deriva de la escasez de recursos y de la aparición, todo el tiempo, de nuevos perfiles a cubrir, en muchos casos no previstos aún en la formación académica.
Las mujeres tienen una baja presencia en el sector tecnológico, incluso a pesar de que ya casi todas las compañías buscan de manera activa hacerlas crecer en su plantel. En las empresas de software cordobesas, sólo el 23,2 por ciento son mujeres; y si se analiza sólo el personal técnico, el porcentaje cae al 15,9 por ciento; según datos relevados por el Córdoba Technology Cluster.
Mercado Libre, que opera un centro de desarrollo de software con casi 600 personas en Córdoba, ejecuta a nivel global políticas destinadas a sumar diversidad y equidad a su plantel. Además de buenos sueldos, ofrecen una amplia gama de beneficios que incluyen un mes más de licencia por maternidad, jornada reducida hasta el año del bebé y hasta cobertura del 70 por ciento en tratamientos de preservación de óvulos.
"Si Mercado Libre quiere hacer un producto de clase mundial, necesita diversidad puertas adentro, porque el mundo es diverso", señala Daniel Gandara, responsable del centro local. Subraya una razón lógica: si el 50 por ciento de los clientes son mujeres, debe haber igual proporción creando productos.
Pero a pesar de los esfuerzos, la cuota femenina en el staff de la compañía es de 40 por ciento a nivel latinoamericano y de 30 por ciento en Argentina, debido a que aquí predominan los empleados con perfil tecnológico.
Las ONG Chicas en Tecnología (CET) y Mujeres en Tecnología relevaron datos que señalan que entre 2010 y 2016 se registró apenas 33 por ciento de mujeres como estudiantes en el sistema universitario tecnológico nacional. A su vez, en los últimos años sólo se recibió un 17 por ciento de mujeres, contra 40 por ciento de hombres en carreras "Stem" (vinculadas a las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) .
A futuro, el tema abre una preocupación aún mayor: las mujeres tienen bajísima presencia en las áreas de conocimiento que no sólo pagan mejor y prometen mayor sobrevida laboral, sino que están rigiendo la economía de manera cada vez más determinante.