Satya Nadella, director ejecutivo de Microsoft, se ha ganado un lugar único entre barones tecnológicos que presiden el panorama digital de hoy. La creciente riqueza y poder de las Big Tech durante la última década ha sido una característica definitoria del capitalismo moderno. Sin embargo, incluso juzgado por los estándares de la mayoría de sus pares, Nadella se destaca, según una nota de Diario Financiero.

Para fines de noviembre, el retorno total generado para los accionistas de Microsoft durante su gestión de seis años superó los mil millones de dólares. Este impresionante ejercicio en la creación de riqueza se produjo en un momento en que el propósito y el poder de las grandes compañías han sido objeto de un escrutinio mayor que en cualquier otro período en un siglo. La búsqueda decidida del valor para los accionistas está en duda, y los políticos y los reguladores están mostrando un nuevo apetito por desafiar a las empresas dominantes de la época, particularmente en tecnología.

Por lo tanto es notable que Nadella haya puesto a Microsoft nuevamente en la cima de la industria, cuando alguna vez fue considerada como modelo del acosador corporativo, que utilizaba su monopolio de software para PC con el fin de dominar el mundo de la tecnología.

La ecuanimidad que ha acompañado su reciente ascenso es un testimonio del nuevo propósito en el corazón de la firma, así como una cultura corporativa que refleja las cualidades personales de un CEO más dado a la humildad que a la arrogancia intelectual con la que una vez se conoció la empresa.

Todavía es muy temprano para juzgar el impacto del nuevo Microsoft que Nadella ha estado construyendo. Con el control de una de las pocas plataformas de computación en la nube que dominarán la próxima fase de la tecnología, es probable que ejerza una influencia significativa sobre el futuro de los negocios y la sociedad, ya sea para bien o para mal.

Una marca del éxito de Nadella en 2019 ha sido la poca frecuencia con que su compañía ha estado en los titulares. Con un enfoque en vender tecnología a las empresas más que a los consumidores, opera en gran medida detrás de escena, aunque sí llega a los consumidores a través del motor de búsqueda Bing y el servicio de correo electrónico, la consola de juegos Xbox y las versiones personalizadas de su software para PC.

La creciente confianza de Wall Street en el renacimiento de Nadella en Microsoft trajo un avance de 50% en el precio de sus acciones en el transcurso de 2019, casi el doble del alza del mercado de valores total. Eso llevó su capitalización de mercado a más de US$ 1 mil millones por primera vez, y a una quinta parte del camino para alcanzar los US$ 2 mil millones.

"Trajo una nueva cultura, un nuevo entusiasmo", dice Michael Cusumano, profesor de administración en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, su sigla en inglés). "Microsoft se convirtió en un lugar emocionante para trabajar nuevamente".

Cuando Nadella asumió, Microsoft estaba en peligro de perderse casi todas las tendencias importantes de nuevas tecnologías desde el cambio de siglo. En el tope de los problemas estaba la adicción de Microsoft a las ganancias de monopolio producidas por su sistema operativo para PC. El esfuerzo por mantener a Windows en el centro del universo informático perjudicó a los ingenieros, lo que obstaculizó los esfuerzos para entrar en la informática móvil y en la nube.

Nadella respondió llevando a Microsoft de nuevo a sus raíces, apuntando al momento en que sus herramientas de software fueron utilizadas por otras compañías para construir sus propias tecnologías. "Esa noción fundamental de que construimos herramientas y plataformas para que otros puedan construir más tecnología, creo que es más relevante, más necesaria en 2019 que en 1975", aseguró el CEO.

Con 46 años cuando asumió, el nuevo jefe era sólo 11 años menor que el cofundador Bill Gates. Sin embargo, según Cusumano, eso fue suficiente para liberarlo de los viejos dogmas de la firma: "Él es la próxima generación, realmente es parte de la generación de Internet".

Criado en Hyderabad, el futuro CEO de Microsoft reprobó un examen de ingreso al prestigioso Instituto Indio de Tecnología, pero obtuvo un título de ingeniería eléctrica en la Universidad de Mangalore antes de mudarse a la Universidad de Wisconsin en EEUU.

Su primera asignación, tras unirse a Microsoft en 1992, era trabajar en Windows. Pero hizo su nombre dirigiendo el motor de búsqueda Bing, un rival para Google pero que sigue siendo una lección para Microsoft sobre cómo crear y ejecutar servicios que lleguen a audiencias masivas en línea. Más tarde se hizo cargo de Azure, la naciente plataforma de computación en la nube de la empresa.

En una empresa definida por intensas rivalidades, exhibiciones expuestas de ambición y competencia feroz, el estilo modesto y colaborativo de Nadella se destacó. Ha promovido una nueva perspectiva para los trabajadores de Microsoft, basada en una "mentalidad de crecimiento" que implicaría estar constantemente abierto al aprendizaje y nuevas ideas, en lugar de la "mentalidad fija" del pasado: conceptos tomados de la psicóloga Carol Dweck. Hasta cierto punto, el Microsoft más amable y gentil refleja una nueva era en tecnología en la que la compañía ya no puede hacerlo sola y las alianzas en áreas como la nube se han vuelto más importantes. 

El mismo Nadella es muy cuidadoso de no declarar la victoria en la reforma cultural. Después de todo –como él admite- hacerlo demostraría que han vuelto a caer en una mentalidad fija. En cambio, dice: "Desde la antigua Grecia al moderno Silicon Valley, lo único que se interpone en el camino del éxito continuo, la relevancia y el impacto es la arrogancia".

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