Es muy motivador ver el crecimiento de las fintech en la Argentina, impulsado por el talento local y un mercado receptivo.
Facilitar el acceso a herramientas financieras que mejoran la calidad de vida es el motor de esta industria, que pasó de 703 empresas en América Latina en 2017 a 3.069 en la actualidad, y demostró la magnitud de la transformación financiera en la región.
Pero ¿qué rol juegan las fintech en la construcción de un futuro más inclusivo?
Las fintech abren un abanico de posibilidades para interactuar con el dinero de nuevas maneras. Permiten, por ejemplo, que cada vez más personas ahorren e inviertan.
También facilitan las transacciones online, desde pagos y cobros hasta la solicitud de préstamos para emprender nuevos negocios.
Además, simplifican el envío de remesas a familiares en el extranjero y permiten el acceso digital a salarios o ayudas financieras, eliminando barreras geográficas y ofreciendo una inclusión financiera real para quienes antes estaban excluidos del sistema.
Este impacto es tangible. Según un estudio reciente de Mastercard y PCMI, "La nueva era de la inclusión financiera en América Latina", casi la mitad de los encuestados a lo largo de toda la región afirmó que las fintechs les dieron acceso a productos financieros que antes no estaban disponibles para ellos.
El mismo informe nos muestra el siguiente panorama: en Latinoamérica, el 81% de los encuestados tiene una cuenta en una institución financiera tradicional o digital, y el 86% posee una tarjeta de débito.
Sin embargo, sólo un tercio tiene acceso a otros servicios financieros como préstamos personales o para emprendimientos.
En la Argentina, la tasa es de 24%. Estas cifras demuestran una alta penetración de servicios financieros básicos, un terreno fértil para el crecimiento y la innovación en el sector fintech.
Las alianzas entre empresas tradicionales y fintech son clave para acelerar la innovación y optimizar recursos.
Las alianzas optimizan recursos, aceleran la implementación de herramientas, les permiten ampliar su alcance y tener más credibilidad, aprovechando infraestructuras sólidas y gran base de clientes.
A cambio, las empresas tradicionales se benefician de la agilidad e innovación fintech. Sin dudas, una estrategia win-win que impulsa el sector.
Si bien las fintech impulsaron avances notables, aún enfrentan desafíos importantes para una inclusión plena.
Aunque los pagos digitales avanzan, el efectivo sigue reinando en la región, especialmente entre los sectores de menores ingresos:
- el 40% de los encuestados con bajos recursos afirma usar efectivo en más de la mitad de sus gastos mensuales
- la cifra se reduce al 25% entre quienes tienen ingresos más altos.
¿Estamos, entonces, ante un futuro financiero verdaderamente inclusivo en Latinoamérica gracias a las fintech? Los datos, y los miles de ejemplos que vemos a diario, confirman que la transformación está en marcha.
El crecimiento exponencial de soluciones innovadoras nos permite ser optimistas, pero no debemos olvidar que la inclusión real requiere no solo acceso, sino también educación, seguridad y un marco regulatorio que proteja a los usuarios y fomente la innovación responsable.
El futuro financiero de la región dependerá no solo de la innovación fintech, sino también de la colaboración entre empresas, reguladores y consumidores para garantizar un ecosistema inclusivo y seguro.
*Por Alejandro Vaamonde, Director Fintech, Digital Partnerships & Crypto de Mastercard