La reinstauración del cepo cambiario y su posterior endurecimiento trastocó los medios de pago utilizados durante la era Macri para abonar remuneraciones del exterior, recibir y enviar remesas.
En este marco, empresas y particulares apelaron a varios artilugios para saltar la restricción cambiaria y cumplir con sus compromisos, lo que dio lugar a una situación insólita: las cuevas financieras (ahora más sofisticadas en la era Bitcoin) pagan hasta 1,5% de comisión por recibir dólares frescos por fuera del circuito legal y ofrecen la cotización blue.
Este proceso se intensificó tras las elecciones de octubre y el endurecimiento del cepo, medida que no sólo afectó la operatoria de bancos sino también de apps muy utilizadas para realizar transferencias al exterior. En efecto, jugadores internacionales -como TransferWire o Payoneer- se vieron obligados a modificar esta unidad de negocio y a potenciar otras.
Ante la obligación de liquidar en pesos las exportaciones, a las firmas de servicios se les planteó una necesidad puntual, cómo pagarles a los profesionales (asalariados y externos) en moneda dura, a modo de aliciente para retenerlos en sus puestos, en el marco de una notoria escasez de talentos 4.0.
El director de una importante tecnológica argentina -que presta servicios a firmas de la talla Globant y a otras grandes a nivel global- confiesa a iProUP que entró en crisis cuando el Gobierno endureció el cepo y se vio impedido de pagar en moneda dura los honorarios a quienes ocupan puestos clave, "en su mayoría freelancers que van al mejor postor".
"Normalmente, usábamos aplicaciones como Payoneer o Transferwire, que tienen una comisión menor a la bancaria, pero ahora no podemos transferir más dólares de ese modo", expresa el directivo.
Estrategias
Luego de que el Banco Central cerrar el grifo de billetes verdes, las firmas comenzaron a analizar opciones para dar cumplimiento a sus obligaciones en dólares. Así, recurrieron a distintas maniobras:
-La creación de una cuenta espejo en EE.UU. para el pago de honorarios. Esta operación tiene consecuencias, como el aliento a la subfacturación y la menor entrada de divisas. Es que el titular de la cuenta (el destinatario de los fondos), transfiere al país sólo lo necesario y atesora el resto en el exterior, circuito que se retroalimenta.
- Acudir a una cueva que posea una cuenta tanto en Argentina como en EE.UU. Esto, para derivar fondos y que sus empleados reciban en el país los montos pesificados al valor del blue, más una comisión extra (1,5%) como aliciente por "olvidarse" de los billetes verdes
- Recurrir a la clásica operatoria de "conta con liqui". Es un mecanismo totalmente legal para enviar billetes verdes fuera del país: se compran acciones argentinas en el mercado local (en pesos) y se las revende en el exterior (en dólares)
- Utilizar plataformas de compra y venta de bitcoins. Aplica en particular a quienes quieran atesorar en monedas digitales, siempre por fuera del sistema bancario doméstico
- Recurrir a filiales en el exterior. En caso de firmas con varias sedes, se apela a una de ellas para el pago de sueldos con los propios dólares generados en esas dependencias
Ejecutivos de firmas que intermedian en el envío y recepción de remesas para el público explican a iProUP que, desde que comenzó la crisis y pegara fuerte la devaluación, la Argentina se convirtió en un país más receptor que enviador de dinero (si bien quienes reciben los fondos no obtienen billetes estadounidenses)
"Quienes deseen enviar dinero al exterior pueden pagar en pesos abonando una comisión cuyo comportamiento se asemeja bastante al dólar de contado con liquidación, que es el que marca el mercado", revela a iProUP un directivo del sector.
¿Por qué esto es así? "Porque a nivel mayorista, estas empresas necesitan en algún momento enviar o recibir fondos en dólares, y lo hacen a través del contado con liquidación o, en su defecto, a través de la compraventa de bitcoins", explica a iProUP el CEO de una importante compañía local.
Por ahora, la plaza financiera se mantiene relativamente calma tras la instauración del nuevo cepo, lo que se manifiesta en el comportamiento estable del blue.
La sospecha en la City es que tras la fiebre de las PASO comenzó un proceso fuerte para sobrestockearse en verdes por fuera del sistema. Y que si el blue no sube más es porque muchos que se hicieron de dólares en exceso ahora los están reconvirtiendo a pesos para poder operar. "Cuando se acaben, la presión alcista aumentará", dicen algunos traders.
Un sector en crecimiento
Según el Banco Mundial, las remesas hacia países de ingresos bajos o medios trepó a u$s529.000 millones en 2018. Así, estas naciones acapararon el 75% de los casi u$s700.000 millones en envíos de montos pequeños realizados el año pasado.
En el plano local, un gran número de fintech que brindan este servicio apuntan a hacerse fuertes en un mercado que –medido en moneda dura– viene creciendo con fuerza, según mediciones del propio Banco Mundial.
Estas firmas financieras y a su vez tecnológicas vienen ganándole terreno al sistema "tradicional" de transferencias internacionales que, en su mayoría, son procesadas por el método clásico conocido como SWIFT (instrumentado por la Sociedad para la Telecomunicación Financiera Interbancaria Mundial).
Estos movimientos de fondos tienen un par de problemas, no menores por cierto: pueden demorar varios días y están sujetos a altas comisiones (7% en promedio). Además, están pensados básicamente para transacciones grandes.
Según señala a iProUP Maximiliano Babino, gerente general de Western Union Argentina (WU), los nuevos servicios provistos por las firmas digitales son más ágiles ya que en el método tradicional "un banco cobra un cargo fijo de hasta 50 dólares, mientras que con las nuevas apps la comisión se abarata al 1,8% del monto total".
"Además, bajo el esquema convencional una transacción puede demorar una semana. El dinero no está en la cuenta de nadie, lo que genera incertidumbre", agrega el ejecutivo, quien subraya que, en cambio, las transferencias "4.0" se realizan al instanteEn el caso de la firma, indica que hay dos canales para el envío de dinero:
- Físico: a través de 4.500 locales (quioscos, Carrefour Express, Correo Argentino) que están en la red Western Union/Pago Fácil. Se entrega el dinero al cajero y llega a otra sucursal en el mundo o se deposita en una cuenta bancaria, en moneda local
- Digital: a través de una app, donde se precarga el monto desde una cuenta bancaria y se envía a un local o una cuenta bancaria del destinatario
Cobro Express, uno de sus competidores en el negocio de cobranzas extrabanacarias, creó este año la empresa Transfery, registrada como remesadora en la Unidad de Información Fiscal (UIF).
"Aprovechamos nuestra red de pagos y sellamos acuerdos con fintech globales como MoneyGram, TransferTo, Xoom y Ria", dice a iProUP Ignacio Picatto, gerente comercial de Cobro Express. "El mercado argentino ronda los u$s1.500 millones al año, entre envío y recepción", añade. Y remarca: "Seguimos operando normalmente, el cepo no afectó".
De esta forma, las casi 3.000 agencias de la empresa funcionan para el envío (o recepción) de dinero, con comisiones que son fijadas por las propias compañías. Los montos transaccionados van desde los u$s300 hasta los u$s500.
El buen momento de las fintech y el libre mercado de divisas había alentado la llegada a la Argentina de grandes jugadores internacionales, como la británica TransferWise. A nivel global, su negocio se compone en un 70% por usuarios de remesas y 30% por profesionales freelance.
"Siempre mostramos de forma transparente cuáles serán las comisiones y nuestra tasa de cambio es la media del mercado. Esto nos diferencia de nuestros competidores", afirma a iProUP Diana Ávila, líder de operaciones en TransferWise para America Latina.
De acuerdo con la directiva, "casi el 70% de las transferencias se realizan en el día", para lo cual trabajan "con socios locales para seguir los fondos de principio a fin". Argentina forma parte de los 71 mercados en los que se puede recibir dinero desde TransferWise con una comisión promedio del 1,5%.
"Potenciamos esta categoría que va a crecer 100% en los próximos tres años", asegura a iProUP. Ese pronóstico hoy está en duda por las restricciones cambiarias y a la espera de que el nuevo gobierno pueda flexibilizar la compra de dólares.