El reperfilamiento o extensión de los vencimientos de las letras del Tesoro empujó a la industria de fondos comunes de inversión (FCI) a un laberinto del que, habiendo transcurrido un mes y medio, todavía no termina de salir.
Si bien hubo casos en que pudieron recomponerse más rápidamente del golpe, recién en la primera semana de octubre algunas administradoras consiguieron volver a la cancha. Y aún hay fondos que no volvieron a operar desde que se decidió "freezar" los rescates: esto es, que nadie pudiera llevarse su plata.
"Hoy, el mayor problema que tenemos no es si bajan los bonos o cae la bolsa. Son los fondos. Nos están matando con el trabajo que nos generan, cuando en realidad ni siquiera es un negocio tan redituable para nosotros", dice fastidiado Ramiro Marra, responsable de FondosOnline.com.
Se trata de uno de los principales "supermercados" de fondos del país, concepto que surgió debido a que estas plataformas ofrecen en sus distintas "góndolas" lo que se llama toda la "familia" o gama de productos de varias administradoras a la vez.
Marra indica que ofrecen una veintena de instrumentos. "Tenemos entre 15 y 20 familias. Están todas las gestoras independientes y el Mariva. Nos encontrábamos negociando con el Galicia cuando explotó la crisis. Pero, por lo general, los bancos prefieren vender sus productos por sus propios canales", explica a iProUP.
En su visión, "la industria va a tener que replantear todo de cero y proponer otras alternativas. Creo que esta es la peor crisis que atravesó". Es que no sólo había instrumentos que invertían específicamente en Letes (letras en dólares), sino que muchos fondos de bonos, aun siendo de largo plazo, incluían parte de Letes, por lo que quedaban "contaminados".
De todos modos, el atractivo de estos vehículos de inversión venía en baja, producto de que los vencimientos de esas Letes empezaban a caer más allá de las elecciones, sumando una cuota de riesgo que no muchos estaban dispuestos a asumir.
Para peor, el caos logístico (más allá del golpe a la credibilidad), se vio agravado por el hecho de que sólo las empresas se veían afectadas, con lo cual era necesario discriminar entre los clientes del fondo.
A todo esto, el anuncio fue un miércoles (28 de agosto), la CNV dio sus indicaciones al día siguiente y el viernes ya caía el primer vencimiento de una de las letras reperfiladas.
El volumen, 55% abajo
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Los números avalan el desánimo de Marra sobre el desplome bestial del patrimonio manejado por el sector: ni bien fue posible, el dinero voló.
Actualmente, la industria gestiona unos u$s8.500 millones, lo que supone un derrumbe del 55% desde que el Gobierno anunció que estiraría los plazos de pago de sus letras en pesos y en dólares un mes y medio. A su vez, la caída es de casi 80% desde el máximo volumen registrado en abril.
"Las administradoras siguen trabajando. Algunas encontraron soluciones parciales, pero cuando queremos subir los productos nos damos cuenta de que hay trabas. Cada cliente es una historia aparte. La industria no está plenamente operativa todavía", confía Marra.
Martín Roig, director de Portfolio Personal Inversiones (PPI) -que ofrece a sus clientes 17 familias de FCI-, reconoce que algunos fondos "reperfilados" recién a principios de octubre pudieron terminar de adecuarse a las nuevas normas y volver a sumarse al juego.
"El patrimonio neto subió 13% desde fines de agosto", señala Roig. "Pero en dólares está u$s9.000 millones abajo del nivel previo a las PASO. A modo de referencia, es un tercio de los más de u$s34.000 millones máximos del año pasado", antes de que se acelere la devaluación, comparte con iProUP.
El ejecutivo añade que, "como es lógico, la composición también cambió por categoría de fondo".
"Los de Renta Fija o bonos, los más vapuleados, que en el último año representaban hasta el 55% de la industria, cedieron su lugar a los de Money Market (sólo liquidez y mínimo riesgo), que hoy concentran el 40% (contra el 25% promedio del último año)", completa.
Intervención de la CNV
Al día siguiente del anuncio del reperfilamiento, la CNV emitió una resolución en la que aclaró que las personas físicas que hayan invertido en fondos que tenían en su composición títulos de corto plazo, no serían alcanzadas.
El regulador además facultó a las sociedades gerentes a "adecuar sus carteras agrupándolas según características de sus activos y tipo de cuotapartistas (humanas o jurídicas), a los fines de tornar operativa la medida". De esta manera, dio bastante espacio para que cada una encontrara su solución, preservando –por lo menos– al inversor minorista.
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La reprogramación anunciada fue parcial y alcanza un equivalente a u$s16.000 millones, 74% de los u$s21.500 millones que había que pagar o renovar a corto plazo (la última licitación había sido declarada desierta)
El primer desembolso de esta extensión de plazos fue de 15% y se respetó la fecha en que debía abonarse. El segundo será a los 90 días por 25% y el 60% restante, a los 180 días corridos.
En PPI están recomendando los clásicos money market, que suelen gozar de una buena liquidez. No obstante, con las tasas actuales ofrecieron un retorno del 4% el último mes y una tasa nominal anual cercana al 50%, ya que uno de los principales activos en su cartera son plazos fijos.
Si bien no le ganan a una colocación bancaria directa, dan la tranquilidad de la liquidez inmediata. Es una de las grandes ventajas de los fondos: puede disponerse del dinero en cualquier momento. Para los que prefieren dólares (y sobre todo huir del riesgo argentino), la alternativa son instrumentos latinoamericanos, que en el año rinden entre 3% y 4%.
Marra coincide en que lo poco que entra hoy a la industria se concentra en esos productos. Pero no cree que tengan un gran atractivo en este momento. "Ni con los Money Market se puede hablar hoy de fondos libres de riesgo, porque te pueden encajar un Plan Bonex por los plazos fijos", conjetura.
El último refugio son los fondos del exterior. Sin embargo, recuerda que se ven afectados por el "contado con liqui" (mecanismo utilizado para hacerse de divisas y girarlas afuera) que impone un sobreprecio del 10%, ya que se suscriben en dólares.
El facto malestar
InvertirOnline ofrece productos de dos administradoras y ahora está por incorporar una tercera. José Bano, jefe de Asesoramiento, asegura a iProUP que el parate "no se trató tanto de los rescates sino del malestar que generó que los fondos dejaran de estar operativos".
"Hay una familia que nosotros ofrecemos que recién esta semana restituyó la operatoria después de un mes y medio sin que el cliente pudiera tocar la plata", completa. Según el experto, todos los FCI que tenían letras quedaron enganchados. No los de acciones, por ejemplo, pero muchos de renta fija, con títulos de largo plazo, que tenían un porcentaje de estas letras para manejar la liquidez y cayeron en la misma bolsa".
Además, indica que si bien "ya se cumplió con el primer 15% del vencimiento, esto no ayudó a calmar los ánimos". Así, se refiere al cronograma que estableció el Gobierno para el cobro espaciado en el tiempo.
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"Representó un incordio administrativo enorme para las empresas. Ese fue el gran perjuicio. Contabas con cierta plata, disponías de ese dinero para el flujo de caja y de golpe no lo tenías. Claramente, esto impactó con fuerza en la credibilidad de la industria", enfatiza.
La Cámara de Fondos Comunes intervino y se comunicó con la Comisión Nacional de Valores y el Ministerio de Hacienda para hacer llegar las consultas de la industria sobre cómo proceder. Pero se dio bastante margen de maniobra para que cada "supermercado" ensaye su fórmula dentro de ciertos lineamientos.
"No todos los fondos están estructurados de la misma manera en cuanto al porcentaje de letras ni todos tienen la misma base de inversores. Por eso creemos que fue el camino indicado", indican a iProUP desde la CNV.
Además, aseguran: "No había una solución única para toda la industria. Y lo que más nos importó fue que el minorista recibiera el mismo tratamiento que si fuera una tenedor directo".
Por el lado de las plataformas, el impacto fue mayor. "Una de nuestras administradoras decidió cerrar el fondo afectado de inmediato para evaluar el impacto y en dos o tres días ya estaba operativo de vuelta. Otros, en cambio, optaron por seguir operando para no dar una señal negativa y ver, mientras tanto, cómo se resolvía la situación. Recién ahora pudieron volver a funcionar", describe Bano.
A la hora de pintar el escenario actual, el ejecutivo de InvertirOnline afirma: "No estamos viendo suscripciones netas, o sea, flujos positivos que superen a los rescates. Si entra dinero, es para ir a fondos del exterior".
En la City, los traders están más que cautos. ¿Qué conviene hacer? ¿Esperar las cuotas de la reprogramación o rescatar pese a que el precio de las letras reperfiladas se desplomó? En dialogo con iProUP un importante operador advierte: "¡Hay que salir de esa inversión, porque es alta la probabilidad de un nuevo reperfilamiento o de quedar licuado si el país va a un escenario de altísima inflación".
Escaparse del riesgo argentino
Algunos jugadores la vieron venir y el reperfilamiento los agarró mejor parados. Nicolás Max, director de asset management de Criteria, revela a iProUP la experiencia en Central de Fondos, una plataforma creada en 2016 que ya reúne 23 familias de diferentes administradoras.
"Nosotros veníamos orientando a nuestros clientes y logramos aislarlos, que no quedaran tan expuestos, migrando a productos con riesgo no argentino. Por eso tenían muy pocas posiciones en los activos que entraron al reperfilamiento", comenta.
El experto asegura que su cartera sufrió en volumen operado, donde están "abajo en relación a lo que era antes" del reperfilamiento. Y remarca que "muchos inversores rescataron esos fondos porque directamente no querían tener vehículos bajo jurisdicción argentina, por temor a incautaciones o confiscaciones".
"Si bien el inversor individual en fondos quedó exceptuado del reperfilamiento, con lo compleja de la situación, hubo algunas demoras o inconvenientes operativos", admite.
Finalmente, Max subraya que "ahora la industria tiene que reconstruirse", aunque cree que para eso primero habrá que ver qué pasa con la economía después del 10 de diciembre. "Hoy es difícil pensar en qué rumbo o dirección puede avanzar", concluye.