Un estudio realizado por la firma Scratch, Viacom Media Networks, reveló que el 71% de los Millennials preferiría ir al dentista que escuchar lo que un banco tiene para decir. Más allá de ser un dato interesante, refleja una realidad evidente.

Los más jóvenes de la población argentina están acostumbrados a utilizar tecnología para cada aspecto de su vida. Desde conocer a su siguiente pareja hasta organizar su siguiente viaje. Pero cuando llega el momento de administrar sus finanzas y van a una institución financiera, se ven obligados a acudir a una sucursal o enviar documentos físicos. Es simplemente antinatural en su mundo, y es especialmente notorio cuando se trata de invertir sus ahorros.

La industria financiera argentina, y la latinoamericana en general, está atrasada en la implementación de nuevas tecnologías que permitan operar 100% online. Y, puntualmente, la industria de las inversiones que se enfoca en atender a clientes con capitales altos, siempre en oficinas y casi sin soluciones tecnológicas. En la región no hemos visto inversión significativa en soluciones tecnológicas que den acceso 100% online a los mercados financieros, como si ha pasado en mercados como EE.UU. o Europa.

Esto causa que este segmento del mercado, los millennials, pierdan la mayor oportunidad de sus vidas. Es decir, terminan invirtiendo en activos como plazos fijos, dólares, o quizás un departamento. Sin embargo, son el segmento económicamente activo más joven y, por definición, están en el momento ideal en sus vidas en el que pueden invertir en activos más volátiles y que les generarán el mayor retorno sobre sus inversiones que van a obtener en su vida, ya que conforme envejezcan deberán volcarse a activos más estables y de menor retorno.

Si la industria financiera no les da acceso a instrumentos financieros que generen un rápido crecimiento (como acciones, por ejemplo) tenemos toda una generación desperdiciando una oportunidad única, de tener la capacidad financiera y el perfil de riesgo que les permite invertir sus ahorros en acciones, materias primas, u otros, que les dará el mayor retorno y les ayudará a acercarse a una vida financiera cómoda, segura, y sólida.

La industria financiera está abandonando a millones de argentinos al no adaptar sus servicios a esta forma de ver el mundo, basado en la tecnología, guiarlos hacia una inversión de alto rendimiento, y ayudarles a lograr una prosperidad económica que, quizás, ninguna otra generación antes, tuvo la oportunidad de obtener.

Pero, no todo es negro. La Argentina está dando pasos muy positivos para saldar la deuda con esta generación. Durante 2017 y 2018, la Comisión Nacional de Valores introdujo varias modificaciones a la reglamentación que permiten a las plataformas de financiamiento colectivo y a los administradores de inversiones en bolsa de valores hacer oferta pública de sus soluciones tecnológicas.

Un ejemplo es Quiena Inversiones que, ya con su solicitud de registro ante el regulador avanzada, apunta a convertirse en el primer asesor digital de inversiones del país y ofrecerá productos de inversión globales bajo la regulación de la CNV.

Pero es sólo un ejemplo, estoy seguro que van a venir decenas y, ojalá, cientos de nuevos competidores tecnológicos que finalmente salden esta deuda con una generación que está a tiempo de aprovechar el mejor momento de su vida para invertir y capitalizar sus ahorros.

* Nicolás Galarza es el CEO de Quiena Inversiones  

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